Alex Boubeta / Cangas.

Tras varios meses de parón, ya sólo falta una semana para que empiece el nuevo Mundial de Fórmula 1. Se pondrá en marcha el fin de semana que viene. Había ganas de que volviera y ya está aquí. Nos viene quizás una de las temporadas más esperadas y con muchas novedades. Más esperadas para nosotros por el fichaje de Fernando Alonso por Ferrari. Tras dos temporadas en las que apenas se pudo acercar a los primeros puestos, la afición espera que este año el asturiano pueda por fin estar entre los mejores, pelear por las carreras y por el Mundial. Muchos piensan que Alonso es el mejor piloto y Ferrari, el mejor equipo, así que no debe haber obstáculos para que el asturiano triunfe.

Pero es que además hay otros dos pilotos españoles en la parrilla. Algersuari continúa su aprendizaje en Red Bull pese a su corta edad y Pedro Martínez de la Rosa ha encontrado una gran oportunidad en BMW Sauber para correr al máximo nivel este año en la Fórmula 1. Otro que vuelve es el legendario Michael Schumacher, siete veces campeón del mundo, retirado desde 2006 y acogido por Ross Brawn, con quien concidió en su etapa en Ferrari. El vigente campeón del mundo, Jenson Button, fichó por McLaren para formar un tándem de dos campeones del mundo británicos junto a Hamilton, un tándem que, a priori, puede generar problemas con los egos en el seno del equipo. Por su parte, otro campeón del mundo que no daba el nivel últimamente, Kimi Raikkonen, ha abandonado la Fórmula 1 para participar el Mundial de Rallies.

También hay cambios en el nivel normativo. Se ha aprobado un nuevo sistema de puntuación que parece de una vez por todas dar a los primeros una ventaja significativa primando más a los primeros que a la regularidad en posiciones más retrasadas. También se incorporaron tres nuevas escuderías: la española antiguamente denominada Campos Meta, Lotus y Virgin. Habrá 12 y, por lo tanto, 24 pilotos. Otra modificación normativa es la referida a los repostajes, ya que ya no se cargará el depósito de gasolina en las paradas, sólo se cambiarán las ruedas. Esto supone que los monoplazas tendrán que ir más cargados de gasolina y, por ende, más lentos.