'Alicia en el país de las maravillas' está de moda por su estreno en cines y con él, aquella frase que exclama la reina: “¡Qué le corten la cabeza!”. Confieso que no recuerdo a quién se la quería cortar (supongo que Alicia, pero la historia en sí no me llamó la atención nunca), pero lo cierto es que el recuerdo me viene ni que pintado.
Y es que recientemente y de forma casual volví a escuchar a la gran Nieves Concostrina, esa periodista de 'RNE', recientemente galardonada con el Premio Internacional Rey de España, que tan alegremente nos acerca a un mundo habitualmente triste como el de los muertos.
Aún más recientemente, el pasado jueves, la responsable de la sección ‘Polvo eres’ comentaba en su colaboración en el programa ‘En días como hoy’ la vida y milagros del doctor, Joseph-Ignace Guillotin. Sí, acertaron ustedes, el inventor de la guillotina, fallecido un 25 de enero de 1814.
Un hombre que murió en su cama atormentado por la repercusión que su obra había tenido, cuando su deseo era el de evitar el sufrimiento ajeno.
Y es que, claro, el pobre Guillotin, se espeluznaba al ver cómo ejecutaban antiguamente a los presos. Sistemas que, en demasiadas oportunidades, no eran del todo eficaces.
Por eso propuso su idea, aunque ésta tuvo que esperar tres años antes de que alguien desempolvase la propuesta y afilase la maquinaria.
Y la idea funcionó, aunque para desgracia del bueno de Joseph-Ignace, a la sociedad no se le ocurrió otra cosa que atribuirle su nombre al invento.
Para desgracia del pobre Guillotin y de sus descendientes que han tenido que cargar con esa particular espada de Damocles sobre la cabeza (era un chiste demasiado fácil lo sé; pero no pude evitarlo).
Es difícil esto de vivir. Santísimas siete y media de la mañana, las calles sin poner, el móvil vibra como un hijo de puta sobre la mesita de noche(a esa hora todo suena como tal) y comienzo a escuchar la canción que tengo asignada como señal de alarma. Las sábanas que mi madre ya habría cambiado hace una semana, -yo no- parecen cadenas. Hace frío, frío hijo de puta. Llego penosamente al aseo, en el espejo hay algo parecido a mí, me fijo y veo que pone cara de estar oliendo a pedo. Muy a mi pesar, debo afeitarme, uno tiene que estar presentable, el tema es que también debe resultar atractivo y algunos lo tenemos difícil sin escondernos en la barba. Yo, sin ir más lejos, cuando me paso la cuchilla más que imberbe parezco imbécil (más aún). La barba de tres, cuatro o diez días da ese toque de montaraz atormentado, y si no lo da, uno cree que sí, que es lo que importa.
Quinto día de curro, una aventura, pero mañana descanso, Dios no lo hizo hasta el séptimo día. Me duelen las ansias y los por hacer, el papel que me toca en este inmenso show no siempre despeja mis dudas, se supone que voy trepando por la vida y sin embargo la sensación que tengo y que me acongoja es que es ella la que trepa por mí. Las exigencias son innumerables. Es difícil esto de vivir, muy difícil… La verdad es que nunca me acabo de creer esto, lo digo (escribo) porque sé que queda bien decirlo (escribirlo), colocarlo como de soslayo, como si fuera una verdad que se me ha escurrido del bolsillo de tanto amontonar verdades, escupir estos tópicos ebrios de razón de vez en cuando parece una condena a la que la raza humana está inexorablemente ligada. En cualquier rincón del mes hay que hablar del paso del tiempo, de la guerra civil, del amor, de África, y especialmente de la infancia y de los motivos de todo, es lo que vende vida. Algún error habrá…
El desayuno me sigue pareciendo estupendo, lo tome o no. De repente el café es un amigo, pero, veamos, necesito café para no ir toda la jornada como los jugadores de la pérfida Albión ante el barrilete cósmico en aquella jugada teocrática, sin embargo, es malísimo para mi estómago. Mejor, así seré el incorregible amante del café (dicen), del que además algunos opinan guarda cierta relación con la intelectualidad, ese tío no está mal. El zumo de naranja y las tostadas de pan con aceite son símbolo de tipo sano (dicen), de deportista, y de persona equilibrada si me apuran (no me apuren). Otra sarta de polleces. Donuts, cruasanes, mermelada, beicon… ¿Qué tendrá que ver el desayuno? yo cada día me lo invento, y qué quieren que les diga, sigo cagando por el mismo sitio.
En el trabajo, como en la vida (aunque en casa menos) uno también debe ser inteligente, pero sin pasarse de listo. Ser es difícil, me refiero a ser lo que sea. Camino convencido (no sé de qué) por mi ciudad, que ¡ojo!, a veces es mi ciudad y otras veces es la ciudad. Curioso, ¿verdad? No tengo ni idea de a qué demonios obedecerá el cambio semántico, lo juro. Miro a mi alrededor como si fuera la primera vez que transito esta calle, observo lo que se me antojan detalles, escruto el horizonte, incluso escroto el horizonte, que es como someter a éste a mis atributos varoniles (acción totalmente inocua y muy reconfortante, se lo aseguro), analizo todo cuanto percibo, como si quisiera aprender algo observando, aquí mismo, en este momento que ocupo en la vida de la / mi / su ciudad. Me reconforta, me divierte, y me divierte advertir que me divierte, no todo tiene que ser complejo al respirar.
Mientras silbo (Silbar da sensación de control) recuerdo algunas directrices, permítanme llamar así a algo que no se bien qué es, pues puede incluso que ni siquiera sepa mínimamente a qué me refiero. A ver, hay que ser culto, pero sin caer en la pedantería, atento, pero sin babosear, simpático no, simpatiquísimo, pero sin dejar de ser formal, y eficiente, eso siempre, caiga quien caiga. Voy listo… ¿Y con ellas? Romántico, pero sin ser cursi, cariñoso, pero sin ser pesado, valiente y decidido, pero sin ser gallito. Estas listas son tan interminables como absurdas, todo paja en el ojo propio, por favor no me pregunten en qué ojo. Entonces veo a una niña que fija su mirada en mí sin dejar de caminar de la mano de su madre, se me cae una sonrisa, y algo se renueva en mí, de repente huelo a esperanza. No se asusten, el rosa pegajoso peligrosamente cursi y ofensivamente típico anterior desaparecerá en la próxima frase, a los pocos metros de la niñita un chaval de unos doce años se caga en los muertos de un poster de Cristiano Ronaldo. No obstante, se me cae la misma sonrisa, y qué quieren que les diga, me dan ganas de vivir, esta mañana, a pesar de las dificultades esas, me ha dado por ahí.
Leí una vez que la felicidad es la evocación de un recuerdo, la reminiscencia de una sensación pseudofeliz que ocurrió durante una infancia primeriza, pero que nunca se experimentó realmente, así pues, es el recuerdo de algo que nunca se llegó a sentir, pero que cada vez que hacemos acto de memoria su difuso contorno se perfila, así que la felicidad es el recuerdo de un recuerdo inexacto. Vaya usted a saber si eso es cierto. Me gustaría decir que la vida va y viene, y que no se detiene, qué sé yo, pero correría el riesgo de que me tacharan de cursi, homosexualoide o bobalicón. Si estoy con ellas puedo decir palabras como intrahistoria o sentimiento, especialmente si quiero sexo o aproximaciones, si estoy con ellos ni de coña, entonces me gustan los Scorpions (en el trabajo me gustan los Beatles). Así están las cosas. Claro está que podría limitarme a decir el mismo grupo a todo el mundo, pero eso no me asegura tener personalidad, y por el contrario me asegura aburrimiento teatral. Hay reglas para todo, pistas demagógicas que conducen a deducciones tan espurias como reflejas, guste o no, se acepte o no (aceptarlo es una regla más).
