4 de marzo de 2010
Crítica: En tierra hostil
Rafael Bargiela / Madrid.
La historia nos cuenta el día a día de una brigada de artificieros en Irak. Tras la muerte de su sargento, éste es sustituido por el sargento James, el cual presenta pasa de la actitud prudente y protocolaria del anterior oficial a un estilo improvisado y temerario, fruto de la cantidad de tiempo que lleva haciendo ese oficio.
Tras la última época de auge del cine bélico, con superproducciones como 'Salvar al soldado Ryan', 'Banderas de nuestros padres' y 'Cartas desde Iwo Jima', o filmes más psicológicos como 'La delgada línea roja', llevábamos ya tiempo sin ver una producción realmente ambiciosa dentro del género.
La película ataca la dureza de una guerra de guerrillas interminable, capaz de mermar la moral y perforar la mente de aquellos psicológicamente más fuertes. Las situaciones comprometidas se van dando cada día. La vida es un tesoro muy valioso para los que consiguen regresar a casa, pero algo difícil de mantener en una ciudad donde cada piedra puede ser un enemigo mortal. Los personajes van decayendo en su ánimo. Todos, excepto su sargento, el cual parece inmune a toda la muerte a la que se ven obligados a observar.
Un retrato del impacto mental sufrido por los soldados en la guerra. Al igual que en 'Apocalypse now', la película centra la atención en las andanzas de su protagonista, demasiado acostumbrado a la guerra, hasta el punto de no saber vivir sin ella. Sin embargo, aquí es todo menos convincente. Habiendo situaciones realmente dramáticas, no consigo emocionarme de la misma forma que con la película de Coppola. Falta algo, un toque de magia o de cámara, que le termine de dar ese toque emocional, directo al cerebro, que acaba transformando una buena película en una obra de arte.
No obstante, es seguramente la mejor película hecha sobre la guerra de Irak.
4 Response to "Crítica: En tierra hostil"
Joder, pues yo creo que si hay algo que define a esta película es la emoción pura y dura. Transmite a la perfección la incertidumbre, el desasosiego, el caos, el miedo y el estrés de estar en una guerra donde cualquiera puede ser un enemigo potencial y donde todo lo que haces para protegerte puede provocar tal animadversión que los terroristas engrosen sus listas de soldados. Un situación sin salida y sin fin a la vista donde están inmersos los soldados como meros peones, de tal forma que o se deshumanizan (y cuando vuelven a casa descubren que ya no saben cómo vivir sin guerra) o se rompen por completo. Y todo eso lo transmite con las vivencias emocionales de este grupo de artificieros, sin necesidad de recurrir a discursos y salidas de tono, sin telegrafiarlo en voz alta. Cine puramente sensorial, pero al mismo tiempo inteligente y profundo.
Espero que se lleve el Oscar, para mi de lo mejorcito del año.
hombre, de las nominadas era la mejor, y se ha llevado el oscar justamente.
A mi me parece un culebrón bélico que únicamente se centra en la moral del ejército estadounidense y que además presenta una visión sesgada de la vida cotidiana irakí. Lo mismo le hubiera dado ambientarla en Irak que en Afganistán que en Vietnam.
Tu última frase no es necesariamente algo negativo de la película. De hecho, teniendo en cuenta que en lo que se centra es en la vida diaria de un soldado en una situación de tensión máxima, y no en la situación política o estrategia militar de la intervención en Iraq, nada de lo que dices es negativo excepto lo de 'culebrón', que me parece una palabra elegida al azar para indicar que no te gustó, porque no veo en qué se parece a un culebrón.
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