Antonio Soriano / Cocentaina

La complejidad de la raza humana hace que cada uno de los individuos que la conformamos seamos muy similares y diferentes a la vez. Somos todos iguales en cuanto pertenecemos a la misma raza y somos completamente diferentes, propios y singulares. Esto es lo que nos hace especiales. Tengo la convicción de que todas y cada una de las personas de este mundo tiene la capacidad en ser el/la mejor en cualquier faceta u acción de la vida. Según los datos proporcionados por el censo americano en el planeta tierra somos 6.531.390.346 millones de personas.

Imagínense, seis mil y pico mil individuos con una faceta o cualidad singular frente a los demás. A algunos los conocemos por las actividades organizadas con el objetivo de encontrar al mejor. Ahí están los Juegos Olímpicos, o el Premio Nobel, por poner alguno de los ejemplos más respresentativos a nivel mundial. Claro está que tendremos que tener en cuenta diferentes variables, como el tiempo o las caracarterísticas del individuo y su contexto. No obstante va implícito y necesario en esto de ser los mejores en algo.

Habrá quién sea el mejor en los trescientos metros lisos, cortando pelo a navaja o recortando toros, pero también habrá gente que será la mejor poniendo ladrillos del tres, pegando carteles de conciertos, cazando liebres con una caña de pescar, pegándole a su padre con un calcetín sucio, o arreglando relojes. Muchos e interminables ‘títulos’ que otorgar, tantos como los 6.531.390.346 habitantes que respiran en este planeta.

Después de esta ‘singular’ entrada, el lev motiv de este artículo es hablar de esa faceta y característica que hace a Lass Diarrá y a Xavi, que no Xabi, Hernández, los mejores del mundo en su trabajo.

Versatilidad, precisión y cohesión. Valores que hacen que la esencia del fútbol siga sobreviviendo hoy día. Llega el minuto tres del descuento, y siguen jugando al mismo ritmo que en el minuto tres de partido. Un ritmo constante de inicio a fin. Pase en corto, pase en largo, conducción de balón, cambio de ritmo, juego de espaldas, cobertura a izquierda y a derecha, robo limpio de balón, desborde fácil,… espectáculo puro y fútbol, fútbol del bueno. Mil ojos deben tener para estar en todos los sitios y en ninguno a la vez. Saben donde los quieren y donde no, pero ellos ahí están, como un fiel amigo, para si los necesitas. Rompen líneas con pases interiores de escándalo, que ni el mismo Raphael. Son jugadores poco valorados, y que sin embargo, sin ellos el fútbol sería aburrido y nada ameno. El juego pasa por sus botas, como la ley de la gravedad, ningún balón puede ser gol sin antes haber pasado por ellos.

En fin mil y un calificativo.

Xavi empieza a tener cierto reconocimiento, sin embargo Lass de momento solo está dejando encantado a los madridistas. La única manzana buena del manzanero Calderón está siendo el verdadero pulmón madridista y a mi juicio el mejor jugador madridista, al igual que Xavi para el Barcelona. Estos son los mejores jugadores del mundo. Cuando los Cristianos, Messis, y compañía hagan lo que hacen estos, serán auténticos balones de oro, o Fifa World Player. Algo que, eso sí, sin trofeo, Lass y Xavi ya son.