Cada maestrillo tiene su librillo, que diría aquel, pero en el submundo en que creo habitar, y que supongo pueda ser el mismo que el de la mayoría de ustedes, improbables lectores entre los veinte y los veintidiez, uno debe saber de política, con la moderación en una mano y el voto inmutable en la otra, debe escuchar y leer sobre actualidad, y debe necesariamente opinar, si no hay opinión no se sabe de nada. La opinión, sea insustancial o no, es la constancia de una previa información, una especie de afirmación tribal respecto a ser consciente del mundo, es como un documento que dice sé de qué va esto. Tiene que haber una opinión, la muchedumbre lo exige. Uno, además de política, debe saber de todo un poco, de historia, arte, cine, corrupción, croquetas… Debe entender de fútbol, pero sin gustarle demasiado, eso sería confesar que participa de la ignorancia del macho ibérico y que consume opio de masas. Debe reciclar basura, reciclar contextos y reciclar sueños, debe colaborar en casa y con una ONG, pero no contarlo (el truco más extendido consiste en filtrar dicha información a una persona jorgejaviervazquera, la cual sabemos a ciencia cierta que expandirá la noticia como si fuera su vida en ello), debe defender la vida de los toros y la profesión de los toreros, lucir un peinado guay, ser ocurrente, ligar, y más importante aún, contar con grandilocuencia que ha ligado , sobrevivir con la nómina el primer día, vivir bien el segundo día con idéntica nómina, eso sí, sin dejar de quejarse, conocer la tecnología punta y llevarla colgando del cinturón, ver 'Avatar', leer 'La sombra del viento', saber inglés, of course, debe tener para varias cervezas y gomina después de pagar alquiler, agua, luz, y demás facturas. Además, uno debe encontrar un dios, una razón, un amigo o sucedáneos, una pareja, un aleph, tener la conciencia tranquila, follar mucho y bien, ser el soltero de oro o el acompañante perfecto, no hay término medio, saber qué significa atávico y globalización, practicar un deporte, ser buen hijo, saber contar chistes, pero con gracia, mantener la relación sin lapsus alguno con aquellos seres queridos de los que te separan kilómetros, alegrarte por un acierto personal cinco minutos después de enterarte de una muerte o una violación (las gallinas que entran por las que van saliendo), labrarte un futuro, exprimir un presente, carpe diem y su puta madre. Todo en 24 horas. Fácil no es.
Continúo andando por esas calles que a veces me hablan (lo prometo, me hablan) y llego al trabajo. El día se escapa por mi garganta. Al volver a casa me cruzo con un mendigo, o un pobre, según se mire, y le doy unas monedas. Esos momentos son complicados, ambiguos, tanto si le doy algo como si no. Pienso en que mi ayuda es desproporcional a su demanda, que esto no es lo que yo imaginé de crío ni lo que ahora me imagino como correcto, como justo, me parece todo un auténtico y colosal mojón, aunque sólo unos segundos, no se vayan a pensar. Cada paso que doy me importa menos el ser humano que dejo atrás. ¿Haití? No me joda, no se queje, no denuncie, cierre la puta boca y márchese allá a echar una mano, entonces quizá no sea indigno hablar del tema. ¿Radical? Sí, bueno, hay cosas peores. La conclusión a la que llego a pesar de que trato de evitarlo es que no ayudo a esa gente porque no quiero, porque es más cómodo pasar, cada uno a sus costillas ¿no es así? Uno no puede dejarlo todo y dedicarse a solucionar el mundo, las cosas no funcionan así. ¿Quién diablos organizaría las cosas? El problema es que es verdad, las cosas funcionan de otra manera, además… le he dado 2 euros ¿qué más quiere? ¡Qué trabaje y deje de pedir! Tras ello sigo mi camino y pronto vuelvo a olvidarme de esa incongruencia de prejuicios salomónicos en mi cabeza, la intento racionalizar, y como no lo consigo, la olvido. Olvido al pobre de la calle, olvido Haití, olvido la compra por hacer, olvido las quejas de mi madre, olvido Gara…(perdón), olvido el primer suspenso en mates, olvido el rechazo de la morenaza de 1º y olvido aquel verano del 96, sólo así puede uno despejar el pecho. Aunque sólo sea de vez en cuando, si uno olvida con criterio y acierto quizá todo sea menos duro. Llego a mi casa. Se me ha olvidado comprar el pan.
Llega la hora de dormir. John Lennon se equivocaba, porque incluso sin hacer planes la vida también pasa de largo. Con las luces apagadas y ya en la cama cojo el móvil, debo programar el despertador, asignar una canción. Creo que dejaré la misma de ayer, hace muy buenas preguntas. Quizás la canción tenga razón, debería encontrar a alguien, quizá ahí esté la clave, y si no es así, ¿a quién le importa? ¿Qué voy a perder?
Apostaría a que no todo es tan difícil. Buenas noches.
Daniel es un discapacitado con síndrome de Down de 34 años. Sin embargo, presenta una inteligencia extraordinaria, más en una persona con su enfermedad. Después de conseguir el milagro de ir a la universidad y licenciarse, comienza ahora su vida laboral. Allí, conoce a Laura, una mujer de vida caótica y corazón roto, de la que se enamora.
El síndrome de Down se caracteriza por una serie de rasgos físicos muy marcados, con malformaciones en el paladar, dedos gordos, y rasgos faciales muy marcados. Además, suele venir acompañado por un notable retraso metal, que sin embargo, es muy variable unas personas y otras que padecen la enfermedad. Todo ello hace que este tipo de personas tengan dificultades a la hora de integrarse en la sociedad y mantener una vida independiente.
Todo ello puede ser aún más complicado cuando resulta que la persona es inteligente. Darse cuenta de la realidad, ser consciente de que uno no es normal a los ojos de los demás, saber que llegar a ser feliz será una montaña casi imposible de escalar. El entrañable Daniel se enfrenta a una lucha contra si mismo, contra lo que es y lo que no es, contra la crueldad de la gente y las discriminaciones de la sociedad.
El personaje de Laura, perfectamente encajado en una deslumbrante Lola Dueñas, es una persona atormentada por el pasado. Capaz de tener todo aquello que Daniel no tiene, se asoma demasiadas veces a un abismo de babosos sexuales, que convierten su existencia en una nube de insatisfacción. Sexy en ocasiones, patética en otras, su relación con una persona diferente como Daniel la convierte otra vez en una persona, con una nueva sonrisa.
Intercaladas entre la extraña relación establecida entre dos personajes tan entrañables, se nos presentan diferentes situaciones, cercanas al documental, que hacen reflexión sobre la dificil tarea de criar y aceptar a un hijo con sindrome de Down.
LLevada con tiento y ternura, la película nos va acercando cada vez al interior de una relación poco habitual llena de cariño. Sin ambiciones desmesuradas, ni finales imposibles, nos queda sin embargo un buen sabor de boca al ver la última sonrisa de Daniel.
Vámonos de plazas. Roma es conocida por sus plazas y también por sus fuentes. Un lugar que engloba las dos cosas es Piazza Navona que cuenta con tres fuentes de Bernini aunque la principal es la Fuente de los Cuatro Ríos (ahora mismo y para mi desgracia en obras) que se encuentra en el centro de la plaza. Subiendo hacia el norte nos encontramos la Piazza di Spagna con su famosa escalinata y el Palacio Borghese, sede de la embajada española.
Un poquito más arriba llegamos a la Piazza del Pópolo donde encontraremos, aparte de otro obelisco egipcio de turno, las conocidas como iglesias gemelas: Santa Maria dei Miracoli y Santa Maria in Montesanto.
En el camino a pie entre la Plaza de España y la del Pópolo nos toparemos con la mayor y más ambiciosa de las fuentes barrocas romanas, la Fontana di Trevi. Con 25,9 metros de alto y 19,8 de ancho, la fuente tiene suficiente capacidad como para contener las miles de monedas que los turistas echan de espaldas cada día pidiendo un deseo.
