13 de julio de 2009

Nos vamos de festivales (III)

Ana Andújar / Lorca

FESTIVAL INTERNACIONAL DE BENICASSIM

Ya está aquí el señor de los señores de los festivales de verano nacionales, el único por el cual los hooligans de toda alcuirnia nos quitan el sitio en la barra y nos remojan con su sudor durante los conciertos: el FIB. En el 2009 se cumplen 15 años desde que este festival empezó a gatear tirando de distribuidores esperanzados y productoras indies que pretendían cubrir un hueco, hoy más que sobrexplotado, pero entonces virgen, de la música independiente de todo el planeta.

Aunque con los años todo ha cambiado, el espíritu del FIB sigue presente en todos aquellos que lo siguieron desde sus orígenes. Desde la playas de Benicássim, se ha ido ampliando el recinto (hoy hasta el doble, por el aumento también de la audiencia), mejorando las infraestructuras y perfeccionando la zona de camping, que incluso en su día albergó una edición del más convulso Viña Rock. El FIB de hoy no se parece desde luego a lo que podíamos experimentar diez años atrás, pero las cosas, el mercado sobre todo, y las nuevas generaciones de indies, han cambiado sin remedio al festival y éste se ha tenido que adaptar irremediablemente con algunas reformas que no han gustado a todos. Empezando por su precio, es el festival más caro del país, llegándose a pagar en diciembre (cuando salen las primeras entradas, en teoría, más baratas) a 170 euros los cuatro días. Desde la organización se defienden alegando unas características de recinto y un cartel de calidad que no podria financiarse de otra forma (aunque viendo la potencia de sus patrocinadores, los principales Heineken y Movistar, uno pensaría que les sobra para pipas), pero lo cierto es que desde marzo no quedan entradas y se tuvieron que poner a la venta 1500 abonos más sin derecho a camping por la inmensa demanda de los festivaleros.

Por ahí se dice que es un festival prepotente, que el precio es un atraco y que el cartel de este año deja mucho que desear. Quizás ellos se lo puedan permitir, no en vano sigue sobreviviendo a las continuas crisis de la industria o a esta una y grande que sufrimos en el país que ya se ha llevado por delante al Summercase de Sinnamon, el festival itinerante de Barcelona y Madrid que arrebató durante tres años a un buen número de poperos de las garras fibers. Quizás al cartel le sigue faltando un grupazo de esos que nos sorprendían hace años, de los que era imposible ver en otro sitio más que en el FIB, pero Oasis, Kings of Leon, The Killers o Franz Ferdinand como cabezas no son bandas de pueblo.

Desde SHDC os emplazados a seguir muy de cerca el FIB con la crónica especial del festival desde sus entrañas, sudando el sudor de Kapranos, bebiendo la cerveza de Brandon Flowers o haciendo cola en los aseos junto a Lilly Allen. O para lo que nos dé el presupuesto.

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