25 de abril de 2011

Arde París

Antonio Lucas "Lobo".

Con la iglesia hemos topado ¡Pues a quemarla!

El pasado 6 de abril prendieron fuego a la puerta principal de la parroquia de San Vicent, una de las más grandes y concurridas de Barcelona. La extrema izquierda feminista dedica la agresión a “las mujeres muertas por la moral del perdón”.

Ya saben, quemar iglesias, lo normal. Yo no entiendo nada, de verdad señores, nada de nada.
Lo dicho… no cabe un tonto más. Pienso en ese grupo de mujeres osadas, cultivadas ellas en la apología de la amazona de Cacharel y sólo siento compasión, eso sí, con la arcada de turno.

¿Pero, por qué? Mi sensación, abrumadora y desalentadora, es que una cantidad ingente de personas se ha empeñado en demostrar aquello de que el sentido común es el menos común de los sentidos. Lo están bordando. ¿No les parece a veces estar rodeados de individuos ávidos de cruzadas personales? Cruzadas estas tan mezquinas como idiotas.

Me contaron el cuento mal. Los mayores me dijeron que “los malos” eran los menos y los tontos la excepción. Mentira cochina. También me sugirieron muchas cosas sobre la izquierda y la derecha. Más mentiras. De mayor aprendes que hay gilipollas hasta en el centro. Puedes documentarte, leer, ver mundo, entonces descubres que en ambos bandos se puede elevar la intolerancia y el fanatismo hasta límites ciertamente más insoportables que insospechados.

Pero bueno, a lo que vamos, lo de San Vicent sólo ha sido el último de una serie de ataques y ofensas contra los católicos que se están recrudeciendo en los últimos meses: procesiones ateas durante la Semana Santa, obras de teatro sacrílegas, asaltos a las capillas universitarias, etcétera.

Responsables de la agresión reivindicaron los hechos en diversas páginas web como 'Indymedia' y 'Saboteamos.info', reconociendo que la noche del 22 de marzo incendiaron la puerta principal de la parroquia. En el texto publicado explican que, aunque estaba en sus planes provocar un daño material, la acción era principalmente simbólica: "La iglesia simboliza y representa la opresión histórica y actual sobre todo hacia nosotras como mujeres, decidiendo sobre nuestras mentes y nuestros cuerpos, nuestro papel y nuestros roles en esta sociedad patriarcal". Pues nada, mañana mismo podemos ir a apalear curas, ya que hace unos quinientos años una tal Santa Inquisición se las hacía pasar putas a las buenas gentes de este país. También podemos ir a la farmacia de la esquina y en los pezones del farmacéutico colgar abrigos de pana mojados hasta que sangre e implore perdón por esa patraña de la gripe A que nos metieron doblá, nuestro farmacéutico seguro que era un cabecilla de la operación.

No necesito una licenciatura en psicología para asignar un diagnóstico a las autoras de estos hechos: imbéciles. El término científico sería tontitis aguda con reducción al absurdo (eso se da en cuarto curso de carrera). Supongo que tales princesas de barrio ya serán amigas en el Facebook de las que realizaron la performance hace una semana en la capilla de la Universidad Complutense de Madrid. Que quede claro que performance significa enseñar las tetas. Lo sé… si ustedes, al igual que yo, llegan a saber esto antes quizá estaríamos mucho más comprometidos con lo del teatro y lo del anticlericalismo.

El grupo de heroínas entró en la pequeña sala coreando las siguientes consignas: "Contra el Vaticano poder clitoriano" o "Menos rosarios y más bolas chinas". Dos se desnudaron de cintura para arriba y se besaron en el altar. Otras mostraron la barriga, donde se habían escrito palabras como "deseante", "bollera" o "bisexual".