En Piazza Venezia se haya uno de los lugares de obligada visita para todo turista, el Monumento Nazionale a Vittorio Emanuele II. La estructura mide 135 metros de ancho y 70 metros de altura (incluyendo la cuadriga y las alas de las diosas llega a 81 metros) se alzó en honor del primer rey de la Italia unificada. En la fachada se encuentra una inscripción al soldado desconocido cuyas antorchas nunca dejan de arder.
Otro lugar emblemático, que aunque no sea ni plaza ni fuente pero si está relacionado con el agua (Dicen que es una tapa de alcantarilla), es la famosa Bocca della Verità. Muchos la recordaréis por la escena de “Vacaciones en Roma” cuando Gregory Peck mete la mano y la esconde por debajo de su manga asustando a la bellísima Audrey Hepburn. Y es que según dice la leyenda la boca se comería la mano de los mentirosos y Peck, mentía.
Recordando el Imperio Romano
No hay nada que consiga evocar mejor el esplendor del imperio romano que el conjunto del Coliseo y el Foro. Bajando de la estación homónima o a pie desde San Pietro in Vincoli se alza majestuoso el gran Colosseo, nombre popular del Anfiteatro Flavio. Si eres un poco cinéfilo recordarás la mítica pelea entre Bruce Lee y Chuck Norris en la película “El Furor del Dragón (1972)” o más recientemente a Russell Crowe encarnado al general Máximo en “Gladiator (2000)” peleando por su honor en la arena. Una vez dentro realmente tienes la impresión de ver a gladiadores y fieras, de oírles gritar, de ver su cara esperando a que el emperador subiera o bajara el dedo marcando su sino.
Justo al lado se alza el imponente Arco de Constantino que da pie al gran conjunto del Foro Romano, donde encontrarás numerosos restos de edificios públicos, templos, el famoso Arco de Tito o la Vía Sacra, la calle principal de la Roma antigua que conducía desde la cima del Monte Capitolino al gran Coliseo.
Como dijo el poeta y escritor danés Hans Christian Handersen: “Roma es como un libro de fábulas, en cada página te encuentras con un prodigio”. Así que si rememoramos nuestros tiempos de estudiantes, Roma sería lectura obligada.
De presentador de Informativos a un programa en el que predomina la crónica social, de escritor a colaborador en la radio... Está claro que Máxim Huerta es un todoterreno al que todavía le quedan muchas facetas por explotar.
'Qué sea la última vez que me llamas reina de la tele', así se titula tu primera y única novela hasta el momento. Háblanos un poquito de ella… Mi primera novela me ha dado muchas alegrías y con eso quiero quedarme. Recibo mails casi diariamente de gente que la acaba de comprar, de lectores que me mandan análisis de los personajes, correos que hablan maravillosamente bien, guiños con cariño… La novela no nació con ganas de pasar a la historia, sino de disfrutar de la historia. Y estoy feliz con ella. Margarita Gayo, la protagonista, es una mujer que está en el final de su vida profesional y debe enfocar una vida de éxitos de otra manera. La Gayo es una mujer premiada en lo profesinal pero con carencias en lo emocional. “Que sea la última vez…” es una novela muy real y muy emocional porque busca en la idea del paso del tiempo cuando alguien lo ha tenido todo. Sin duda tiene momentos frívolos y, al mismo tiempo, un trasfondo amargo. De toda la novela, ahora que la he vuelto a leer, me quedo con la historia de amor a deshoras. Tan francesa y tan especial…
¿Tienes pensado seguir con tu carrera de escritor, o ha sido algo esporádico? En abril, si Dios quiere, saldrá publicada mi segunda. Me gusta escribir, soy periodista, soy un lector caprichoso y constante, me apasiona crear historias breves, componer personajes o visualizar escenarios. Llegó el momento de publicar y… encantado de poder hacerlo. Ahora estoy en ello. Una historia totalmente diferente ambientada en la calle, en paradas de autobús, en la cárcel, en las playas de varios pueblos del mediterráneo que tiene como protagonista a varias mujeres que han tenido que guardar secretos para sobrevivir. Estoy inmerso en el trabajo.
Años después de tu traslado de los informativos de Telecinco al programa de Ana Rosa, ¿Cómo valoras el cambio? ¿Te arrepientes de algo? No me gusta arrepentirme de nada, la vida es lo que vamos viviendo y los diferentes trabajos nos van moldeando y cambiando. A mi 'El Programa de Ana Rosa' me ha ofrecido tantas cosas que no puedo más que dar gracias por haber podido hacer el cambio, por haber sobrevivido al contraste y por seguir aprendiendo.
¿Qué nos puedes decir sobre Ana Rosa, ahora que no nos oye? ¿Y si nos lee? (Risas). De Ana Rosa ya he dicho de todo y no puedo decir nada negativo aún a riesgo de parecer un pelota. De Ana Rosa he aprendido mucho, es una maestra de la televisión, una mujer con un carisma evidente, una fuerza televisiva que ya quisieran muchos y muchas, y algo que a mi me fascina: su tranquilidad pase lo que pase. Ella es la calma.
¿Qué les dirías a todos aquellos que te han criticado por el cambio? Que muchísimas gracias por criticarme, que gracias a ellos he ido mejorando. Que en la vida hay que hacer lo que a uno le venga en gana porque sólo hay una vida. Si hay otra, ya lo hablaremos. Entiendo que el cambio chocara, pero… no puedo hacer nada. Hice lo que creí que debía hacer.
También te podemos escuchar en 'Punto Radio' junto a Ana García Lozano. ¿Tenías ganas de hacer radio después de tantos años? Yo empecé en la radio de mi pueblo, haciendo las noticias de mediodía y un programa diario de varias horas. Fui becario en 'Radio Buñol' y también trabajé en 'Radio 5' de Utiel. Trabajo con Ana G. Lozano porque es una amiga y porque se está muy a gusto en las ondas de 'Punto Radio'.
Después de años de profesión y habiendo trabajado en todos los medios de Comunicación, ¿En cual te has sentido más a gusto trabajando? No lo sé. Lo bueno es decir que ahora es cuando más agusto estoy, pero la verdad es que fui feliz en 'Informativos Telecinco' durante seis años, en Canal 9 otros tantos, en la prensa… Intento darlo todo allí donde estoy. Tal y como está el trabajo, es injusto trabajar a medio gas.
Cambiando de tercio, podemos leer alguna reflexiones tuyas en tu blog “La Flor de La Canalla”, ¿qué opinas de esto de los blogs? Que son vomitonas personales, que cada uno utiliza su blog a su antojo, que yo empecé a hacerlo hace varios años y, lo cierto, es que han ido perdiendo fuerza. Ya no son lo que eran. Lo único que no me gusta es el anonimato de los comentarios, de los bloguers y de los trolls que insultan gratuitamente. Por lo demás, son cuadernos de bitácora entretenidos.
Otro año más Cibeles apaga las luces del escenario, cansado de tanto trajín y tantos zapatos pisando fuerte la moqueta que recubre la pasarela. Otro año más en el que los diseñadores, a pesar de ese lastre que llaman “crisis”, se han dejado la piel para que sus diseños sean los más aplaudidos y sean los que más éxito tengan cuando llegue el próximo invierno. Curioso esto, ¿no? Todavía no hemos dejado atrás esta fría y gélida estación y estamos con ese lio de armarios dado el cambiante estado del tiempo, cuando ellos, los “visionarios” de la moda nos dicen qué debemos ponernos o qué veremos en los escaparates dentro de 9 meses, que sinceramente dan para muchos cambios.
Esta edición de la pasarela madrileña ha dado para mucho, de hecho ha sido una de las más largas que se recuerdan, 5 días en los que todo el mundo hablaba de colores, telas, matices, atrevimientos.
Uno de los primeros desfiles lo abría, el siempre polémico y nunca conformista, David Delfín desde Nueva York haciendo una especie de hermanamiento entre dos grandes semanas de la moda. Aunque para polémica la que se vivió en el último desfile de la semana, el del peletero Jesús Lorenzo, al “invadir” el escenario activistas en contra del uso de pieles de animales para estos fines.
