24 de noviembre de 2010

De dragones, Santos y bolsas

Paula Lax.

Hace unos años, en 1997 para ser más concretos, Ignacio Ramonet escribía: “Si mañana dejaran de tener confianza en China tal como un dominó verían retirarse los capitales bajo el efecto del pánico los países más expuestos (Hungría, Argentina, Brasil, Turquía, Tailandia, Indonesia...), provocando su quiebra y la del sistema”. No mucho después sucedería la crisis financiera asiática y con ella, la caída de los que iban para dragones, pero se quedaron en lagartos.

Si me preguntarais por las dotes clarividentes de Ramonet -sobre todo aquellos que estéis pensando en el Euromillón-, lo siento, el amigo Ignacio no es adivino, sólo puso sobre la mesa una realidad del mundo globalizado. Hoy –y en 1997, también- los fondos privados pueden llegar a tener en sus manos el destino de países enteros.

Estos días hemos asistido al llamado ‘rescate de la UE’; el elegido: Irlanda. Qué sí, que ya lo sé, que Irlanda está muy lejos, pero por eso he citado a Ramonet (por si alguno pensaba que era por darme el pegote). Hoy, la bolsa española se hunde. El miedo por la situación irlandesa ha dejado a nuestro país expuesto ante los temores de los inversores (aka especuladores) privados que desde ayer rechazan todo lo ‘made in Spain’. Y todo ello, después de que la UE diera el visto bueno a los recortes presupuestarios españoles y anunciara que, de momento, nos iban a soltar un poco la soga. Pero oye, que no hay forma, que la cosa es estar ahogados, por nosotros mismos, o por otros, como es el caso.

El gobierno irlandés se tambalea; el nuestro no para de verlas venir. Cantona nos llama a la revolución, las Coreas se pelean, y yo sigo sin encontrar un trabajo real. Creo que me voy a ir a dormir, que alguien me despierte cuando acabe la crisis.

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