Rosario García / Murcia.

Hace ya tres semanas desde que el Ministro de Fomento, José Blanco, anunciara el nuevo modelo de gestión aeroportuaria, del que destacan: “la creación de una nueva sociedad mercantil pública, Aena Aeropuertos S.A., que se segregará de Aena y que contará con un 30% de capital privado como máximo” para los aeropuertos con mayor tráfico y complejidad, así como, para mejorar la eficiencia de los aeropuertos, la instalación de sistemas automáticos de control para los aeropuertos más pequeños -aquellos con menos de 50 operaciones al día-.

Esto supone prescindir del servicio de los controladores aéreos, a quienes el Ministro ha acusado de estar llevando a cabo una huelga encubierta y a quien ha calificado de sector privilegiado, entre otras cosas, por su sueldo. Aunque en nómina, según USCA (el sindicato de los controladores) aparece que ganan unos 200.000 euros al año, según Blanco, un controlador aéreo puede embolsarse al año entre 340.000 y 540.000 debido a que las horas extras se les pagan “a precio de oro”.

Esto, según el Ministro, es lo que provoca la mayor parte del déficit que AENA (Entidad Pública Empresarial adscrita al Ministro de Fomento encargada de la gestión de los aeropuertos civiles de interés general y de las instalaciones y redes de ayudas a la navegación aérea) ha presentado en el último año -sólo nueve de sus empresas han registrado datos positivos-. Según Blanco, “situando el salario medio de los controladores en torno a los 200.000 euros”, incluyendo las horas extras, se podría reducir este déficit. Aún así, apuntó que “seguirían cobrando tres veces más que un médico de La Paz, que un juez y dos veces y media lo que gana este ministro”, para que nadie “sienta lástima” de ellos.

Y es que mientras Blanco asegura “buscar la eficiencia y la competitividad” que va a tener, además, “consecuencias positivas” para el ciudadano de a pie (como la bajada del precio del billete), desde el sindicato los controladores ya se han quejado de que el Ministro les ha puesto ante los españoles como al “enemigo número uno”, dicen estar sometidos a una “campaña de desprestigio público y manipulación” que, incluso, está poniendo en peligro su integridad física. Defienden que su trabajo exige "un elevado nivel de concentración y serenidad que en nada se ve beneficiado por una situación de presión social y laboral como la que se está soportando". Y avecinan, que si la cosa sigue así, “sin un nuevo convenio colectivo y sin horas extraordinarias, cuando llegue Semana Santa la falta de los refuerzos habituales" les llevará a "soportar de nuevo el peso de la sospecha de otra huelga encubierta".

Pero aseguran que el ministro de Fomento ha difamado al culparles de la crisis del sistema aéreo y que “si en los próximos meses tiene lugar una situación similar a la vivida durante el pasado periodo navideño, no será porque estemos practicando medida de presión laboral alguna, sino por la incapacidad del señor ministro de Fomento y de los directivos de Aena para afrontar el proceso negociador adecuadamente".

Y al margen de todo esto (que no es poco) ¿por qué tendrá José Blanco en el punto de mira a los controladores? Porque sí, quizá sea un sueldo excesivo pese a ser un trabajo de mucha responsabilidad, pero… ¿por qué no ha pensado en bajar el suyo y todos los de su gremio? Porque yo creo que ellos también llegan a las 6 cifras… Y si no, que se lo rebaje a los futbolistas, a los registradores de la propiedad, porque ellos si que no merecen un plus por responsabilidad o riesgo… Y es que sólo hay que echar, por desgracia, un vistazo a Haití, para comprobar que mal repartido está el mundo.