Pero como siempre hay grandes genios en esto de la moda en España y no tienen porqué ser de los más conocidos. Personalmente, y si me permiten el atrevimiento, para mi la mejor colección ha sido la de Teresa Helbig: suave, apostando por los tonos nude para el invierno, elegante y serena. Todo un acierto.
Hannibal Laguna “recupera la esencia de las grandes divas del cine clásico de los años 40 y 50 tiñendo de oro plata y negro la pasarela”; Ana Locking “ha lanzado giros de color con mezclas entre el nude, camel, rojo y el burdeos”; Larrainzar “presta una especial atención al despliegue y al vuelo de los vestidos de noche” Javier Sardá llenó la pasarela de sensuales conjuntos de ropa interior evocando el maravilloso mundo de “Alicia en el país de las maravillas”.
Aunque para el jurado, que son los verdaderamente entendidos, la mejor colección ha sido la de Miguel Palacio y la mejor modelo Clara Alonso.
Este año se ha dado una gran importancia al mundo bloggero, por fin se han dado cuenta del gran papel que representan todas aquellas personas que desde las teclas encumbran o destruyen un desfile, todas aquellas que mueven a miles de personas, aquellas sin las que muchas veces sería imposible seguir el vertiginoso mundo de la moda.
Y también está el front row, el lugar desde el cual los famosos y “famosillos” ven un desfile casi, casi rozando a las modelos y sintiendo el aire que mueven al caminar. Esta ha sido una edición de grandes apariciones: muchas ex – miss España (Helen Lindes, Raquel Rodriguez…), actrices (Úrsula Corberó, Candela Peña…) gente del mundo de la comunicación (Marta Reyero, Raquel Sanchez Silva…) cantantes, bailarines, y gente variopinta en general. Aunque nunca creo que veamos a una Anna Wintour sentada en primera fila. Lástima. Seguiremos esperando su llegada. Quizá en la edición 52º.
Movido por lo que me dijo Anonimaco-Paco el 17 de febrero de 2010 a las 00:33en un comentario en esta web, he pensado que ya que voy a escupir algo “masticado ya hasta la saciedad”, he de escupirlo “con gracia, o con mucho estilo, o con gran ingenio, o incluso con rabia”
Allá voy. Probaré la vía del ingenio para calificar –muy brevemente- que hayan pensado siquiera en construir junto al parque natural de calblanque.
Gracias por el empuje Anonimaco-Paco. En serio.
Ahí van mis tontos tautogramas, temeroso de tanto terco que hay aquí, en mi tierra.
Asiento asegurando que asesinan ánimas atentando y alborotando los arenales de Calbanque.
No edulcoro la esencia de esto que expongo. Solo exijo que este exiguo espacio, siga expedito de edificios.
Imagino que la insulsa idiotez mueve vuestros intentos de romper su inocente paz.
Sois un obrero obseso y obtuso empeñado en la ombría de calarreona. Un onagro ojanco perdido en el olivar. Un ofidio sin olfato. Un molesto orzuelo.
Vuestra ufaneza y vuestra untuosa usencia no ulcerarán el umbroso utópico útero que es esta playa.
Nuestro compañero Héctor se ha dado una vuelta por Roma y nos cuenta qué ha visto allí, hoy la primera parte...
Roma, la ciudad eterna, la ciudad de los Papas, la capital donde nació, creció y murió uno de los mayores imperios de la historia. Son muchos los apelativos que se le dan a esta ciudad italiana, capital de la República y Patrimonio de la Humanidad desde 1980.
Una de las primeras cosas que hay que tener en cuenta antes de llegar a la ciudad de Rómulo y Remo es hacerse a la idea de que vas a andar, vas a andar mucho, así que prepara ropa y calzado cómodo porque te esperan largas caminatas. Muchas de ellas provocadas por un transporte público algo escaso, sobre todo el metro que solo posee dos líneas y muchos de los lugares de interés turístico como las catacumbas o la famosa Piazza Navona se encuentran lejos de cualquier parada del Metropolitano. En cualquier caso es recomendable hacerse con la Roma Pass, una tarjeta que te permite usar cualquier transporte público durante tres días y además incluye la entrada a dos museos o enclaves arqueológicos y descuento en el resto sin esperar colas, algo muy a tener en cuenta en lugares como el Coliseo. Su precio es de 25 Euros.
Otra de las cosas que hay que preparar es tu cámara de vídeo o de fotos con baterías de sobra y pilas por si acaso, porque te vas a hartar de hacer fotos (si sirve como ejemplo, en tres días yo he hecho más de 700). Y dinero, Roma no es precisamente barata y la cena en un Ristorante puede salirte por un pico. Hay que fijarse a la hora de pedir il conto si el servicio está incluido o no, en caso de que no sea así hay que dejar un 10 % más de lo indicado.
Como última recomendación o más bien advertencia: el tráfico es un caos. Los romanos no entienden esas luces rojas luminosas situadas encima de postes en las intersecciones de las calles así que mucho cuidado al cruzar aunque el muñequito esté en verde.
Iglesias
Si bien Roma cuenta con cientos de iglesias, hay algunas de ellas que no pueden dejar de verse. Empezaremos hablando de uno de los edificios más antiguos de la ciudad, el Panteón de Agripa y su famoso óculo, lugar que nada más entrar en la plaza que lo alberga te abruma por sus dimensiones inmensas y su majestuosidad. Seguiremos por San Giovanni in Laterano, la considerada catedral de Roma por encima de San Pedro, cuya fachada limpia y sin estridencias deja paso a un interior sobrio pero imponente.
Cerca del Coliseo conviene acercarse por San Pietro in Vincoli. La iglesia no es de las más espectaculares pero en su interior, sentado en su trono, espera el Moisés de Miguel Ángel. Tomando la línea azul de metro y algo apartado del centro de la ciudad se encuentra San Paolo fuori le Mura, una de las iglesias más impactantes de Roma. De la iglesia original solo se conserva un pórtico ya que el resto fue destruido la noche del 15 de julio de 1823 en un incendio, usando sus restos para su posterior reconstrucción.
Otras iglesias recomendables antes de llegar al culmen de la ostentosidad católica que es la basílica de San Pedro son Santa Maria Maggiore y Santa Maria in Trastevere, primera iglesia dedicada a la Virgen que data del siglo IV.
San Pietro, principal edificio Vaticano y centro neurálgico mundial del catolicismo es sencillamente impresionante. Solo entrar en la plaza y contemplar la columnata en forma de herradura que custodia la iglesia te sobrecoge. En su interior hay varias partes ineludibles: la cripta, donde están enterrados los Papas (la tumba de Juan Pablo II es la más visitada y venerada junto a la del apostol San Pedro), la majestuosa nave central que termina en la cúpula de Miguel Ángel y nada más entrar a la derecha tras un muro de metacrilato te espera la genial Pietá del artista de Caprese. Si el clima lo permite (a mí me nevó y no pude hacerlo) conviene armarse de valor y subir las escaleras que te llevan a la cúpula para contemplar una vista única de la ciudad. No hay que olvidarse de ver los Museos Vaticanos, los cuales albergan entre otras maravillas para los sentidos la famosísima Capilla Sixtina (en la cual no se pueden hacer fotos, pero si os hacéis los suecos y siempre sin flash para no dañarla, podréis inmortalizarla) o el Lacoonte.
Tres amigos se reúnen después de mucho tiempo para salir una de juerga. Cumplidos ya los cuarenta, pasan por respectivas etapas de insatisfacción personal que intentan desahogar en una noche de desenfreno, donde no hay hora para irse a casa, donde procuraran no pensar por una vez en lo que venga después.
