María José Moreno / Cartagena

La semana pasada tuve la oportunidad de visitar una de los referentes turísticos más importantes de nuestro país, la isla de Ibiza; Fiesta, playas de ensueño, descontrol…allí pude comprobar que no se trataba de un mito, una vez que estas dentro nada te sorprende, veas lo que veas y hagas lo que hagas es válido con la excusa razonada de que estás en Ibiza...

Es complicado resumir cinco intensos días en la isla, pero sintetizando mucho, aquí dispongo un breve resumen de los puntos más destacados:

Dos calas de obligada visita y una playa de moda

Sin duda fue un acierto ir a Cala Saladeta y Cala Llonga. La primera, a pesar de su difícil acceso a través de un acantilado, del cual aun mis piernas están resentidas, sus cristalinas aguas constituyen una merecida recompensa. Es una cala para gente joven muy aconsejable para bucear o tomar el sol en la orilla. La belleza de Cala Llonga radica en poder contemplar el frondoso paisaje de pinos que caracteriza a la isla mientras disfrutas de un baño en sus tranquilas aguas.

La playa de Ses Salines, es conocida por ser el punto de encuentro de muchos personajes famosos y millonarios que se acercan a ella en sus envidiables yates. Si quieres sentirte por un rato como ellos, un fotógrafo profesional merodea la zona para ofrece sus servicios y deleitarte con un reportaje de posados playeros al más puro estilo Ana Obregón.

En esta playa, además, es muy común disfrutar de improvisados desfiles de cuerpos esculturales anunciando las fiestas de las numerosas discotecas de la zona.

Mercadillos hippies

Situado cerca de la localidad de Santa Eulalia, el mercadillo hippy de Es Canar se emplaza cada miércoles en el solar del club Punta Arabí. Muy alejado de los mercadillos y rastros que estamos acostumbrados a visitar en otros ciudades, en este de Ibiza podemos encontrar una gran selección de recuerdos, pareos exóticos, diferentes tipos de ropa, objetos realizados en cuero y una gran oferta de objetos de plata realizados a mano en Asia. Incluso hay actuaciones de música y bailes realizados por auténticos hippies de los setenta.

Si no llegas a tiempo a ver este mercadillo, cada día, artesanos, pintores y diseñadores se ubican en otros puestos de la isla para dar rienda suelta a su imaginación.

Fiesta en la isla

En este apartado solo puedo hablar de una discoteca, la única que tuve oportunidad de ir por falta de tiempo y abundancia de cansancio. Space es famosa por ser uno de los mejores clubs del mundo, acoger en ella a famosos djs y celebrar míticas fiestas durante la semana; además está situada justo debajo de la ruta de aterrizaje de los aviones que llegan al único aeropuerto de la isla, por tanto es más que curioso sentir el estruendo de los aparatos sobrevolando la terraza.

Si eres amante del techno-house, el sonido te envolverá de tal manera que no serás consciente ni de donde estas, ni con quien has venido ni de que el tiempo pasa ahí dentro ya que la acústica se ha llevado a un nivel superior y la iluminación es tan potente que hará que te olvides de todo.

Famosos atardeceres

El conocido Café del Mar y su competencia Café Mambo alberga alrededor de las nueve y media de la noche a un numeroso grupo de turistas y pedáneos que disfrutan con las bellas vistas que ofrece la puesta de sol. Entre aplausos y gritos el sol se esconde tras el mar dando pasos a las mágicas noches ibicencas.

Formentera, el paraíso español

Doy fé que es un merecido sobrenombre. No conozco el Caribe pero no concibo que pueda ser mejor que las playas de esta isla. Ses Illetes goza de unas cristalinas aguas de un precioso color azul turquesa y arena blanca que, hoy por hoy, es la mejor playa en la que me he bañado.

Para llegar, has de coger el ferry en Ibiza y una vez que estas allí, la mejor forma para desplazarse es alquilar una moto, algo que no duda en hacer el 90% de los visitantes, de tal manera que es un tanto cómico ver la isla infestada de este medio de transporte.

Es cierto, Ibiza engancha, no tengo ninguna duda, que el año que viene o cuando sea posible volveré para seguir descubriendo todos sus secretos y para dejarme hipnotizar por el indudable encanto que desprende la isla pitiusa.