13 de abril de 2011

Un OLÉ a tiempo

Yolanda Martínez.

Más que un estilo de música, una forma de mover el cuerpo a compás o acariciar la guitarra, el Flamenco es un modo de vida. Acepta tanto al que sabe, como al que no, enreda en sus ojos la magia de un camino y regala aire a quien se acerca entregándole el sino. Flamenco es el que lo siente, a quien le late el corazón por bulerías y lleva en la sangre lunares verdiblancos.

Un flamenco se distingue por los andares desprendíos, porque no tiene mayor riqueza que la de su arte, aunque su fortuna sólo lleve tres letras y un pecho gitano y grande.

* Amar, amando, amante... todas las formas verbales habidas y por haber caben en este primer mandamiento. El amor es la razón de existir, el oxígeno para culquiera y da igual cómo o hacía quién se manifieste: fe, cariño, pasión, lujuría... lo único importante es que entre aire en los pulmones.

- Yo no le temo a la muerte porque morir es natural, le temo más a las cuentas que a Dios le tendré que dar. ('Bulerías de La Bola'. Estrella Morente).

- Lo mismo que una veleta tu querer lo mueve el aire, el mío es como una roca, que aguanta los temporales.

- Soñé dejarte, gitana, y me desperté besando los hierros de tu ventana.

- Si te preguntan lo niegas y te haces la indiferente que tu nombre con el mío no lo empareje la gente. Niña del verde suspiro, ¿a quién le importa las cosas que te digo, ni a dónde llegan mis besos ni lo que tú haces conmigo? ('Niña del verde suspiro'. José Mercé).

La calentura de la piel y el fuego del pecho también pueden escribirse sin puntos suspensivos y a gorgotones de sangre.

- Las pagas con un desaire toditas mis atenciones, pero tendrás ocasiones de llorar gotas de sangre.

- Grande locura es negarlo, es verdad que te había querío. Grande locura era negarlo. Ay, pero tú pa' mí acabaste y así viviera cien años. ('Grande locura'. Enrique Morente).

- Te cruzaste en mi camino, reniego de haberte encontrado, pero contigo aprendí a caminar con cuidao.

* Libertad, pureza, duende... todo gira en torno al mismo palo, la soleá. La conciencia del tiempo, muy agudizada entre los flamencos, determina la bancarrota de los bienes de este mundo y una posición hasta cierto punto ascética, que se traduce por el desprecio de los ilusorios bienes terrestres y la búsqueda tan sólo del sentimiento. Vivir al límite, al filo del aire, de cara a cara con la muerte y con los pies siempre dispuestos para marcarse un camino explican la mítica frase de La Piriñaca: 'cuando canto a gusto, me sabe la boca a sangre'.

- Todo lo vence el amor, todo el dinero lo allana, todo lo consume el tiempo, todo la muerte lo acaba.

- Que lo dicen los refranes, todo aquel que dice yo soy es porque no tiene a nadie que le diga tú eres, su compañía es el aire. ('Fandangos naturales'. Enrique Morente).

- El hombre para ser hombre necesita tres partidas: hacer mucho, hablar poco y no alabarse en su vida.

Y las penas no se cuentan, se cantan al aire. El flamenco las mezcla con la salíba y, las que duelen, no las comparte con nadie, sino sólo con sus 'ayes' que van siempre en carne viva, desnudos de sentimiento y cargados de palabra vivida.

- A la orilla de un río yo me voy solo y aumento la corriente con lo que lloro.

* Vida y muerte, sangre con sangre. De una cultura extraordinaria, los flamencos guardan la vida en un cajita de buen metal para hacer el mejor de los sonidos. Quizás porque miran a los ojos de la muerte con la dignidad propia de lo natural, valoran, disfrutan y sienten de forma diferente. Su filosofía está llena de matices, enraizada en la tierra y repleta de verdad.

- Lo de ayer ya se pasó y lo de hoy se va pasando; mañana nadie lo ha visto: ¡mundillo, vamos andando!

- Ninguno hable mal del día hasta que la noche llegue: yo he visto mañanas tristes tener las tardes alegres.

- Las glorias de este mundo son transitorias, pues duran mientras pasan por la memoria.

*** P.D. Quizás los flamencos no tengan nada qué ver con esto, pero todos tenemos derecho a soñar cómo queremos ser ***

1 Response to "Un OLÉ a tiempo"

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Lobo Says....

Gran artículo. Un dominio de la sensibilidad a flor de pluma brillante.
Consigues interesarme, incluso conmoverme ligeramente, respecto a un tema del que nunca he sabido ni he querido saber nada: el flamenco.

En mi opinión, tu texto tiene una pizca de ese arte sobre el que tan hondamente expresas tus certeros comentarios. Enhorabuena.

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