Antonio Soriano / Cocentaina.

Son muchos los debates abiertos en torno a la aplicación de las tecnologías de la información y de la comunicación a la educación. Uno de ellos, el que intenta explicar su valor conceptual, mantiene una tensa disputa entre dos polos aparentemente opuestos pero que en la realidad práctica del día a día no lo parecen por el uso que hacemos de ellas: pronombre personal femenino con el que me referiré a las TICs. Esos dos polos de los que hablo, hablan, valga la redundancia, de soportes y recursos. ¿Son ellas un soporte o un recurso? Responder a esta pregunta va a determinar en gran medida su papel en la educación.

Ellos, los del polo negativo, y ya me estoy posicionando, hablan de ellas como un recurso. La gran enciclopedia Salvat cierra sus puertas como si de un pequeño comercio se tratara ante la irrupción de un gigante del sector, como puede ser GOOGLE, cuyas intenciones, si no las ha conseguido ya, son monopolizar el sector.
Ellos, los del polo positivo, hablan de ellas como un soporte. El profesor/a de turno no es viejo, ni joven, ni alto, ni bajo, ni gordo, ni delgado, ni bueno, ni malo,…el profesor/a es puro software vestido con html al que nos referimos con un educado www antes de pronunciar su nombre.

Sí, son dos posiciones, dos ejemplos llevados al extremo, pero que sirven para explicar qué papel pueden o desempeñan ellas en la actualidad. Si empezara a leer este párrafo Mayra Gómez Kemp y a estas alturas dijera “… y hasta aquí puedo leer…”, más de uno pensaría en mujeres y no en ellas, digo TIC’s. Bien me sirve este peculiar e histórico ejemplo de nuestra televisión para establecer una serie de paralelismos socioculturales con el tema o el propósito de estas palabras mecanografiadas, que no escritas. Por no sé muy bien qué razón, que escapa a mi entendimiento, las mujeres con el paso de los años fueron adquiriendo igualdad frente a los hombres, cuando nunca tuvieron que desearla porque todos los seres humanos, hombres y mujeres incluidos, somos iguales. No obstante dado que las circunstancias socio-históricas así lo siguen escribiendo, que no mecanografiando, lo utilizo como ejemplo para argumentar que un cambio en la sociedad de los muchos que se dan, frutos mil, implica una adaptación significativa. Si la sociedad se ha adaptado al papel igualitario de la mujer, también lo hará para adaptarse a ellas, a las TIC’s. Ellas son necesarias para la sociedad, las mujeres y las Tic’s.

Los hombres y las mujeres son dos ejemplos de polos opuestos que se atraen, al igual que lo son los que piensan en las TIC’s como soporte y los que lo hacen como recurso. Beneficiarse del recurso que supone internet en términos de acceso a la información y a su tratamiento, es un ejemplo claro de esas dos medias naranjas que se unen.

Adaptarse a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, sobretodo en la educación, va a suponer un cambio significativo muy importante en los modelos de aprendizaje al que no vamos a llegar fácilmente, como no lo ha sido llegar a la igualdad entre hombres y mujeres. La clave está en cómo tratar esa diferencia que a la vez nos hace iguales en el camino hacia el progreso y el éxito, en nuestro caso, escolar.