21 de julio de 2009

FIB 2009

GONE WITH THE WIND

Ana Andújar / Lorca

Cuatro días de festival pueden no parecer mucho, pero no cuando se habla del Festival Internacional de Benicassim. Las luces y las sombras del FIB han estado más presentes que nunca en esta edición que marcar un aniversario, el 15º, y que más bien se ha destacado por incidencias meteorológicas y un cierto abuso económico de la organización, pero eso sí, please don't stop the music. SHDC estuvimos allí y vivimos de primera mano todos los huracanes, reales y metafóricos.

El jueves arrancaba el festival con uno de los cabezas de cartel más esperados, Oasis, responsable de la gran parte de población inglesa que últimamente suele llenar el festival. Los Gallagher siguen siendo los más chungos del barrio o al menos eso es lo que les sigue funcionando. Liam apareció con un parka (muy a lo pandillero hooligang) que bien le costó sus sudores, y su característica forma de cantar columna-vertebral-rollercoaster, que trae a su quiropráctico de cabeza. Supersonic, Don't look back in anger, Songbird y por supuesto Wonderwall fueron un coro humano que muchas veces no dejaron ni cantar a los propios Oasis, que se despegaban del microfóno a veces sin saber por qué les habían pagado por estar allí. Liam tuvo un mínimo de humanidad (eso sí, de llamarlos motherfuckers no bajó) cuando paró el concierto porque un grupito de espabilados se habían subido a las torres de altavoces, advirtiendo que no seguiría hasta que o bien se abrieran la cabeza o se apearan de allí. Además de los de Manchester, actuaron unos Glasvegas con complejo de Depeche Mode, Mystery Jets y de madrugada, We are Standard demostraron que los de Getxo, con nombre cambiado o no son totalmente capaces de defender el Escenario Verde y hacer bailar hasta al más anglosajón.

El viernes amaneció como un dia más de resaca: playa, compras en Mercadona y lucha encarnizada por una sombra no hacía presagiar otro de las catástrofes meteorológicas para el festival después de las lluvias torrenciales de hace años. The Paris Riots, los nacionales Nudozurdo o Nacho Vegas e incluso Paul Weller, vieja gloria de los Jam, actuaron bajo una brisa que cada vez se hacía más fuerte. A mitad de Weller, las lonas de los escenarios y las torres de altavoces se movían de manera demasiado sospechosa para augurar que sólo fuera un viento de verano. Ocurrió lo peor: las rachas de viento alcanzaron los 80 kilómetros por hora, y con un Escenario Verde repleto de gente, se anunció que se suspendían todos los conciertos restantes y que se debía desalojar el recinto. La noche fue un caos continuo: ambulancias y bomberos recorriendo el pueblo (había empezado un incendio al otro lado de la carretera que separa el centro con el recinto, un campo de naranjos demasiado cerca de otro de los campings, que tuvo que ser desalojado), tiendas volando y carpas acordonadas. Aún así, hay que destacar que los fibers fueron bastante cívicos (se esperaba lo peor cuando cerraron las barras) y mucha gente ayudó a volver a montar e incluso a reubicar a los “sin techo” compartiendo sus tiendas. Perdimos la oportunidad de ver a Kings of Leon, que no pudieron repetir el concierto en todo el festival por otros compromisos.

Y tras el vendaval, la relativa calma festivalera. El camping parecía una escena de Apocalipsis Now aunque los cadáveres eran los que todavía no se habían acostado, y habían decidido pasar la mala noche cerca de unas botellas de ron, buena solución para el insomnio. Así que los fibers cogieron el sábado con muchas ganas y lo dieron todo desde el principio: Maxïmo Park, que debía tocar el viernes, nos regaló un bis y desplegó toda su energía ante todo un público desatado. Elbow, Television Personalities, Delorean o 2Many DJ´S fueron algunos de los artistazos del día, con la nota negativa de la cancelación de los potros de Oxford, los Foals (avisando media hora antes del concierto, lo que provocó la indignación de los fans) y de Lilly Allen, alegando enfermedad, aunque los contactos en la zona de prensa nos aseguraron que la inglesa, amiguita de Doherty y sus aficiones, se había pasado con el agua de Valencia y no estaba con su mejor cara. Pero los protagonistas del sábado fueron sin duda Franz Ferdinand. Los escoceses demostraron que pueden darlo absolutamente todo en sus conciertos y que su flirteo con la electrónica le está sentando bien. Take me out fue el nirvana de los fans, que corearon y saltaron cada uno de sus acordes de guitarra.

