19 de septiembre de 2010
De “La Meca” a La Isla
Rosario García.
El miedo, ese sentimiento bien conocido por todos que, entre sudores y tembleques incontrolables, influye en nuestros actos y en nuestras decisiones desde que nacemos. Miedo que nos acompaña durante toda la vida y que se hace palpable con más o menos intensidad dependiendo de la etapa que nos toca vivir. A veces, se puede sentir en el aire; a veces, en la entrepierna mojada de nuestros pantalones; y otras, como es el caso, se hace tan palpable a través de la muerte y la venganza que es difícil de esquivar.
El miedo, única y absolutamente el miedo, ha sido lo que ha llevado a los dueños aguileños de la discoteca que, hasta el viernes, llevaba el nombre de LA MECA, a cambiar por el de LA ISLA, por culpa de las amenazas de bomba recibidas por parte de los islamistas a través de Internet. El presidente de la comunidad musulmana de Murcia se defendía diciendo que ellos no han sido quienes han pedido el cambio y que toda la polémica viene desde fuera, viene de la mano de quienes son capaces de tirar abajo sin ningún tipo de remordimientos las Torres Gemelas y de quienes son capaces de cobrarse miles de vidas en las vías del tren londinense o madrileño.
Dos chicas y un chico musulmán defendían el viernes 17 de septiembre en el plató de 'Espejo Público' de Antena 3 lo sucedido porque dicen que para ellos resulta ofensivo que se utilice el nombre de La Meca para referirse a un sitio en el que reina la perversión y el alcoholismo. Yo no sé qué habrán visto o qué les habrán contado, pero no todo el mundo va a la discoteca a restregarse con el de al lado ni a beber hasta perder el conocimiento… Y, además, ¿qué importa si fuera así? No resultaría nada raro encontrar un prostíbulo en las miles de carreteras de España con el nombre de Paraíso, ¡y mira qué no hay nada más pecaminoso que tener relaciones sexuales fuera del matrimonio! Pero ahí está la diferencia, a los que predican poniendo la otra mejilla no se les tiene en cuenta al pensar si lo que se hace ofende o no, aunque Madonna descienda sobre su escenario simulando una crucifixión; pero es tanto el miedo que nos dan los islamistas, que ni siquiera se puede jugar a dibujar a Mahoma en un papel. Que yo no digo que no haya que respetarlo ojo, por supuesto que sí, pero igual que merecen respeto unos, merecen respeto los otros. Vamos, si el pobre Buda levantara la cabeza y viera la cantidad de imágenes suyas que pueblan discotecas, bares, jardines o casas particulares, la paz interior que vive en el Budismo se iría al carajo.
Y en esta misma definición de respeto se basaba una de las invitadas del programa de Susana Griso para defender sus argumentos. ¿Te parece poco respeto y tolerancia dejar que llevéis pañuelo aún creyendo que va en contra de la dignidad de la mujer? Se escudaban en que España es un Estado aconfesional y con un principio tan básico como el de libertad para decir que ellos son libres de profesar la religión que quieran. Y permitidme si dudo del concepto de libertad que puede tener una mujer para la que ésta se supedita a las decisiones que tome su marido tanto dentro como fuera de casa. Por eso mismo, por ser España un país aconfesional y libre, puede repartir por su territorio los símbolos religiosos que quiera y no puede prohibir a nadie que utilice una palabra cualquiera para poner nombre a su propiedad privada –otro derecho constitucional básico, por cierto-.
Por eso, porque España tiene los principios fundamentales y constitucionales que tiene y debe tener, hay quien se aprovecha y piensa que aquí, puede hacer lo que quiera. Yo no puedo llegar a Marruecos o a Arabia Saudí y exigir no ponerme el pañuelo, y mucho menos, puedo exigir que allí las mujeres no se lo pongan porque a mí me ofende si yo vivo aquí. Además, ¿hay algo más absurdo que morder la mano de quién te da de comer? Pero lo peor no es eso, lo peor es no tener un Gobierno que ponga los puntos sobre las íes y deje perfectamente claro que aquí ellos no pueden imponer sus normas, ¿acaso es esto un intento de colonización?
Las invitadas de Espejo Público también decían que El Corán y Mahoma solo defienden la paz y el respeto. Que me expliquen a mí donde se esconden detrás de tanta masacre e intolerancia con los demás.
Y no, no soy racista. Si no, pregúntenle a los maridos de mis primas, marroquí y gitano, con los que convivo y a los que saludo, abrazo y beso, cuando me apetece o lo requiere la ocasión.
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2 Response to "De “La Meca” a La Isla"
Esto es absurdo. Claro que es ofensivo poner el nombre "La Meca" a una discoteca y además construir el edificio en forma de mezquita,estimada Rosario García: no tienes ningún argumento para defender este hecho porque tu cultura no tiene nada que ver con la de los musulmanes,la Meca para ellos es un lugar sagrado sea cierto o no,esas son sus creencias,creo que hay que respetar las creencias de los demás y intentar siempre convivir el uno con el otro,yo estoy seguro que si ponemos el nombre de "Vaticano" o "la casa de Cristo"a la discoteca los cristianos no van a callarse la boca.. Yo soy ateo y me importan un pepino todas las religiones pero no voy por la calle ofendiendo a todos los demás diciendo que son ignorantes porque a lo mejor el ignorante soy yo.
Claro...Cristo es la verdad y la vida !
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