Héctor Rubio / Madrid

Como dice el subdirector de Internacional de la Agencia EFE Juan María Calvo, ésta “ha sido la guerra mejor contada de la historia, sin ninguna duda, de manera más inmediata y de forma más completa”. Estoy completamente de acuerdo con él, siendo este libro una muestra de ello.

Objetivo Bagdad: 12 reporteros en la Guerra de Irak narra a través de periodistas de la Agencia EFE el desarrollo de la invasión de Irak por parte de las tropas de Estados Unidos y Reino Unido para derrocar el régimen de Sadam Husein y destruir sus (supuestas) armas de destrucción masiva, así como las consecuencias del conflicto en la población civil Iraquí.

El libro parte del brutal atentado terrorista contra EEUU del 11 de septiembre de 2001 por parte de terroristas islámicos vinculados a Al-Qaeda. Estos hechos fueron el germen de la invasión americana de Irak. Desde cada una de las delegaciones de EFE repartidas por toda Europa y Estados Unidos, los periodistas cuentan como Francia, Rusia y Alemania por un lado se posicionan en contra de la guerra mientras que por el otro los Estados Unidos de Bush, la España de Aznar y el Reino Unido de Blair van dando forma a la misma, dando plazos para que Sadam Husein se desarme.

Pasado este tiempo de negociaciones y amenazas, el primer bombardeo sobre Bagdad se produce la noche del 20 de marzo de 2003. La guerra había dado comienzo. Rápidamente la directiva de Efe se reúne y comienzan a planificar como será la cobertura de la guerra.

Nombres como Alberto Masegosa, Sobji Hadad, Namir Al Hujaji y Carmen Moreno en Bagdad; Javier Martín y Elena Moreno en Kuwait; José Vericat desde Qatar; Miguel Frau Rovira en el Kurdistán o el “embedded” Alfonso Bauluz, insertado dentro de los marines norteamericanos, cuentan en primera persona cómo se preparan para cubrir la guerra, qué ropa y equipamiento necesitan, dónde pueden alojarse, las dificultades con los teléfonos vía satélite y los ordenadores portátiles, el hambre, cómo afrontar la muerte de los compañeros José Couso y Julio Anguita Parrado, la falta de electricidad y el uso de generadores, la cobertura de informaciones en las que se juegan la vida, los problemas para cruzar fronteras, la desesperación del pueblo iraquí, los saqueos de los “Ali Babas”, sus miedos, su valentía, su profesionalidad y su amor por el periodismo.