Alex Boubeta / Cangas.

En estos tiempos en los que el arbitraje está tan mal considerado, en los que los medios lo consideran la noticia más importante del día, que discuten todas sus decisiones y se inventan campañas mediáticas en base a sus errores, los jefes del arbitraje mundial se reúnen para implantar alguna modificación o nueva norma. Muchos se preguntan si no debían valerse de la tecnología con el fin de facilitar sus decisiones y elevar su nivel. Algunos ven en esta propuesta la solución, pero estos dirigentes siguen mostrándose reacios sin dar ninguna explicación.

Siempre he sido partidario de aplicar la tecnología para mejorar la actuación arbitral, como se hace, por ejemplo, en el tenis con el ojo de halcón. No puede ser que dos segundos después de pitar el árbitro ya se vea por televisión si el árbitro acertó o falló. La información vuela y, muy pronto, todo el público presente en el estadio ya sabe el signo de la decisión arbitral. Es decir, casi todo el campo conoce la jugada, casi todo el campo, menos el árbitro, que es quien tiene que verla. No entiendo esta situación. Por eso me planteo si sería tan difícil que el árbitro, de algún modo, pudiera ver la jugada para aclarar su decisión y no ser el último en enterarse, porque, realmente, en directo su labor es difícil y con las repeticiones de la televisión es muy fácil juzgar.

Desconozco las dificultades de aplicación que podría tener el sistema, pero no comprendo la postura de cerrarse en banda sin querer saber nada. No comprendo por qué oponerse a un sistema que, es evidente, proporcionaría tantas ventajas. Si están abiertos a mejorar el arbitraje, como demuestran los dos jueces de área que introdujeron en la Europa League, no logro entender por qué rechazan usar un simple televisor o repetir las imágenes en el videomarcador, lo que sea, con tal de evitar tantos errores.

Tienen que acabar a toda costa la mala imagen del gremio que transmiten los medios que no sólo dudan de su calidad, sino que insinúan que salen a pitar premeditadamente a favor de un equipo, una acusación gravísima. Acabar con las especulaciones implicar elevar el nivel arbitral, y elevar el nivel arbitral, visto lo visto, supone emplear la tecnología para ayudar al árbitro y que no se sienta tan indefenso ante la opinión pública como hasta ahora. Así que deben hacer algo porque, como sigamos así, este fútbol se nos va a ir de las manos.