Ana Andújar / Lorca

O CÓMO EVITAR QUE LA ARENA CONVIVA EN TU BIKINI UNA SEMANA

Con la llegada del verano y el fin de los exámenes, una alarma interna salta dentro de cada uno de nosotros: ¿hay que recoger la fianza del casero? ¿Fijar las fechas de los suspensos en septiembre? ¿Buscar campamentos de voluntariado en Guatemala? Todo muy útil, sin duda, pero si lo que queremos es hablar con sinceridad en esta sección, reconozcámoslo: lo primero es sacar pecho (meter barriga) y empezar a fichar en la playa posibles alternativas para hacer nuestro periodo estival más llevadero.

Y para eso, ¡qué mejor que el sexo! Quien no tenga una pareja que mire a su lado ahora mismo y enganche a cualquier candidato/a, porque los consejos que vamos a daros no son para tocarse uno solito. Así que ponemos cremita (o que os la pongan), coged los manguitos (sólo para parejas estables, no se asegura que vayas a pillar de esa guisa) y a disfrutar de la playa en todo su esplendor.

Pero, ¿qué tiene la playa, que nos despierta dudas? ¿Es la dudosa apariencia de la ensaladillla del chiringuito, la panza colorada del guiri de enfrente? También, ¿pero qué pasa con los calentones en un medio tan familiar y entrañable como la playa? Aguantaros no os dejará ciegos, pero os damos otras alternativas para evitar retención de líquidos.

Ante todo, no nos responsabilizamos de que aparezcais en esos programas de madrugada de Antena 3 o que la Policía no tenga reparos en pediros los datos si os pillan poniendo en práctica algunas de estas posturitas...pero mientras tanto, aseguramos que os lo pasareis bien. Mejor probad en playas más bien vacías y piscinas privadas, nadie quiere nadar entre vuestros proyectos de prole.

En playitas poco profundas hay que aprovechar la orilla: Si el chico se sienta con las piernas cruzadas, la chica puede montarle mientras se apoya en sus hombros. El chico puede también hacer fuerza apretando sus nalgas para ayudarla a empujar. Y si lo que os va son los juguetes, podeis aprovechar vuestra última adquisición del chino de la esquina. Sobre una colchoneta, la chica se apoya de espaldas mientras el chico la penetra por detrás rodeándola con las piernas. En aguas poco profundas, se puede hacer una variante: ella apoya su barriga en la colchoneta y él puede penetrarla de pie. Además, se os pondrá el culo moreno, que es algo que siempre queda bien. Respecto a los revolcones en la arena, el misionero es buena opción si las embestidas no son muy fuertes, porque acabar con el bañador lleno de arena no es el final más romántico.

Y si teneis la suerte de daros un chapuzón en una piscina particular sin millones de niños y abuelas merendando, a experiemtar y divertise: que ella se recueste en el borde y él le coloque las piernas sobre sus hombros (y que ella se agarre al bordillo para no acabar arrastrada por todo el suelo), o un acuático de toda la vida agarraditos como pulpos.

Recordad que a veces la penetración en el agua puede irritar la zona femenina, así que aprovisionaros de un buen lubricante (Durex acaba de sacar el sabor a piña colada, que pega mucho con el rollo playero) para que todo vaya como la seda. Y por supuesto, protección, ¡que los preservativos no se volatilizan al contacto del agua!