30 de julio de 2009

La conspiración de las sub-elites

Eneas G. Ferri / Alcoi

He tenido suerte, o eso puede parecer, dos veces. Dos veces en la labor de becario precario he podido cubrir las ruedas de prensa y las posteriores conferencias-mesa redonda de dos grandes de la comunicación en España. Dos de estos prejubilados, o al borde de, que tras dejar un gran currículum en el camino llenan con su presencia las bocas y las aulas de aquellas universidades que visitan en la labor de contar historietas de hoy, ayer y siempre y aplicarlas al análisis del contexto socioeconómico que vivimos.

Quizás seré yo, quizás un buen amigo que me habló al oído en la primera de las conferencias de una de las veteranas de televisión española, quizás que mi escepticismo y incredulidad aumentan con los años, o con los no-años de trabajo que quiero tener. En fin, que de nuevo fui, abrí los ojos y las orejas cual antenas parabólicas para aprovechar cada mínimo detalle y cada palabra, cada guiño de los grandes para hacerlo mío, para intentar sacar esas pequeñas lecciones de vida que al tiempo se recuerdan y no se sabe bien por qué, pero que sin embargo duran para siempre.

Total que fui, tome nota, escuche las intervenciones de exprofesores que tuve en la universidad y que quisieron hacerse notar en la profesión con intervenciones y temas, a mi parecer, más por decir "aquí estoy yo" que porque verdaderamente se les hubiera encendido la bombilla de "joder que interesante" o la de "a ver si le saco algo bueno a éste. Llegó el momento de preguntar a la plebe, y sin que sirva de precedente, y sobre todo porque no me gusta nada hacerlo, le dije: "perdóneme usted señor Campo Vidal. Tuve la oportunidad de preguntarle a una veterana de 'guerra' lo mismo que le voy a preguntar a usted". Le pregunté, puso la misma cara de incertidumbre, y ¡vaya casualidad! me respondió de la misma manera que la otra.

No se mojó, se quedó en el punto que cualquier gilipollas de universidad ya sabemos, como me dijo mi amigo aquella a la oreja. No se si será que no les gusta decir las cosas como parece ser que son de verdad en público, o que verdaderamente será cierta mi teoría de "la conspiración de las sub-elites", donde todo el que llega arriba, o más bien "sub-arriba", se tiene que callar la boca de cómo son las cosas de verdad, porque si no de una patada al culo, vuelven para abajo.

- Amigo, vuélveme a decir al oído cómo conspirar, pero no grites, cuidado con tu culo.

3 Response to "La conspiración de las sub-elites"

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Raúl M. Says....

No es menos cierto que también hay gente que llega arriba, pero como su discurso es tan pobre... no tiene nada que decir.

El caso de este Vidal del Campo. ¿Quién es ese?, qué ha hecho en la última década.

Ah, sí, moderar un debate.

Tocate los pies, cuando más se ha transformado el PERIODISMO, va él, y no hace nada... en fin, gurús de poca monta.

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