7 de septiembre de 2010
¿Envidia o rabia?
Hugo Mazón.
Ambos videos son de 2007, cuando la crisis no había comenzado y todos éramos felices y dormíamos con sacos repletos de billetes de 500 euros gracias al llamado “milagro español”. Orihuela ha sido máximo exponente de la forma en la que se ha trabajado en este país. Los planes de impacto ambiental eran sólo sugerencias presupuestarias que se tapaban con paredes de pega y jardines abandonados que decoraban la fachada de la desfachatez.
La trama de corrupción de la basura de Orihuela supone una contrata pública de 190 millones de euros a 20 años. Si por esta trama se imputa a alcaldes, presidentes de diputaciones, empresarios… ¿qué no harían por la recalificación de millones de metros cuadrados en una costa que a principios de los 70 era “semivirgen”?
Pues bien, en mi nueva faceta de futurólogo os diré que va a pasar: NADA. No va a caer nadie importante, quizás algún cabeza de turco, pero al final todo esto se estirará hasta que nadie recuerde que en Orihuela una vez hubo basura. Todo porque los jueces tampoco han actuado de una forma muy limpia y el votante medio en el fondo está de acuerdo con cómo se han hecho las cosas.
De ahí que cuando Juanra pregunta si lo que se siente es envidia o rabia, el ciudadano responde “más envidia que rabia”. Porque en el fondo lo que se necesita es mangonear y se necesita ya que la corrupción a día de hoy forma parte de nuestro sistema productivo.
El dinero con el que deben invertir los empresarios viene de la corrupción y genera corrupción para así obtener más dinero y poder dar pelotazos más grandes. En este terreno viciado, que domina todas las esferas de poder, se mueven el resto de mortales, que se conforman con llegar a fin de mes echando ocho horas diarias en el tejado de una obra mientras el Gobierno se regocija de pertenecer al G-20.
Sí amigos, en España tenemos corrupción hasta en la basura. Pero, es curioso, nadie sabe dónde está hasta que los jueces dan el campanazo ante las cámaras. El pasado junio un juez imputa al presidente de la Diputación de alicante, D. José Joaquín Ripoll, acto seguido todos nos echamos las manos a la cabeza, ¿cómo puede ser?
Pues bien, para los faltos de memoria aquí dejo un par de vídeos que quizá les recuerden que en Orihuela, además de basura, hay un tramo de costa en el que se ha construido en medio de varias ramblas, a pie de barrancos, sin respetar la ley de costas, sin tener forma material de desaguar aguas fecales y un largo etcétera de ataques al sentido común.
Pues bien, para los faltos de memoria aquí dejo un par de vídeos que quizá les recuerden que en Orihuela, además de basura, hay un tramo de costa en el que se ha construido en medio de varias ramblas, a pie de barrancos, sin respetar la ley de costas, sin tener forma material de desaguar aguas fecales y un largo etcétera de ataques al sentido común.
El primero de los vídeos es de un colectivo ciudadano que vive a diario el calvario de vivir en un paraíso terrenal como son las playas de Orihuela Costa:
El segundo es un reportaje de Juanra Bonet para CQC en el que se daba un pequeño paseo por el ayuntamiento de Orihuela:
Ambos videos son de 2007, cuando la crisis no había comenzado y todos éramos felices y dormíamos con sacos repletos de billetes de 500 euros gracias al llamado “milagro español”. Orihuela ha sido máximo exponente de la forma en la que se ha trabajado en este país. Los planes de impacto ambiental eran sólo sugerencias presupuestarias que se tapaban con paredes de pega y jardines abandonados que decoraban la fachada de la desfachatez.
La trama de corrupción de la basura de Orihuela supone una contrata pública de 190 millones de euros a 20 años. Si por esta trama se imputa a alcaldes, presidentes de diputaciones, empresarios… ¿qué no harían por la recalificación de millones de metros cuadrados en una costa que a principios de los 70 era “semivirgen”?
Pues bien, en mi nueva faceta de futurólogo os diré que va a pasar: NADA. No va a caer nadie importante, quizás algún cabeza de turco, pero al final todo esto se estirará hasta que nadie recuerde que en Orihuela una vez hubo basura. Todo porque los jueces tampoco han actuado de una forma muy limpia y el votante medio en el fondo está de acuerdo con cómo se han hecho las cosas.
De ahí que cuando Juanra pregunta si lo que se siente es envidia o rabia, el ciudadano responde “más envidia que rabia”. Porque en el fondo lo que se necesita es mangonear y se necesita ya que la corrupción a día de hoy forma parte de nuestro sistema productivo.
El dinero con el que deben invertir los empresarios viene de la corrupción y genera corrupción para así obtener más dinero y poder dar pelotazos más grandes. En este terreno viciado, que domina todas las esferas de poder, se mueven el resto de mortales, que se conforman con llegar a fin de mes echando ocho horas diarias en el tejado de una obra mientras el Gobierno se regocija de pertenecer al G-20.
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2 Response to "¿Envidia o rabia?"
Si me metiera en el juego de ser futurólogo... diría que la raíz auténtica del problema es que son mayoría de ciudadanos los que votan a 'envidia' y no a 'rabia'... pero no me meto
Hugo, los de aquí (y algunos de allí) sabemos lo que se mueve en la costa... y en los juzgados... jeje
en fin,...pais...
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