30 de octubre de 2010
Crítica: 21 gramos
Rafael Bargiela.
Las vidas de tres personas aparentemente sin ninguna relación se cruzan a raiz de sus propias desgracias, propiciadas por un accidente de coche y un transplante de corazón, que desencadenan una serie de acontecimientos que llevan a los tres protagonistas a cambiar sus vidas y sumirse en un desesperado intento por superar su tristeza.
Segunda película de la trilogía de Alejandro González Inárritu (después de 'Amores perros') en la que profundiza sobre la desgracia humana y la fuerza de voluntad implícita en la superación de la tristeza. Con nominaciones a mejor actriz y a mejor actor secundario (no al mejor actor porque Sean Penn ya lo estaba por 'Mistic River') por Naomi Watts y Benicicio del Toro, esta película nos sumerge poco a poco en una historia sobrecogedora, que te va atrapando poco a poco a medida que se suceden los acontecimientos, hasta la reflexión final, dejándote con un agradable sabor melancólico, que hace que intentes apreciar mejor todos los aspectos de la vida, incluso las palomitas que te estás comiendo viendo este largo.
Película en la que me enamoré locamente de la increíble Naomi Watts, bellísima en un film que está asombrosa, tanto en el plano físico como en la interpretación, donde demuestra que con esa cara no se necesitan pinturas. Nada que decir del siempre mágico Sean Penn, que precisamente fué en este año donde se consagro junto con esta película, con 'Mistic River'. Benicio del Toro, un actor camaleónico, adaptado a todo tipo de papeles, deja patente su increíble talento, quizá no suficientemente recompensado aún.
La mejor, sin duda, de las tres películas que completan la trilogía.
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