2 de marzo de 2010

Crítica: Up in the air

Rafael Bargiela / Madrid.

Mejor película, Director, Actriz de reparto... así hasta 6 nominaciones a los Oscar.

Un especialista en despidos, llamado Ryan Bingham, viaja por todo el país para su empresa, despidiendo a gente de empresas de todos los rincones de EE.UU. Esta tarea le lleva a estar la mayor parte del tiempo en aeropuertos y hoteles, cosa que le encanta, siendo socio y miembro de todo tipo de promociones de viajeros habituales. Esta vida tan grata para él se ve claramente amenazada cuando su jefe empieza a estudiar seriamente una propuesta de despidos por videollamada, lo que supondría un gran ahorro para empresa, y una estancia fija en un despacho para nuestro protagonista.

A su vez, Ryan conoce a una compañera de viajes, otra viajera habitual. Todo ello hará que Ryan empiece a meditar sobre las ventajas y comodidades de tener un verdadero hogar y una familia.

Los aeropuertos. Esos rincones del mundo reinado por el Caos y la discordia, donde la prisa es capaz de formar las más horribles de las ideas en las mentes desesperadas de los viajeros, esclavizados por esos totalitarios grupos llamados compañias aéreas. Es allí, en este hábitat, donde nuestro protagonista encuentra sin embargo su océano para nadar. Habilidoso viajero, analista de las colas, conocedor de las mejores ofertas, y querido por las compañías, que ven en él al menos tonto de todos aquellos subordinados a sus pies; nuestro personaje vive feliz a través de sus idas y venidas, sin rumbo fijo, sin ataduras, sin posesiones, sin hogar y sin familia.

Cuando este tipo de vida se ve trastocado, donde todas las personas en su juicio verían una liberación de cara a su ocio y vida personal, Ryan ve trastocada toda su vida y su paraiso de viajes y folleteos esporádicos de una noche. Es en esta búsqueda de lo auténtico donde la película coge su reflexión. Nuestro amigo George va abriendo su mente a la comprensión por la tendencia de la gente a la estabilidad y la familia.

La reflexión acerca del hogar, la búsqueda de un "copiloto" que nos acompañe en nuestra travesía a lo largo del tiempo y el legado biológico son aspectos típicamente conservadores y rutinarios, que a veces llevan a la gente a alejarse de convencionalismos, y escapar del guión preestablecido. De aquí surge la extraña forma de vida, y con ella su satisfacción, del personaje que se nos presenta. A través de un guión fresco y divertido, Mr. Clooney nos muestra sus admirables dotes para la actuación, dándole a su personaje una capacidad innata para despedir a la gente sin que le partan la cara en el proceso. Es, precisamente, todo lo que sus víctimas temen perder aquello que él desprecia.

Pero, como a todos en la vida, la hora de la reflexión llega. Lo inmaterial se disuelve, y el vacío tiene que ser ocupado. Quizás con un final entre forzado, repentino, seco, tajante y/o esquivo, la película nos adentra magistralmente en la búsqueda obligada de un triunfador por su trofeo. ¿A dónde irían ustedes con 10 millones de millas?

3 Response to "Crítica: Up in the air"

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Anónimo Says....

Me parece un critica bastante por debajo de lo que se mereceria esta pelicula.
Ademas, tienes varios errores de expresion notables, hay párrafos que son todo lo contrario a nitidos...
respecto a la reflexion sobre la peli, me parece mas bien escasa, simple, y no muy bien expuesta.

Suelo leer tus criticas, y esta está por debajo de tu nivel habitual.

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Jimi Hendrix Says....

Reflexionaré sobre ello...Me agrada ver que me leen habitualmente.

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Pepe H. Says....

Otra gran película. Este año los Oscars han estado inspirados.

La soledad no es estar solo, sino sentirse solo. Lo más duro es conectar con alguien con quien no puedes estar. O confiar en una persona o una empresa y encontrarte de repente en la calle, indefenso. Gran película, tan divertida como triste.

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