Y para los valientes que tenía más ganas después de que Miqui Puig cerrara la Pista Pop el sábado (o domingo, la luz del día en los festivales nos confunde) con todos sus temazos (hay que reconocerle que aunque sea un petardo en televisión, es un dj más que aceptable), el domingo todavía tenía mecha por quemar. Los murcianos Klaus & Kinski están levantando una legión de fans a partir de su disco “Tu hoguera está ardiendo” que se dejó ver en el FIB, en una carpa Vodafone abarrotada para ser media tarde.

En SHDC esperamos ofreceros pronto una entrevista con el grupo que está pegando fuerte en el indie español. Catpeople sorprendieron también en el Esenario Verde, dejándose la piel y aclarando cada minuto lo encantados que estaban de tocar en el escenario principal, ellos que ya habían pasado por el FIB hace dos años en una carpa más modesta pero con igual éxito de público. Son uno de los grupos nacionales más estables y de mayor calidad, y con mucho carisma en escena: el cantante preguntó sin complejos “¡¿Cuántos españoles hay aquí?!” y ante la avalancha de manos levantadas y gritos, respondió “¡Claro que sí, joder!”. Todo un grito de guerra que los fibers españoles, a veces acomplejados ante los compañeros ingleses, no nos atrevíamos a chillar. Calexico, Giant Sand o unos estupendos Friendly Fires, además de los Planetas, que habían trasladado su concierto del viernes a hoy, fueron el aperitivo de The Killers, el grupo liderado por Brandon Flowers y su chaqueta de plumas que todo el festival esperaba. Un grupo de esta envergadura no podía fallar, y aunque empezaron con sus hits Human y Somebody told me, fueron perdiendo fuelle alargando demasiado algunos temazos para un público al que se le notaba la semana de festival. Al final, Flowers pareció darse cuenta y el apoteosis llegó al Escenario Verde: Mr Brightside, All these things that I've done y un bis de Bones y When you were young, aderezado con fuegos y toda clase de artificios de luces dejaron el sabor de boca que se esperaba de los de Las Vegas.

Y es que lo musical es lo que hay que recordar de los festivales, olvidando los problemas meteorológicos ante los que no se puede hacer nada. Lo que sí se debe destacar son las sombras del FIB, un festival que nació con alma independiente que está olvidando cada año con más velocidad. La masificación en la venta de entradas se notaba en el recinto, y la afluencia extranjera, en ocasiones exasperaba. Los recortes en la zona de camping se hicieron notar en los sufridos fibers, que, según notas informativas, se debía a apoyar el ahorro de agua, se hacía casi imposible tomar un ducha con un chorrito que eternizaba las colas bajo el asfixiante sol de la montaña donde se sitúan las tiendas. Los precios de las barras, abusivos in crescendo, con los litros de cerveza a 7.50 euros y las porciones de pizza a 8. Por la crisis, siempre la crisis, se suprimieron los periódicos del festival que se repartían todos los días y los horarios, que durante 14 años fueron gratis, valían ahora 7 euros. La poca información ante la cancelación de última hora de algunos grupos en un festival del que se esperaba mucho más cartel para ser el 15º aniversario tampoco ayudó a que los habituales del FIB se tragaran que la crisis afecta a los hermanos Morán (los organizadores del FIB junto a la emprea Maraworld) cuando se tenían vendidas todas las entradas desde marzo a un precio de 175 euros el abono.

Con una evaluación positiva, y dejando aparte la experiencia de casi salir volando cual Dorothy de El Mago de Oz en Benicassim, esperamos mucho más de un festival como el FIB para el año que viene.

3 Response to "FIB 2009"

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You&I Says....

jo, se me hace la boca agua!!! Pese al viento, los incendios, las bajas a última hora y los robos en la barra, seguro que ha merecido la pena! A ver si para el año que viene me lo puedo permitir...

Buen artículo Ana, como siempre! ;)

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Anónimo Says....

Esta crónica vale mucho...

Es tremendamente buena. Mira que no me gusta ni uno de los tipos del FIB, pero ha sido una gozada leerlo.

Raúl M.

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MRGuasch Says....

por qué siempre trabajo en verano? por qué no hay festivales en invierno?
gracias por la cronica!

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