La autodestrucción personal es una salida incomprendida desde fuera, pero la única razón que queda a veces para darse una tregua, una escapatoria del más profundo abismo en el que se puede caer. Perseguidos por el pasado, atrapados en una rutina vacía, el fracaso tras la decepción, la soledad o los problemas familiares; esas sensaciones especiales que se te van acumulando en el estómago, formando al final una bola imposible de digerir.
Como aquel atormentado personaje de Naomi Watts en '21 gramos', que buscaba en las drogas un modo de redención y evasión que la liberara de la infernal tarea de superar la muerte de su familia, los personajes se sumergen en un océano de caos, drogas, sexo y más drogas. Decididos a abandonar sus problemas por una noche, intentan dar rienda suelta a sus deseos más animales, antes de tener que volver a pegarse con su muro particular.
Sinceramente, me recuerda a mi pueblo. Me son familiares muchas de las situaciones. Drogas duras aparte (de las que anecdóticamente no soy consumidor), es palpable esa sensación de salir, de necesitar salir, de desahogar, de suplicar desesperadamente que llegue la hora de emborracharse. Los tres amigos se dejan llevar por el "ciego" épico al que llegan, sin importarles las consecuencias de ello cuando se haga la luz.
Es notable el gradualismo de la película, el paso paulatino a la embriaguez, el aumento de la dificultad del habla, el peso del cuerpo al caminar; un gran trabajo de los tres actores. El diferente enfoque en tres historias, nos hace ver como cada uno recuerda los hechos de una forma diferente, reflejando en cada turno los deseos verdaderos de los tres personajes.
Agria y triste; el director nos envuelve en pesimismo en un relato con bellas imágenes y dulces baladas, con buenos toques de deseo y erotismo. Quizá demasiado pesimista, puede que falta de un final conclusivo, 'After' nos invita a una desmadrada reflexión existencial.
Hoy me paso a la crítica lieraria, a ver qué tal. El motivo es que estoy fascinado por el último libro que leí. Ya que aún no tenemos ciclismo del realmente importante, cubrimos su cuota de protagonismo con este libro. Se titula 'Contrarreloj', está escrito por Eugenio Fuentes y editado por Tusquets.
El libro pertenece a una saga protagonizada por el detective privado Ricardo Cupido, personaje que recibe grandes elogios, como el de Rosa Mora, de El País: "Ya está en la nómina de nuestros héroes". Otra alabanza a Eugenio Fuentes proviene de María Bengoa, de El Correo Español: "es ya uno de los autores renovadores de la novela negra española".
En 'Contrarreloj', Eugenio Fuentes mezcla brillantemente el ciclismo con la trama del detective. La acción se desarrolla durante un Tour de Francia, en el que Cupido se desplaza a seguirlo como aficionado. El discurso de la obra es favor del ciclismo y de los ciclistas y en contra de la teoría del dopaje generalizado. Sin embargo, posteriormente se desenmascará la trama de dopaje en una interesantísima reflexión.
El caso es que en la cuarta etapa el líder y ganador de las cuatro últimas ediciones es asesinado. El director de uno de equipos implicados, que ya coincidiera con Cupido anteriormente, le encarga la investigación sobre la autoría del asesino. Entonces el detective se pone en marcha y se introduce en el mundo del pelotón para enseñarnos todas sus intimidades. Otra interesante reflexión es sobre la policía, pero no quiero destriparla.
En resumen, 'Contrarreloj' me parece una obra maestra porque combina perfectamente el ciclismo con la trama, permitiendo introducir al lector en el mundo del ciclismo y haciendo interesantes reflexiones sobre él. Además, lo intercala con historias sobre la vida de los sospechosos. En fin, lo dicho, una obra maestra. Os lo recomiendo de verdad. Sobre todo a los que le guste el ciclismo.
En estos días de zozobra política donde se pretende alcanzar un 'Pacto de Estado' sin que nadie sepa realmente para qué sirve dicho "pacto", o en el que todos se acusan de todo, hay algo que no se debe olvidar, y es que una parte importante de culpa sobre la realidad de la crisis económica nos la debemos atribuir los ciudadanos.
Sí, los mismos ciudadanos que desconfían de la clase política, los sindicatos, los empresarios y hasta de sus padres. Esa ciudadanía que de egoísta se ha vuelto absurda y desmerecedora de ciertas cosas.
Como es lógico debemos exigir a la clase dirigente que actúe con responsabilidad y sentido de la sensatez en unos días tan complicados, pero españoles de España -y el resto del mundo- todos debemos mirar qué estamos haciendo nosotros mal.
Todo esto viene a colación por un hecho muy curioso: ha hecho falta llegar casi al 20% de desempleo para que nos demos cuenta de que el trabajo seguramente no estará debajo de nuestra casa. Hoy, 22 de febrero, el diario 20 Minutos publica en portada la noticia: "La crisis lleva a los españoles a trabajar fuera de su región". Ofreciendo el dato de que 3 de cada 4 estaría dispuesto a emigrar de su "nido" para mejorar.
Bueno, parece que no somos tan rematadamente estúpidos.
Sin disculpar al Gobierno como parte del lio organizado, está claro que el paro es una situación que todos debemos asumir. En España está demostrado que los problemas existentes con el desempleo son denominados sutilmente por los economistas como "estructurales", debido entre otras cuestiones al escaso tejido empresarial, una industria no excesiva y, por desgracia, una temporalidad muy alta en dicho aspecto laboral.
Si a todo esto, que ya es difícil de afrontar, sumamos el señoritingo de las clases medias, tenemos que la gente quiere encontrar trabajo en sus ciudades, y si es posible en su barrio, y ya si tiene suerte, en su calle. Obsesionados por la ilusa expectativa de tener una propiedad inmobiliaria, muchos españoles han tenido que hipotecar no sólo sus ahorros, sino que también lo han hecho con sus vidas. Por lo tanto resulta muy duro salir fuera de la ciudad a buscar trabajo. Pues mire, es lo que hay, menos quejarse y más buscar las habichuelas donde toque.
Pero esto no es todo. En la suma de responsabilidades compartidas, resulta que ahora todos los españoles quieren ser funcionarios. De nuevo se comprende que las actuales dificultades para ser emprendedor son muy duras, pero un país de funcionarios es insostenible. Aunque claro, es mejor tener un sueldo fijo, trabajar lo justo y no comerse la cabeza.
A todo esto habría que sumar la famosa costumbre que se tuvo durante el "boom" inmobiliario de jugar al Monopoli pero en versión real. No solo jugaron a ser reyes del mambo los más asquerosos y sucios constructores, agentes inmobiliarios y demás. Muchos ciudadanos compraban, se endeudaban y malvivían para hacer un negocio posterior.
En definitiva, la pelota está en el tejado de TODOS, así que es hora de tomar deciones valientes.
'Supersalidos' es además de una gran película, el estado de ánimo de muchos de los que rondamos el ciberespacio. Después de unas semanas nos preguntamos: ¿quién no quedó decepcionado con el reportaje “21 días en la industria del porno”? ¿De verdad la gente esperaba que Samanta Villar, la misma que pasó diez días en cama tras fumarse medio porro, esta vez se metería otra cosa en la boca? En el fondo sabemos que no, así que todos nos conformamos con verles las tetas a Dunia Montenegro (que estarían vividas, pero bien puestas) y algún que otro pene más bien tristón propiedad de un par de estudiantes de empresariales (qué pena, dios mío).
Así que en SHDC nos propusimos: ¿un especial de porno 24 horas a toda pantalla? Por nosotros bien, pero resulta que algunos tenemos gatos que alimentar y además, hace frío. De momento, lo que podemos ofreceros es una serie de artículos, en los que vamos a contar con la colaboración del Sr. Almagro, y la imaginación la ponéis vosotros. Aceptamos sugerencias.
