31 de octubre de 2009

Ritos, tradiciones…y disfraces

Tamara Martínez / San Pedro del Pinatar.

Según se acerca la fecha de Todos los Santos, me acuerdo de mi abuela María. Ella era una mujer de pueblo, de las de toda la vida, pero con algunos pensamientos extremadamente modernos. ¿Y porqué me acuerdo de ella? Porque no había año que no nos juntara a todos los nietos y nos contara la misma historia que el año anterior, y que el anterior…una historia que todos nos sabíamos de memoria pero que aún así, escuchábamos como si fuera la primera vez que la oíamos en la vida. Decía algo así:

Hay que tener respeto por los muertos, porque la noche del 31 de octubre es cuando los dos mundos se juntan, vivos y muertos conviven. Había una mujer en el pueblo que se reía de las historias que contaban los viejos y decía que ella saldría al balcón a ver pasar a “la santa compaña”, y así lo hizo. A la mañana siguiente apareció muerta en el balcón y con un hueso humano al lado

Leyendas rurales o no, todos nos quedábamos pensando que eso era imposible, que esa mujer habría muerto de un infarto o de cualquier cosa médicamente posible, pero ella seguía con su erre que erre. La noche del 31 al 1 de noviembre en casa de mi abuela no se ponía la tele ni la radio.

Pero las tradiciones han cambiado, y les tenemos el mismo respeto a los muertos que al vecino del 4º. Ahora lo que se lleva no es comer huesos de santo con la familia y pasar un rato agradable. Es mejor calzarse unos buenos guantes con cuchillas al más puro estilo Freddy Kruger, llenarse la cara con elementos viscosos simulando ser muertos vivientes, coger una escoba (aunque sea la única vez que la cojas al año) y salir a la calle a pedir ¿Truco o trato? Porque claro, es preferible adoptar tradiciones anglosajonas que mantener las nuestras un poco más vivas.

Otra cosa que no soporto del día de Todos los Santos es que parece ser el único día que abren los cementerios. Pues no queridos lectores, esos lugares santos están abiertos los 365 días del año, 365 días para visitar a los que allí viven (¿irónico no?), 365 días para limpiar las lápidas y nichos…pero solo hay dos días al año que se junta allí el cielo con la tierra: la víspera, el 31 de octubre, donde todos se afanan en dejar la lápida de su familiar lo más curiosa posible y poner las mejores flores; y el 1 de noviembre donde aquello más que un lugar santo parece una verbena, todos van con sus mejores galas, hacen repaso por las calles del cementerio a ver si han venido a traer flores a menganito o fulanito, saludan a la vecina que hace un año que no ven, risas, jolgorio…
Y pido perdón porque habrá gente que por los motivos que sean no podrá ir más que ese día por ser fiesta, pero por desgracia yo lo visito con frecuencia y allí no hay nadie el resto del año.

Y un pequeño apunte, el día de Todos los Santos, no es el día de los muertos. Es precisamente eso: el día de todos los santos, para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año. Es el día 2 de noviembre cuando se celebra el día de los Fieles Difuntos, ahí es cuando se debe “velar” a los muertos, orar por ellos y por su descanso eterno (siempre desde el punto de vista de la iglesia católica).

Yo por si acaso, sigo pensando en las historias que me contaba mi abuela, no vaya a ser que este año me lleve un susto por poner una calabaza en la puerta de casa.

1 Response to "Ritos, tradiciones…y disfraces"

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Anónimo Says....

Pues yo creo que Halloween es una excusa más para salir y emborracharte, si es que para eso hace falta una excusa.

Bueno y también para salir en pijama, pintarte la cara y decir que estas poseido. Para eso también vale.

T.S.

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