Eneas G. Ferri / Alcoy

Dentro de dos días, el próximo 16 se cumplen 40 años desde que el hombre pisó la Luna. “Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la Humanidad". Yo me lo creo. Vamos, me lo quiero creer. Hay quien no. Esas teorías de que la bandera no volaría porque no hay viento en la Luna, de que las huellas se ven para arriba, de que la fuerza de la gravedad no haría tal efecto en los pasos de Armstrong (que no es familia del ciclista), que si, que si, lo fácil es no creérselo. Vale, es cierto que no han vuelto en 40 años, pero porque están más ocupados en otra cosa, no porque no hayan querido. Porque el que quiere puede.

Como el líder norcoreano Kim Jong-il. Al pobre le han detectado un cáncer de páncreas. Para empezar, diremos que esto se ha afirmado desde una televisión surcoreana, así que como sea la mitad de creíble que alguna de las españolas seguramente sea mentira. Pero bueno, pongamos que al igual que el Tomate un día acertó por casualidad algo de lo que se inventó, es verdad lo de la enfermedad. El hombre dijo que armas nucleares, que ensayos y que pepinos por aquí y por allá. Porque “aunque sea bajito y koreano tengo más huevos que todos los bushes juntos”. Y ahí está, en las que pueden ser sus últimas y como dure un poco llegará a la Luna. Y si no al tiempo.

Por cierto, otros que quieren estar en la Luna son los del PSOE-PSPV de Benidorm. Resulta que el PP les quitó el poder, allá por el 1991, por una tránsfuga. Maruja Sánchez estando como concejal del PSOE lanzó a la alcaldía a un tal Eduardo Zaplana. Ahora, el PSOE tiene un tránsfuga del PP, José Bañuls, y parece que no acaban de entender lo del pacto antitránsfugas, pero sobre todo lo que parecen no entender es a Alarte, el líder socialista encargado de desbancar al todopoderoso Camps -que vino del planeta Gürtel a mandar a todos los valencianos- pero al que no le hace ni puñetero caso nadie.

Total, que los que estuvieron en la Luna, para muchos no estuvieron. Que los que no deberían estar en la Luna, hacen como que están para mandar al carajo la dignidad política y hacer lo que les sale del ‘consistorio’, sin mirar si el pueblo al que quieren mandar lo ve aceptable o no, ya sean de un partido o de otro unas décadas antes o después. “Hacemos como que estamos en la Luna y a la alcaldía a mandar”. Y por último, el que no está en la Luna, ni llegará a estarlo como sea verdad lo del cáncer. Pero eso sí, me da que si el honrado Kim Jong-il se entera de que en este mundo todo vale y que no debe cortarse en sus ensayos nucleares porque se lo diga la ONU o el Papa, dirá: “primero yo, y después mis huevos”, y como nos pongamos tontos nos pega un pepinazo que nos fríe en el acto. Igual así alguno pensaría, justo antes de morir, si podría transfugarse, pero no, con el bajito tonterías pocas.