28 de octubre de 2009

Leyendas urbanas... en la cama

Ana Andújar / Lorca.

¿Qué pasa cuando la chica de la curva duerme a nuestro lado después de una noche salvaje? ¿Y si el dedo que te encuentras en tu paquete de cereales lo hubieras utilizado para algún jueguecito sexual? No hay terreno que cause más terror que el sexo cuando está lleno de tantas leyendas urbanas como el mejorcito cine adolescente de silicona y ketchup. En SHDC queremos ser vuestra tabla de salvación para todas esas gilipolleces que habéis escuchado toda la vida, pero que por riesgo a quedar de imbéciles, jamás comprobasteis. Bien hecho.

Los orientales la tienen pequeña

Y los catalanes son tacaños, los andaluces vagos y el Rey trabaja. La verdad es que no hemos ido individuo por individuo cercionándonos de lo contrario (el presupuesto de este pequeño medio no me va a pagar un viaje a Japón para indagar en braguetas ajenas) pero os podemos afirmar que como todo, hay casos y casos. Por lo que se puede ver en el cine porno oriental, la verdad es que no tienen nada que envidiarle a cualquier personaje de Cuenca... Si bien es cierto que las estadísticas ponen a este sector masculino al final de la lista de centímetros, no hay instrumento del que no se pueda sacar música. (¡Qué bonita metáfora!)

O también: Los negros la tienen gigante, Los holandeses son fríos como el hielo, El problema vasco es que la gente no folla.

Si me baño en una piscina en la que alguien ha eyaculado me quedaré embarazada

La cima de las leyendas urbanas guarras tontas, la pregunta clave de toda SuperPop desde que 'New Kids on the Block' salían en los kioscos, la imbecilidad que más nos a divertido durante generaciones, ¡sí! Es falsa. Creo que los orígenes de esta leyenda se remontan al principio de los años noventa, cuando un tipo algo marranete se descargó en la piscina de su coelga y empezó a meterles miedo a todas las jovencitas que había alrededor, que sin duda, aterradas, prefirieron consultárselo a la vía de información sexual más fidedigna que había en esos momentos, la doctora Amor de la SuperPop que, como todos sabemos ahora, no era más que una becaria en prácticas que por 20.000 pesetas mensuales no iba a calentarse mucho la cabeza.


Solución. Primero, decidle a vuestro amigo que a eyacular a su casa. Segundo, muy en bomba te tienes que tirar a una piscina para que corrieras el más mínimo riesgo de embarazo, cuando además los espermatozoides, con un ratito nadando en el cloro, estarían más que secos.

O también: Si me limpio con un papel de un baño público en el que alguien ha eyaculado me quedo embarazada, si me miran con mirada pecaminosa y gritan “Bloody Mary con piña” seis veces me quedo embarazada.

Si hago el amor de pie no me quedaré embarazada

¡Ay, esas técnicas anticonceptivas de la abuela! Mucha gente hay que las practica todavía y todos sabemos cómo nuestra abuela tuvo que criar a once hijos. Es sorprendente lo que hace la gente por ehcar un polvo a pelo a las alturas de civilización donde estamos. Pues sí, chica, si lo haces de pie, sentada, en pino-puente, y sin protección, te quedarás embarazada como que el mundo es mundo. El ser humano es un animal como otro y ya nos crearon con órganos capaces de sortear los obstáculos físicos que nos permitieran procrear más allá de lo horizontal, así que desde cualquier punto de vista lo mejor es ir protegido y entonces, sí, probar nuevas posturas con el condón bien puestecito.

O también: Si haces sexo anal no te quedas embarazada, si lo haces en luna llena y encima de un paquete de Special K no te quedas embarazada, si lo haces el 'Día de la Hispanidad' viendo el desfile de las Fuerzas Armadas por la televisión con música de Camela de fondo no te quedas embarazada.

El sexo anal es sólo para homosexuales

Si ya nos estamos cortando el rollo desde el principio, mal. Supongo que no hace falta explicar por qué el sexo anal está relacionado con los homosexuales, pero que una pareja heterosexual se lo restrinja por esa razón dice mucho del nivel de aburrimiento que puede alcanzar una relación. Se puede experimentar, te puede gustar o no, pero el sexo no entiende de orientación y no hay juegos que no podamos jugar todos, si el tiempo y la autoridad lo permiten. Ante todo, paciencia (y un buen lubricante).

Etiquetas: El sexo oral es de pervertidos, me volveré homosexual si me rozan el ano con una pluma.

Fin de la primera parte. ¡Esperamos que nos comentéis vuestros terrores más profundos entre las sábanas!

4 Response to "Leyendas urbanas... en la cama"

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Anónimo Says....

Buenísimo Anitaa!!...tiene que dar morbo eso de hacerlo escuchando a Camela ehh...Un besiñooo!!!

Ervila

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Anónimo Says....

Muy muy bien y es verdad que hay muchas leyendas urbanas como la de "tu sigue que yo te aviso"...

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