Héctor Rubio / Madrid.

Después de la polémica en la elección de la sede, recordaréis que unos vetaban Barcelona, otros Madrid y a otros les gustaba más Valencia, después de la pésima participación de los tenistas españoles en la Copa de Maestros de Londres (Verdasco y Nadal cayeron en primera ronda, este último sin ganar un solo set), llega la final de la Copa Davis.

El Palau Sant Jordi de Barcelona, que fue testigo del primer título de España en diciembre del año 2000, ya está listo para albergar los 5 partidos en los que los tenistas de la República Checa y España lucharán por la ansiada ensaladera.

República Checa

El equipo checo ya está en Barcelona, con Radek Stepanek y Tomas Berdych a la cabeza (números 12 y 20 de la lista ATP). El juego del primero se basa en incomodar y molestar al adversario hasta la saciedad, forzando errores con sus derechas flotantes y su revés cortado que siempre obliga al rival a levantar la bola desde muy abajo. Más lucido, aunque menos efectivo, es el juego de su compatriota Tomas Berdych cuya principal arma es un potentísimo servicio y fuertes derechas desde el fondo de la pista. Completan el equipo los semidesconocidos Jan Hajek y Lukas Dlouhy, que figuran en los puestos 102 y 465 respectivamente en el ranking mundial.

España

El equipo español está formado por Rafael Nadal, Fernando Verdasco, David Ferrer y Feliciano López, siendo suplente un Juan Carlos Ferrero que este año ha reaparecido en el panorama tenístico internacional. Precisamente éste último es el único jugador sobreviviente de primer título cosechado en 2000, con la excepción de Albert Costa que puede ganar como entrenador lo que ganó como jugador hace 9 años junto al mencionado Ferrero, Álex Corretja y Joan Balcells.

España parte como favorita por varias razones: jugar en tierra siempre es un beneficio para el equipo español, contamos con el apoyo de la afición al jugar como locales y todos nuestros tenistas están entre los 25 mejores del mundo. La única duda reside en el estado físico de Verdasco, y sobre todo en el estado anímico de Nadal, muy afectado los últimos meses por la separación de sus progenitores.

El equipo nacional ha demostrado que sabe sobreponerse a las adversidades, como ya demostró el año pasado ganando su tercer título contra pronóstico a Argentina en Mar de la Plata con la ausencia de Nadal. Y este fin de semana del 4 al 6 diciembre volverá a demostrarlo.