23 de octubre de 2009
El PNV y los antidemócratas
José Ramón Martínez / Yecla.
El pasado sábado se manifestaron representantes del nacionalismo vasco contra la detención de líderes de Batasuna que pretendían reconstruir el partido bajo otras siglas. Los organizadores de la marcha eran el sindicato proetarra LAB y el nacionalista ELA, y a esta acudieron miembros del PNV, Aralar, IU-EB y EA. El propósito de la manifestación –además de protestar por las detenciones- era claro, la derogación de la ley de partidos del 2002 y la legalización de la ETA política.
Es necesario decir que las afirmaciones de estos partidos son falaces, inexactas y falsas. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos dejó claro que lo que se deja fuera de ley no son las ideas independentistas sino a los que defienden la violencia. Dicha sentencia deja claro que la pureza democrática de España no está en entredicho, y que lo antidemocrático sería que una banda terrorista formase parte de un Estado al que pretende destruir.
Pero no sólo eso, la única función de los partidos políticos es representar a los ciudadanos. Sin embargo, se sabe que Batasuna -y sus copias- utilizan las instituciones para financiar a la banda -esto es, que todos nosotros, con nuestros impuestos pagamos las pistolas a los terroristas-, así como también utilizan los instrumentos de los que dispone una administración pública –censos, datos sobre viviendas, empleos, ingresos, gastos, etc.- para facilitar la extorsión y el seguimiento de los amenazados por la banda.
Estos dos objetivos de Batasuna son incompatibles con la representatividad. Ya que la utilizan en beneficio propio y en perjuicio de la mayoría. La ley de partidos supone una necesidad moral, es algo más que una cuestión de seguridad nacional, se trata de defender principios democráticos irrenunciables como la libertad de los ciudadanos y la defensa del interés general por parte de las administraciones.
Los partidos democráticos que secundaron la manifestación condenan el terrorismo, eso está claro. Sin embargo, su forma de combatirlo es mejorable. Con el terror no deben existir ambigüedades, no se les puede dar ni un metro, ni un segundo de legitimidad y mucho menos compartir pancarta y lemas. Es labor de los partidos políticos marginar, combatir y destruir políticamente a aquellos que creen que las cosas se consiguen con la sangre y no con los votos. En especial el PNV e IU-EB deben realizar una reflexión profunda y cambiar su estrategia, orientándola hacia los demócratas y no hacia los pistoleros.
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1 Response to "El PNV y los antidemócratas"
Muy bien dicho! No puedo estar más de acuerdo...
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