Héctor Rubio / Madrid

Y me atrevo a decir “Chavezlandia” porque este señor hace y deshace en su país lo que se le antoja sin que nadie tenga capacidad de replicarle ni poner en duda sus actos. Y si lo haces, te llama “Yanki o capitalista de mierda” y te echa del país, a ti y al embajador de turno. Así funcionan las cosas allí.

Esta situación en realidad no debería sorprendernos tanto. Mirando los últimos resultados electorales que cosechó, parece que cuenta con el beneplácito de la mayoría de sus compatriotas. Cabe recordar que en Venezuela los mandatos presidenciales duran seis años tras la Constitución de Venezuela de 1999 y Chávez renovó su liderato al frente del país en el año 2006 con cerca de un 63% de los sufragios por el 37% de Manuel Rosales. Con lo cual, el actual presidente podrá hacer lo que le venga en gana hasta 2013, donde tendrán lugar los nuevos comicios, eso si no se autoproclama jefe supremo y general de todos los ejércitos (a los dictadores no les gusta que les llamen dictadores, los pobres…)

Volviendo al periodismo que es el tema que nos concierne, el pasado día 30 de Julio, la fiscalía venezolana presentó una propuesta de ley titulada “Ley especial sobre delitos mediáticos” que contempla penas de hasta cuatro años cárcel para cualquier persona que ejerza el periodismo (ya sea redactor, locutor o dueño de empresa de comunicación) o artistas que infrinjan la “talibana” ley.

Hace un par de días y sin cortarse un pelo, el director de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (cada vez más parecido al Ministerio de Propaganda que dirigía un tal Goebbles) Diosdado Cabello anunció el cierre de 34 emisoras de radio por valorar que “habían faltado a los requisitos legales”, algo muy cuestionable viendo las excusas que dio: que si no habían renovado la licencia a tiempo, que si le faltaba un papelito por aquí, una firma por allá…, etc., etc. Eso sí según Cabello todo esto lo están haciendo porque están “democratizando el espectro radioeléctrico” por el bien del país y sus conciudadanos. Démosle gracias por ello.

Como no puede ser de otra manera, las respuestas no se han hecho esperar. Alonso Moleiro, vicepresidente del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) de Venezuela, dijo a la BBC que "desde la última dictadura no recuerdo que nadie hubiera hablado de una ley como ésta. Da la impresión de que con esta ley cualquiera que denuncie temas de corrupción contra un funcionario público podría ser fruto de un ensañamiento”.

Así mismo, los miembros del CNP se preguntan: "¿Qué es un delito mediático?”, ¿Una apasionada polémica pública entre dos articulistas? ¿La parodia política de un humorista? ¿La publicación de una denuncia que afecte intereses sacrosantos? ¿Las cifras sobre las índices de criminalidad?".

Pero no son sólo los profesionales de la información los que claman por ésta abusiva y “hitleriana” ley. El sábado 1 de Agosto, millares de venezolanos se concentraron en las sedes de varias de las emisoras retiradas de antena al grito de: "Pueblo, madura, esto es dictadura".

Raudo y veloz cual cucaracha intentando zafarse del spray antimosquitos, Chávez salió en los medios (sus medios) a decir que no es que hayan cerrado medios, sino que los han “recuperado” porque estaban en manos de la “burguesía” y había que devolvérselas al “pueblo”.

Dijo el filósofo español Jaime Balmes que “El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a los otros”. Creo que no hace falta decir nada más (a ver si me van a leer en Venezuela y van a venir a por mí).