Como resulta que para fardar antes hay que saber de lo que se habla, aquí tenéis un poquito de SHDClopedia (que sólo queréis carnaza, narices). Parece que las primeras cintas que se consideran oficialemente cine erótico o pornográfico se remontan a los años '50. En Europa éramos más verdes que los americanos y empezamos a enseñar cacho sin pudor los primeritos: los daneses son pioneros en legalizar el porno hardcore (sexo explícito, genitales en primer plano y anginas si hace falta) y los Países Bajos empiezan a comercializarlo en clandestinidad, con gran éxito, pues los pajilleros son un público muy fiel, y eso lo sabe el 6% de share de 'Sé lo que hicisteis'.
Pero son los '70 los que de verdad desmelenan el mercado. Crece el número de cines X, los sex shops y las cabinas de monedas para ver estas películas. También proliferan los títulos que parodian películas estándar y que hoy por hoy son un clásico: 'Garganta profunda' (1972) o 'Debbie se lo hace en Dallas' (1978).Y por fin en los '80, el VHS nos salva la vida. Tras derrotar al Betamax ya no hay que ir con pasamontañas al cine porno y el placer se traslada al hogar. Y es aquí donde se ven, probablemente, los actores y actrices más peludos de la era del cine porno. El peinado de Farra Fawcett se pone de moda de la cabeza a los (ejem ejem) pies. No hace falta decir que a partir de los '90 se fragua una revolución en este género, evolucionando de la emisión en abierto o de pago en televisión, pasando por el DVD e, indestructible hoy, Internet o YouPorn.
Y si hay algo que nos fascina de las pelis porno son las reseñitas a clásicos o cintas míticas que nuestros colegas de Asylum han recogido en una galería de fotos para partirse. Desde 'Edward Penishands' (la portada mas parecida a los pelos de Burton), 'Pulp Friction', 'The Whore of the Rings' y otras joyitas que en español tampoco se quedan atrás.
Pero en este capítulo vamos a hacer especial mención a actriz y película, para recomendaros una este mes que os ayude a relajaros tras el estrés de los exámenes y el peso de la crisis mundial sobre vuestro ánimo: Sophie Evans abre esta lista por sus papelones, su extensa filmografia y sus premios en el FICEB (Festivan Internacional de Cine Erótico de Barcelona), en 2003, por mejor Actriz. ¡Ay, Sophie! Con esos ojitos verdes apareció haciendo cameos (¿en el cine porno tienen otro sentido?) en grandes filmes como 'Perras Callejeras' y 'Perras Callejeras 2: la venganza de Jonny', o 'La fiesta de Salomé', todos grandes clásicos del género en este país. Además, realiza varios trabajos (no de esos) con Private, una de las compañías de cine porno más importante del mundo, donde conoce a su hoy ex-marido, el también actor Toni Ribas, con el que colabora en más de un proyecto: la serie 'Pussyman’s International Butt Babes' (2000-2001), mítica escena de sexo anal con Ribas en una piscina. También trabaja con el prestigioso maestro del porno italiano Mario Salieri, en películas como 'Divina' (2001), demostrando todas sus habilidades: colofón final de la cinta con doble penetración, felación y orgía (hay que tener maña para llevar todo eso en marcha), eso sí, en blanco y negro, que los italianos tienen mucha clase. O si lo que queréis es un mega-mix de los mejores momentos de la actriz, 'La vida privada de Sophia Evans' nos deja un amplio catálogo de fantasías dentro de un ascensor. El look cowgirl en la oficina se pone de moda.
Y precisamente de esta señorita os vamos a recomendar la película de la semana: 'Perras Callejeras 2: la venganza de Johnny'. Por dos razones esenciales, la primera, la aparición estelar de la Evans: mono rojo estilo Britney OopsI did it again Spears bajándose de una moto, y la segunda, por ver al gran (qué fácil) Nacho Vidal en el papel de Jonny. Y como escena preferida, (aunque os haga algo de spoiler), la muerte de Jonny de manos de Sophie. Sólo diremos que la chica es muy buena en su trabajo.
Pues ya tenéis tarea esta semana. En breve, tocamos otras especialidades para que no os aburráis. Y cómo no, aceptamos sugerencias, fantasías y poesía de celuloide. ¿Nadie ve la rima asonante en 'En colegio femenino, ensalada de pepino'?
La doble visita de Felipe Calderón en una semana a Ciudad Juárez es un gesto de valentía política. El presidente de México se trasladó al corazón de una de las regiones más violentas del mundo, Chihuahua, cuando la indignación ciudadana se hallaba en sus cotas más altas contra el crimen organizado, pero también contra el Gobierno federal. Once días antes de la visita fueron abatidos 15 estudiantes y Calderón había reducido la matanza a un ajuste de cuentas entre pandillas. De ahí que los familiares de las víctimas le increparan cuando el mandatario aterrizó en Ciudad Juárez... Continuar leyendo...
Un suicidio mediático (El Periódico)
Algo no va cuando los dilemas morales de nuestro tiempo generan una discusión sustancial solo cuando el mundo mediático se ocupa de ellos. La cosa es así. Es lo que hay.
Hace pocos días, un presentador de televisión inglés, el señor Ray Gosling, fue detenido por la policía por haber confesado urbs et orbi –o sea, desde una televisión– haber puesto fin a la vida de su novio, enfermo terminal de sida, que sufría horriblemente, sin otro remedio que el del sueño final. El hecho de que ambos hubieran acordado que el uno ayudara a morir al otro en circunstancias agónicas no le eximía de que se aplicara la ley... Continuar leyendo...
Los primeros pasos profesionales nunca son fáciles, y menos cuando se dan en el mundo de la música, pero cuatro jóvenes madrileños de entre 22 y 26 años ya han echado a andar con firmeza. Su carta de presentación es 'Southern girl', una de las cuatro canciones que forman su último trabajo: “Mute”. Es un nuevo EP, grabado con Paco Loco- músico y productor asturiano-, en su estudio de Cádiz, cuentan con más arreglos y detalles, que van perfilando ese estilo personal y propio que persiguen para que, según señalan “cuando lo oigas digas, esto suena a The Noises”, y será presentado al público el 4 de marzo en la sala Boite de Madrid, aunque ya está a la venta en su espacio.
Lo que suena hoy, empezó ayer. A este trabajo le preceden tres maquetas 'Demo 1' (2006), 'Nice dream' (2007) y 'Shout out loud' (2008). La aventura nació cuando dos amigos, Fran Gómez (cantante) y Oliver Ruiz (batería), de espíritu rebelde, y resistidos a no poder escuchar en España grupos como los que a ellos les gustan, decidieron tomar las riendas y componer su música, bebiendo de las influencias de The strokes, Interpol y The libertines, entre otros.
Ninguno de los dos pioneros del grupo sabían tocar instrumento alguno, y al intentarlo lo que surgía no eran más que sonidos sin sentido. Pero la constancia lo fue todo. El proyecto creció con la incorporación de Pablo Benavente (ex-guitarrita del grupo) y su hermano, Sergio (bajista) y hoy se ríen de esos ruidos -que les dio el nombre a la banda 'The Noises'- al echar la vista atrás y comprobar que lo que era un hobby se ha convertido en un proyecto de carácter profesional que poco a poco se consolida, sobre todo a raíz de alzarse vencedores de los concursos - New Music Concept y Jack Daniel’s backstage - en los que participan.
El New Music Concept se celebró en la sala La Siesta, en Madrid, durante los meses de noviembre y diciembre de 2008. Ese mismo año Pablo abandonó el grupo pero tomó su relevo un tocayo, Pablo de la Fuente, y el duende acompañado de esfuerzo hizo que todo fuera igual, un suma y sigue. Y arrasaron en el Jack Daniel’s backstage (23 y 29 de mayo de 2009), compitiendo, a nivel nacional, con más de 500 grupos, y tocando con grupos consolidados. 'The Noises' compartió escenario, y no uno cualquiera sino el Palacio de los Deportes de Madrid, con La Fuga. Todo un sueño para estos jóvenes, y un verdadero revulsivo. Los integrantes del grupo cántabro les dieron mucho ánimo y un consejo que se lo repiten cada día: trabajo y constancia. “Nos contaron que es un camino muy duro que a ellos les costó mucho, pero que tiráramos siempre adelante tocando y tocando que nos veían con un grupo con muchas posibilidades en este mundo”, declara el bajista del grupo.
