1 de febrero de 2010

Crítica: Un tipo serio

José Hernández / Murcia.

Larry Gopnik es un profesor de física judío que pasa por un mal momento: su mujer le deja por otro, su hermano es un desastre, sus hijos le ignoran, un estudiante intenta sobornarle... Ante tal cúmulo de desgracias, decide buscar consejo espiritual en los rabinos. Si no ha hecho nada, ¿por qué le pasan tantas calamidades?

Bajo este argumento un tanto anodino se esconde una de las películas más complejas y estimulantes del año: '
Un tipo serio'. A primera vista puede parecer una película menor de los hermanos Coen, otra de esas tronchantes comedias absurdas con las que nos deleitan de vez en cuando, repletas de humor negro y personajes extravagantes, de estilo hierático y plasticidad exuberante. Ciertamente, pertenece a esa categoría. Pero también se acerca a sus trabajos más serios, más concretamente al simbolismo desquiciado de Barton Fink y a las rupturas narrativas de 'No es país para viejos'.

En la superficie, la película es una especie de versión judía hardcore de la historia de Job, en donde un pobre hombre se ve superado por circunstancias que escapan a su control y a su entendimiento racional. Pero los Coen van más allá. Al situar la historia en los años sesenta, pueden analizar la sociedad americana de esa época. Eso les permite realizar certeras críticas a la hipócrita moral puritana, a la institución familiar y a la xenofobia disimulada, aparte de realizar veladas alusiones a la guerra de Vietnam y su relación con la situación sociopolítica actual.

Pero eso no es todo. También introducen elementos vertebrales que provienen de la filosofía, la psicología, la teología e incluso la física cuántica, y son fundamentales para entender exactamente cuál es su discurso. Los postulados de Descartes, Kant y Platón se ponen a prueba durante el kafkiano periplo del protagonista (un sobresaliente
Michael Stuhlbarg, auténtica revelación del film), y los conceptos de determinismo y causalidad se enfrentan continuamente con los de azar y libre albedrío.

Pero es la paradoja del
gato de Schrödinger la que verdaderamente define el largometraje. Ese felino encerrado en una caja, que no se sabe si está vivo o muerto, es el elemento más importante a tener en cuenta si se quiere comprender la película en su totalidad. ¿Es el visitante del prólogo un demonio o no? ¿Son las cosas que le suceden a Larry un castigo divino, una prueba, un mensaje o nada en absoluto? ¿Es el estudiante coreano el que ha dejado el sobre en su mesa? No podemos saberlo. No hay respuestas satisfactorias a los enigmas que se presentan, ni relaciones causa-efecto que valgan. La realidad es demasiado compleja para reducirla a consejos espirituales o fórmulas matemáticas. La pizarra más grande no será capaz de dar con el resultado, y el rabino más sabio sólo sabrá recitar canciones populares y soltar preceptos manidos y simples. La religión no tiene soluciones, en tanto que es producto del hombre. Tampoco la sociedad, la ciencia, las drogas o la ley.

Al final no importa. Las cosas suceden, sin que nosotros podamos controlarlo. Nunca sabremos si Dios existe, ni si interviene en nuestras vidas, como nunca sabremos si el gato vive, porque está más allá de nuestro alcance. Estamos solos, y más vale que nos demos cuenta pronto si no queremos terminar sumidos en la autocompasión, como el hermano de Larry. Esto se puede interpretar como pesimismo existencial, pero también como una llamada de atención para acabar con la pasividad de la sociedad, y una crítica a la dependencia de la religión para dirigir nuestras vidas. Curioso, cuando menos, viniendo de unos judíos practicantes.

2 Response to "Crítica: Un tipo serio"

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Anónimo Says....

Yo he visto la película, pero después de leerte he visto cosas que no había visto en el cine. He disfrutado de forma casi inquietante de tu excelente radiografía del film, incluso he llegado a dudar si acaso no te apellidarás Hernández Coen.
Una crítica bien escrita, muy bien cohesionada, brillantemente expuesta, una manera inteligente y sugerente de desguazar la película, en fin...

Otro grandísimo artículo de Hernández.

Estás muy por encima de la media, si continúas así, el séptimo arte comenzará a deberte algo, más pronto que tarde.

Un saludo

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x9nium Says....

Curradísima la crítica. Además, no podría estar más de acuerdo ^^

Y suscribo también el anónimo de arriba que te pone por las nubes :)

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