Rosario García / Praga.

La actualidad política checa anda movidita últimamente. Y no sólo porque se acerquen las elecciones y el Príncipe Carlos haya visitado el país para discutir con el presidente de la república, Vaclav Klaus, sobre el cambio climático, sino porque hay quien no controla sus impulsos y se excita tanto en sus mítines que termina perdiendo la boca y diciendo cosas que, quiera o no quiera decir, llegan en el peor momento.

Eso le ha pasado al candidato por el partido Cívico-democrático para estas elecciones checas de 2010 Mirek Topolánek, que soltó una serie de comentarios políticamente incorrectos y que le han hecho tener un pie fuera de la presidencia del partido. Topolánek, en una sesión fotográfica, soltó las siguientes lindezas para una revista checa: “la Iglesia llegó al poder embruteciendo a las masas, gracias al lavado de cerebro”. “Slamečka, cuando la cosa se ponga seria, tengo la sensación de que como ministro, no dará la cara”. “Y Fischer es judío, no es gay, y saldrá corriendo mucho antes. No depende de que sea gay, depende de su carácter”. “El típico checo, que apoya a Paroubek, solo se merece que lo encierren y le den una patada en el culo”. Esto no sólo provocó críticas por parte de la comunidad gay y judía del país y de sus rivales políticos, sino que ha levantado murmullos entre los camaradas de su propio partido. El presidente del Senado checo, Přemysl Sobotka, numero dos del partido y uno de los que empujó a Topolánek a la cabeza, dijo que sus palabras debían tener consecuencias y le aconsejó que dimitiera, pero no ha sido así.

Al final, y después de la incertidumbre que se sembró durante todo el día de ayer en la sociedad checa, pendiente de todos los medios de comunicación para ver que iba a pasar con Topolánek, todo quedó en agua de borrajas. Este hombre no se va del partido y va a seguir siendo candidato para las elecciones aunque creo que no va a asistir a tantos actos públicos como se tenía pensado. De momento, el único que lo ha defendido ha sido el redactor jefe de la revista LUI –la que sacó a relucir las declaraciones- diciendo que las mismas están sacadas de contexto y que en realidad su posición frente a las minorías es muy favorable. Yo no sé que pasará en las elecciones –que se celebran dentro de dos meses- pero a mi me huele a estrepitoso fracaso.

¿Os imagináis que esto pasara en España? ¿Qué algunos de los dirigentes políticos perdiera el sentido y la delicadeza por unos momentos y dejara salir un yo interno como este? Estoy más que segura de que rodarían cabezas y, sinceramente, no me parece para menos, no se puede dejar el país en manos de una persona con tales pensamientos. No sé como los checos no han tomado medidas cuando son tan correctos y tan educados para todo. Quizá sea que quieren hacerlo a la vieja usanza y dejar que sea el público del circo quien decida para darle con lo que más duele: un fracaso en las elecciones.