La última obsesión de estas promesas, con ya un timidísimo nombre en el mercado, es progresar en los escenarios y hacer vibrar a su público. Para ello, se reúnen en una antigua cuadra reformada de la finca situada en Perales del río (Getafe) propiedad de los abuelos del Fran: es su lugar de ensayo, que frecuentan dos veces por semana, dedicando desde un par de horas a días enteros. El tiempo varía porque llevan vidas paralelas. Fran es piloto de Ryanair, Pablo estudia Audiovisuales, Sergio, Ciencias de la Actividad Física y Deporte (INEF) y Oliver, Ingeniería Industrial. Pero todos unidos por la música y todo indica que en inglés. Ante la sugerencia de cantar en español, la respuesta es: “No, no, no, no, no, no, (risas)”: Piensan que cada estilo de música tiene su idioma y tienen claro que el de 'The Noises' es la lengua de Dickens.
Las canciones las componen entre todos, y se consideran muy críticos con ellos mismos, pero las letras tienen nombre propio, Fran. Todos coinciden en que él es un “fuera de serie”. Desde SHDC les seguiremos las letras, los compases y la pista.
Nervios, muchos nervios. Ese era el ambiente que se respiraba durante el día de inauguración de una de las ediciones más largas de “Madrid Fashion Week”, la nº 51, la que nos dirá qué nos pondremos durante el otoño invierno 10/11. Desde las 11 de la mañana el pabellón 14 de IFEMA es un ir y venir de modelos, perchas, maquilladores, flashes… un ajetreo que durará hasta el próximo 23 de febrero. La jornada se abrió con EGO.
Sara, Belén, Cati, Georgina, Susana, Ana, Isabel, Carlos, Maya, Natalia y Jorge respiraban profundamente antes de dar la orden principal: que comience el desfile.
Ellos son el futuro, o por lo menos eso pretenden. Hoy se ponen de largo y estrenan sus mejores galas, hoy presentan al mundo sus diseños, hoy puede ser el primer día del resto de sus vidas si su desfile es un éxito o puede que las criticas los arrastren hasta los confines de la tierra. Pero ellos confían en sí mismos. Son jóvenes, suficientemente preparados en escuelas de arte y con grandes referentes en el mundo de la moda.
Puede que ellos traigan la frescura y las ilusiones renovadas, que muchos de los que traen hasta Madrid sus diseños ya han perdido a lo largo y ancho de su vasta trayectoria. Apuestan por modelos transgresores, por patrones que quizá es más probable que pudiéramos ver en las calles de cualquier ciudad.
En esta primera sesión hemos visto bordados artesanales que cubren organzas, total look floral en versiones extra largas, faldas lápiz y vestidos camiseros, maxivestidos con espaldas descubiertas, mezclas de tejidos y texturas en abrigos, sedas estampadas en motivos bucólicos… mucho y muy bueno. En cuanto a los colores que predominaran en la próxima temporada invernal no hay muchas sorpresas: negros y grises se apoderan de nuestros looks mezclados con suaves tonos pastel, maquillaje, lilas; aunque siempre hay quienes apuestan por los tonos fuertes para combatir el frio, sino con ropa, con un poco más de alegría en los outfits.
Ayer también pudimos ver como Carmen March y David Delfín (desde la gran manzana) sacaban toda su artillería pesada a la pasarela. Pero eso, querid@s lector@s se lo contaremos dentro de unos días.
"Cuando el football es más importante que la vida"
O lo que es lo mismo “luces de viernes noche”. El caso de esta serie es curioso, y es que fue antes la película que la serie. Normalmente estamos acostumbrados a ver como después de un exitoso serial un avispado productor escoge a un Director medio puntero y hace una película que por lo general suele no cumplir las expectativas de las series.
Pues bien, en esta contradicción, ‘Friday Night Light’ ha conseguido ofrecer un producto de muchísima calidad y sobre todo, incorporar algo nuevo y distinto al discurso de lo mil veces visto: fútbol americano, chicos de instituto y bellas animadoras que se lían con los titulares del equipo.
Con esto, evidentemente, puede que los paladares exquisitos o autodenominados culturetas rechacen de lleno esta serie. Pues desde aquí digo que es una equivocación. Lógicamente el argumento es el que es, y para ver esta serie te debe gustar un mínimo el deporte, o al menos la cultura yankee en estos aspectos. Una vez superado esta criba, quien haya tenido la osadía de acercase a estas “luces de viernes noche”, tendrá el placer de ver algo diferente en este tipo de series.
Unos diálogos tremendamente dinámicos, pero con mucho sentido, y sobre todo, unos juegos de cámara que son más propios de una película que no de una serie que va ya por su 4ª temporada.
A todo esto hay que añadir un curioso método que utiliza la serie para secuencializar los capítulos. Teniendo en cuenta que el día de partido son los viernes, lo que se hace es ver cómo se avanza desde el lunes. Los medios de comunicación presionando a un simple equipo de Instituto, los patrocinadores, los malos resultados… todo eso en un pequeño pueblo cuyo máximo orgullo es su equipo.
Todo ello ambientando en el Texas profundo donde el Fútbol Americano no es un deporte, es una religión.
Quizá algún pero que se le pueda poner es la interpretación de algunos de los personajes, que no todos. No obstante, eso se puede suplir con ese fabuloso cuerpo de animadoras que acompaña al equipo que le hacen a uno replantearse haber nacido en ese pequeño pueblo.
En definitiva, una serie muy entretenida que deja muy a las claras cómo se vive el deporte en algunas zonas de los EEUU.
Eneas G. Ferri / Alcoi. Ilustración: Ernesto Gomis.
Recuerdo un profesor que tuve, hace ya algunos años, en la ESO, de los que recuerdas por vivir lo que enseñaba, por ser didáctico y a la vez educador y por imponer su potestad, sin que se la diera ningún gobierno.
El amigo Miguel, así se llamaba, si le tenía que decir tonto a la puñetera cara a un alumno, era porque sucedían dos cosas: una, lo merecía y por eso el tonto lo asumía, dos, lo decía de buenas formas, con una sonrisa y le llegaba al tonto donde debía llegar.
En una de éstas, nos contó la historia de un profesor que no pudo aguantar los nervios ante un alumno, llamémoslo díscolo, y le soltó una bofetada. Ante padre, alumno y profesor, el juez dictaminó la multa de 100.000 pesetas por la bofetada. En ese momento el profesor, serenamente se dirigió al juez, sacó la cartera y de ella doscientas mil pesetas, y dijo: “por cien mil pelas la hostia, toma esto que le cae otra”.
Otro profesor, éste en la localidad alicantina de Monforte del Cid, ha sido multado con 20 días de inhabilitación por poner una foto de Alejandro Font de Mora, conseller de Educación de Camps, al revés. Éste, el señor Fountain of Blackberry (es que los del PP se traducen los nombres en petit comité, como hacía Richie Coast), es el que ha impuesto la EpC en inglés, con dos profes, mientras la bolsa de profesores de valenciano está vacía porque ha inventado una especie de título inexistente, para evitar licenciados en Filología Catalana. Como si en Andalucía no pudiese dar castellano un madrileño por no tener acento, ¡pisha!. Todo esto, lo olvidaba, con generaciones que entran y salen tras sus años pertinentes de escolarización en barracones prefabricados. Años y años de acumulación, no un error puntual.
En definitiva, por 20 días de inhabilitación, permítanme, la fotografía del susodicho debería estar del revés en todos los colegios. Y si me permiten también, en los aseos, por si algún díscolo, sea alumno o profesor al estilo Miguel, se atreve a cagar encima.