A las pirómanas las puedo entender, el fuego mola, además es harto sabido que sin incendiar una iglesia una no puede ser una mujer hecha y derecha. Pero lo de las estudiantes me abruma considerablemente, derrochan ingenio ante un aforo demasiado limitado para tanto arte. Y lo más importante, si quieren enseñar sus cántaros de miel les puedo recomendar mil y un lugares mucho más adecuados que esa capilla, a la par que mucho más prácticos y aprovechables a la hora de optimizar unas tetas. Por favor, ¿ir a mostrar unos pezones para disgustar? Muéstrenlos para gustar, para que los saboreen y los aprecien, tal y como se merecen unos nobles pezones.

Niñas, déjense de pamplinas y olviden su guerra particular con una iglesia a la que no conocen, pues a ustedes simplemente les han entregado ese dragón que andaban buscando para ajusticiar, un chivo expiatorio con el que satisfacer sus ganas de reivindicación y lucha antisistema. Piensen que uno sólo debería atacar lo que conoce perfectamente, de otro modo ¿cómo no sentirse incoherente, sucio? Cavilen sobre esto.

Veo claro, cristalino, que una universidad pública no debe albergar templos de culto de religión alguna, por tanto comprendería que a partir de ahora no se construyeran, pero me parece ridículo (en cuanto a tolerancia se refiere, que quede claro) abogar de esta forma tan agresiva por su cierre en los campus donde ya existen y acogen a un cierto número de fieles, ¿pero a qué clase de gente le puede molestar que unos cuantos chavales recen cerca mientras uno estudia o lo intenta? Es el colmo de la incoherencia, individuos e individuas con estandartes de la tolerancia tatuados en el pecho escupiendo a la misma cara de esa cacareada madame tolerancia. Señores, yo estudiar, lo que es estudiar, en el campus no estudiaba, porque las cosas desagradables las hace uno en su casa, pero de ningún modo puedo imaginarme sobresaltado de indignación en la biblioteca al informarme de que a unos cuantos metros de mi sala de estudio hay unas personas rezando ¡Orando a un Dios que no conozco! ¡Convirtiendo el agua en vino! ¡Predicando el amor al prójimo! ¡Qué disparate, comer pepino y cagar tomate! ¡Qué paren! ¡Así no hay quien estudie!

Debe estar claro que las capillas desaparecerán de nuestros centros de estudio, y que así es como debe ser, pero también debería estar claro que esto no es algo de una urgencia vital, susceptible de recurrir a actos agresivos, ni mucho menos. Por mucho que el fondo sea digno las formas no deben perderse nunca. Si se critica a la iglesia por su poder y su dictadura del pecado y de la intolerancia lo mínimo que se está obligado a hacer es no caer en esos defectos que tanto odio y repulsión despiertan. ¿Atacar a los curas? ¿Procesiones ateas? (¿Más de las que hay?) ¿Quemar iglesias? No se puede combatir la oscuridad con más oscuridad, la estupidez con más estupidez, es una suma fácil, el resultado siempre es un montón de mierda aún mayor.

El mundo está loco, y lo que es peor, la gente también. Por si a algún pirómano o performancera no le ha quedado claro: no estoy a favor de la Iglesia, ni en contra, no soy tan obtuso. Estoy a favor de la tolerancia y el sentido común. Estoy en contra de la violencia, de los zafios, los imbéciles, etc. Al que no le guste, no entienda, no apruebe o desprecie lo que digo, que no se moleste en ir a quemar lobos, ya estoy muy quemado.

2 Response to "Arde París"

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Andreu Says....

Toda la razón Sr. Lobo. Protestar contra una posible intolerancia con más intolerancia es cosa de locos. Me parece que hay mil formas mejores de hacerse oír que echando mano de la violencia, aunque es cierto que es la mejor forma para la gente que apenas tiene dedo y medio de frente.

Suscribo todo tu artículo. Siempre da gusto leer verdades, pero aún más cuando están tan bien escritas.

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Anónimo Says....

Verdades como puños. Has conseguido que mi café de después de comer y antes de currar sea pleno.

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