6 de enero de 2012
Solidaridad... ese extra navideño
6 / ene / 2012 - Yolanda Martínez.
Las grandes empresas instauran en su filosofía la RSE con la intención de mantener un compromiso real con la sociedad en la que se desarrollan.
La época de la abundancia por excelencia es también el envoltorio perfecto para las acciones solidarias. En Navidad, por muy consumistas que se definan los bolsillos, siempre hay un momento para fijar la vista en los más desfavorecidos y, desde la posición de cada uno y sus posibilidades, tender una mano a la esperanza y al crecimiento social.
Una acción tan sencilla como ayudar a quienes más lo necesitan se ha convertido en parte de un equilibrio que exigen las conciencias más activas, una obligación moral a la que no pueden renunciar las empresas, cuyo papel es relevante dentro de una sociedad moderna como la actual. “Las empresas son más que centros de producción o servicios, forman parte de la sociedad y tienen intereses comunes con ésta y unas responsabilidades”, apunta el economista Eduardo Martín.
Oportunismo para unos, tradición sensiblera para otros, y compromiso real para el resto, lo cierto es que la Responsabilidad Social Corporativa se ha instaurado en las grandes marcas españolas que, intentan, así, mantener un compromiso verdadero durante todo el año desde hace relativamente poco tiempo. Pero, qué es la RSE y a dónde se dirige. Se trata de algo más que una actitud altruista del empresarios, tal y como señala el economista y diputado Vicente Martínez-Pujalte en su libro 'La Responsabilidad Social Empresarial: ideas y reflexiones', “La responsabilidad social debe reflejarse en la actividad diaria de la empresa. El empresario, por el hecho de serlo ya tienen una dimensión social, pues crea riquezas y empleo”.
Así con todo, la RSE es algo más que las medidas de obligado cumplimiento que se presuponen a las empresas. Este término empresarial, de reciente acuñamiento, se define como un instrumento de competitividad con infinidad de posibilidades que ha encontrado en la Navidad una forma activa de reafirmar su compromiso con la sociedad.
“Sería bueno que nadie olvidara que nos queda mucho camino por recorrer. El año tiene 12 meses y tras la Navidad hay qye adaptarse a las distintas realidades que van surgiendo. La solidaridad es un signo de competitividad empresarial y personal, un síntoma de crecimiento, al que no podemos renunciar”, apunta Adela Seijá, desde una ONG murciana.
Empresas y autónomos, marcas de reconocido prestigio y sin nombre tenemos la oportunidad de demostrar hasta el próximo naciniento del niño Jesús que la solidaridad no es una afición que se practica sólo en Navidad.
Las grandes empresas instauran en su filosofía la RSE con la intención de mantener un compromiso real con la sociedad en la que se desarrollan.
La época de la abundancia por excelencia es también el envoltorio perfecto para las acciones solidarias. En Navidad, por muy consumistas que se definan los bolsillos, siempre hay un momento para fijar la vista en los más desfavorecidos y, desde la posición de cada uno y sus posibilidades, tender una mano a la esperanza y al crecimiento social.
Una acción tan sencilla como ayudar a quienes más lo necesitan se ha convertido en parte de un equilibrio que exigen las conciencias más activas, una obligación moral a la que no pueden renunciar las empresas, cuyo papel es relevante dentro de una sociedad moderna como la actual. “Las empresas son más que centros de producción o servicios, forman parte de la sociedad y tienen intereses comunes con ésta y unas responsabilidades”, apunta el economista Eduardo Martín.
Oportunismo para unos, tradición sensiblera para otros, y compromiso real para el resto, lo cierto es que la Responsabilidad Social Corporativa se ha instaurado en las grandes marcas españolas que, intentan, así, mantener un compromiso verdadero durante todo el año desde hace relativamente poco tiempo. Pero, qué es la RSE y a dónde se dirige. Se trata de algo más que una actitud altruista del empresarios, tal y como señala el economista y diputado Vicente Martínez-Pujalte en su libro 'La Responsabilidad Social Empresarial: ideas y reflexiones', “La responsabilidad social debe reflejarse en la actividad diaria de la empresa. El empresario, por el hecho de serlo ya tienen una dimensión social, pues crea riquezas y empleo”.
Así con todo, la RSE es algo más que las medidas de obligado cumplimiento que se presuponen a las empresas. Este término empresarial, de reciente acuñamiento, se define como un instrumento de competitividad con infinidad de posibilidades que ha encontrado en la Navidad una forma activa de reafirmar su compromiso con la sociedad.
“Sería bueno que nadie olvidara que nos queda mucho camino por recorrer. El año tiene 12 meses y tras la Navidad hay qye adaptarse a las distintas realidades que van surgiendo. La solidaridad es un signo de competitividad empresarial y personal, un síntoma de crecimiento, al que no podemos renunciar”, apunta Adela Seijá, desde una ONG murciana.
Empresas y autónomos, marcas de reconocido prestigio y sin nombre tenemos la oportunidad de demostrar hasta el próximo naciniento del niño Jesús que la solidaridad no es una afición que se practica sólo en Navidad.
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