Tras la huida de un robo, la emboscada es inminente. dos amigos se ven obligados a separarse, uno en busca de caballos para la escapada de ambos, el otro, condenado a esperar a que llegue su compañero. Pero la avaricia puede más que la amistad, y la cárcel es el destino para el que queda rezagado. 5 años después, tras escaparse de la prisión, la venganza es su único objetivo.
No es la primera vez que grandes actores se atreven con la complicada tarea de dirigir su propia película. Sin ir más lejos, Robert De Niro lo ha hecho en varias ocasiones, una para ofrecernos un maravilloso cuento de barrio aderezado de mafia 'Una historia del Bronx' y otra para relatarnos la compleja historia de la CIA 'El buen pastor'. También el más laureado de los actores, Jack Nicholson, ha dado sus pequeños aportes al puesto de dirección con decentes ejemplos, a pesar de la muy criticada y larga segunda parte de 'Chinatown'. Sean Penn deslumbró en su mimo por la atmósfera en películas como 'El juramento', y llegó a lo más profundo de las entrañas de la libertad en la hermosa y tierna 'Hacia rutas salvajes'. Pero fue un clásico de entre los clásicos quién ha puesto el referente a seguir. Fue Charles Laughton quién, con una asombrosa capacidad para el manejo de la luz, el blanco y negro y la tensión en calma, dirigió a Robert Mitchum a través de la inolvidable 'La noche del cazador'. Película cuyas críticas en la época le quitaron las ganas de deslumbrarnos más con su talento.
Al igual que éste último, 'El rostro impenetrable' es la única película dirigida por Marlon Brando. Comenzada en un principio por Stanley Kubrick, Brando se responsabiliza finalmente de todo el film. Tachada de egocéntrica, es indiscutible que el rostro de Marlon Brando es el tema central de la cámara. Sin embargo, este indomable genio junto al talentosísimo Karl Malden ofrecen un duelo difícil de olvidar, bien llevado y con garra, con interpretaciones maestras que soportan la solidez de la historia.
De metraje excesivo, la película se pierde en ocasiones en escenas excesivas y enredos de nudos ya trenzados, con diálogos una pizca excesivos, que a veces le quitan esa energía descargada en las escenas iniciales. Sin embargo, las excelentes interpretaciones, y el buen guión (aunque excesivo, muy sólido y creíble) hacen que esta película no pase desapercibida, y pase a la historia como un clásico del western.
Mientras se terminan de estrenar las películas de 2009 que los distribuidores españoles nos escamotean hasta principios de año, valga la pena repasar la otra cara de la década cinematográfica: las peores películas de este periodo. Como es una labor titánica señalar toda la basura que nos ha llegado a las salas en este tiempo (mi lista supera el centenar de suspensos, siendo permisivo), haremos un repaso por algunas corrientes de la década y sus representantes menos agraciados. Eso sí, se han quedado fuera muchas sandeces que al menos son entretenidas (Dragonball Evolution, G.I. Joe, Van Helsing…) y otras que tienen cualidades hundidas en su mar de ignominia (caso de Pearl Harbor y la secuencia del bombardeo).
- Superhéroes: la tecnología se puso por fin al nivel requerido para no quedar mal, y las pantallas de cine se llenaron de héroes con superpoderes, casi siempre sacados de los cómics. Pero toda corriente espectacular conlleva una gran cantidad de bazofias, como la infantiloide Los 4 Fantásticos, la desangelada Daredevil, la plomiza Blade Trinity, la vergonzosa Spider-Man 3 o la despreciable Tomb Raider. Aún así, nada llega al nivel de inmundicia y despropósito que esa aberración llamada Catwoman, que encadena momentos ridículos con diálogos espantosos y actuaciones lamentables, en lo que puede considerarse un arma de destrucción neuronal masiva.
- Secuelas: no es nada nuevo que Hollywood saque segundas y terceras partes de todos sus éxitos, pero esta década hubo saturación. También fue porque muchas de ellas eran infumables. En 2009 tuvimos Transformers 2 y la segunda entrega de Millennium, dos ejemplos de cómo destrozar una saga a base de incompetencia. Pero es que si miramos atrás, veremos que la década ya comenzó con la hilarantemente mala Misión Imposible 2, con Semana Santa fallera de propina. Entre medias tenemos secuelas que empeoraron hasta lo indecible lo que ya de por si era poca cosa (A todo gas 2, Freddy vs Jason, Scream 3, Dos policías rebeldes 2, Beyond Reanimator…) y otras que destrozaron toda la calidad atesorada en anteriores entregas (la esperpéntica Muere otro día, la tronchante X Files: Creer es la clave, la soporífera The Ring 2, la bobalicona Be Cool…).
- Remakes: era de esperar que, con una cultura cada vez más centrada en lo inmediato, comenzasen a surgir remakes como churros, y de películas cada vez más actuales. Rara vez mejoran los originales, pero tampoco es costumbre que los trituren hasta el punto que consiguieron películas como La profecía, Taxi, Los ángeles de Charlie o, sobre todo, la desastrosa Vanilla Sky.
- Uwe Boll: el director alemán se convirtió a pulso en sinónimo de cine basura. De su puño surgieron tres de las películas más cancerígenas de la historia, y porque servidor no ha visto más de las suyas: Alone in the Dark, House of the Dead y BloodRayne. Es difícil que alguien las sepa hacer peor, aunque lo intente. Y ya que estamos con adaptaciones de juegos, por qué no mencionar el bochornoso cutrerío de Dragones y mazmorras, que de penosa que es, parece dirigida por el alemán.
- Cables: desde que Matrix renovó el cine de acción, dos constantes se repitieron hasta la saciedad, el tiempo bala y las piruetas con arneses. Lo que nos trajo incontables bodrietes del estilo de Nacer para morir, El mosquetero, xXx, Romeo debe morir o, llevado al paroxismo más estúpido, DOA: Dead or Alive. Pero tranquilos, también sin cables se puede hacer cine de acción nocivo. Ahí están la calamitosa Tras la línea enemiga, la desmañada Timeline, la insustancial Prueba de vida, la farragosa Windtalkers, la subnormal Next o ese horrible pastiche llamado Doomsday.
- Parodias: por suerte, he conseguido evitar lamayoríadetonteríasacabadasen “movie”. Los trailers son suficientes para incluirlas a todas en esta sección. De las que he visto, lassecuelasdeScary Movie desde luego lo merecen. Todas ellas. Y eso que son las que están mejor hechas.
- Cine de prestigio: también hay cintas execrables dentro de las que en principio aspiraban a premios y esas cosas. No hay más que ver la grotesca Casanova, la patética The Body, la folletinesca Cometas en el cielo, la rancia y tópica El patriota, la aburridísima El mercader de Venecia o la mustia Le Divorce. Dan ganas de llorar al ver tanto talento desperdiciado. Dentro del cine indie tenemos la insoportable Margot y la boda, la infecta Ellos y ellas, la exasperante La vida ante sus ojos o la incomprensible Fay Grim. Un grupo de majaderías al que se suma como siempre el cine español (sé que Las 13 Rosas tiene seguidores, pero es un telefilm rodado con la pericia de un orangután) e incluso el francés (a la pútrida Háblame de la lluvia se le puede añadir la gilipollesca Novo o la no menos fétida ¿Cuánto me amas?). Hasta los documentales ponen su granito de arena, con ese engañabobos de preescolar llamado Zeitgeist.
- Festivales: no es que sean una corriente, pero en los dos festivales de cine a los que he asistido, Sitges y Valladolid, también he podido ver alguna película de dudosa calidad. Afortunadamente, ni la americana What is It? (presunta película metafórica y simbólica con la calidad cinematográfica de un esputo ulcerado de fumador de puros) ni la india Ritu (una suerte de versión cursi, imbécil e insufrible de Melrose Place, que ya es decir) llegarán nunca a las salas españolas.
Si notáis alguna ausencia, seguramente se deba a que ya no cabía. O a que he procurado evitar la película. Que a uno no le pagan por tragarse todo lo que echan.