1 de julio de 2009

La crisis (económica) de Hollywood (I)

José Hernández / Murcia

Los muros del Hollywood clásico comienzan a tambalearse. No tenían suficiente con la
huelga de guionistas y las duras negociaciones con el sindicato de actores. Hace unos días, vía Reuters, supimos que la Paramount busca otro estudio con el que fusionarse. Los candidatos más claros, Sony y Universal. Y no se trata de una noticia aislada: MGM está al borde de la bancarrota, mini-estudios como New Line han sido absorbidos por las majors, y divisiones de grandes compañías, como Fox Atomic, han cerrado sus puertas. ¿Qué ocurre en la Meca del Cine?

El analista poco avispado podría comenzar hablando del descenso de espectadores en las salas, de la piratería, etc. Craso error. El aumento del precio de las entradas y la aparición del 3D han hecho que este año se esté
batiendo con holgura el récord de taquilla en Estados Unidos. En tiempos de crisis, el cine siempre ha sido una de las mejores escapatorias para la población. Cierto es que el número de espectadores ha descendido en la última década, pero esta bajada ha sido absorbida por el sistema sin gran problema. Como ejemplo, baste citar el aumento progresivo de las recaudaciones en el extranjero, que casi se han duplicado en porcentaje en últimos veinte años.

Aún hay más: los ingresos netos obtenidos en las salas de cine sólo son una quinta parte, aproximadamente, de lo que un estudio obtiene con una película. El mercado doméstico, los derechos de emisión por TV o el merchandising suponen el verdadero pulmón de los estudios desde hace décadas. La venta de DVDs arroja cifras cada vez más abultadas, y sólo se comienzan a explorar las posibilidades económicas que ofrecen los nuevos canales y sistemas de difusión, como el pay per view o las descargas online. Con mayores posibilidades de distribución, el dinero no disminuye: si acaso se distribuye entre las diversas opciones disponibles.

Todo esto deriva en que, a día de hoy, es raro que una película no consiga beneficios. Hasta los grandes ‘fracasos’ terminan llegando a los números negros. Las únicas que aún luchan por obtener dinero son las compañías independientes, a las que la saturación del mercado ha puesto en un difícil brete: conseguir que sus productos salgan del gueto de los estrenos limitados. Con el aumento en el número de películas producidas cada año, el auge del cine amateur -auspiciado por la accesibilidad de la tecnología digital- y las escasas posibilidades para publicitar su producto –porque no hay dinero y los espacios están ya ocupados por los grandes estudios-, es casi imposible diferenciarse de la competencia para alcanzar cifras respetables. Pero todo esto, a las majors, poco o nada les afecta.

¿Y la piratería? A juzgar por las cifras anuales de recaudación, no se puede decir que esté siendo un excesivo lastre para la industria. Se podría hablar de una reducción de beneficios, pero en pocos casos de pérdidas reales. Y aún esto es una estimación, porque el número de descargas P2P de una película no se corresponde al número de personas que dejaron de verla en salas o comprar/alquilar el DVD, aunque nos quieran decir lo contrario. La mayoría de las películas descargadas no se habrían visto en cine ni aunque Internet no existiese. Antes Fulanito se esperaba a que las pasasen por televisión, ahora las descarga, que es más sencillo e inmediato. Quizá la décima parte, siendo generoso, de esas abultadas cifras que nos restriegan cada dos por tres son ingresos robados a la industria.

Entonces, ¿cuál es el problema que acucia a los estudios de Hollywood? La respuesta, en la próxima entrega.

No Response to "La crisis (económica) de Hollywood (I)"

Leave A Reply

Expresa todo lo que quieras