23 de septiembre de 2009

Prisa y Zapatero: divorcio consumado

José Ramón Martínez / Yecla.

Desde que en pleno verano el
Gobierno aprobase de forma chapucera, esperpéntica y torticera la TDT de pago, el grupo Prisa viene acentuando su crítica hacia el Ejecutivo. No son pocos los editoriales, artículos, tertulias radiofónicas, comentarios de Gabilondo que han rociado a Zapatero, en la peor coyuntura que se recuerda del leonés.

Pero esto viene de lejos. El grupo Prisa siempre estuvo del lado de Felipe, y a su vez el expresidente nunca fue buen compañero de baile de Zapatero. En el año 2000, durante el histórico 35º Congreso socialista donde Bono y Zapatero se enfrentaron, el grupo Prisa se mostró favorable a Zapatero, no por sus bondades personales e intelectuales, sino porque, más bien, era más sencillo –según la cúpula “prisiana”- de manejar, desde luego mucho más que “el caballero de Toledo”.

Tras su elección Prisa menospreció en diversas ocasiones la gestión de Zapatero al frente de la oposición. Cebrián asumió personalmente la oposición a Aznar –algo que hizo, más o menos, de forma hacendosa y limpia hasta que se inventó aquello de los terroristas suicidas- dejando a Zapatero en un segundo plano, figurando detrás de las pancartas y poco más. Pocos meses antes de las elecciones que ganó Zapatero se escuchaban, en tertulias de la Ser, las dudas en torno a la capacidad de Don José Luís como candidato e incluso se decía que en fueros internos socialistas “se hablaba de cambiar al candidato”,

Mientras, Zapatero preparaba con sigilo y paciencia su asalto al poder de la mano de los “migueles” –José Miguel Contreras y Miguel Barroso- que además de realizar una sensacional y brillante campaña electoral del PSOE en 2004 comenzaron a diseñar el nuevo esquema de los medios de comunicación. Zapatero y sus asesores vieron con claridad que el objetivo primordial era desplazar a Prisa, creando un grupo a su medida, fiel al Gobierno que hiciese frente al “imperio del monopolio” –José María García Dixit-. Sí, muchos dirán que Zapatero concedió la emisión en abierto de Cuatro, pero lo cierto es que lo hizo con la condición de conceder una nueva licencia, que, casualidades de la vida, obtuvo los derechos del mundial de Alemania en detrimento de Cuatro –estos sólo ofrecieron los partidos de interés general- antes incluso de iniciar sus emisiones.

Después se creó Público, competencia directa de El País. El “grupo de Zapatero” se hizo con lo más preciado que tenía Cebrián, los derechos del fútbol. Y ahora la aprobación de la TDT de pago, para que Mediapro pueda explotar libre y directamente el fútbol. Lo que, entre otros elementos, ha llevado a Prisa a una deuda inabarcable, que le ha imposibilitado vender el satélite y en la que contempla, incluso, la venta de la Cadena Ser, nada menos.

La relación entre Cebrián y Zapatero siempre fue oscura, tenebrosa y difícil. Hoy por hoy son enemigos irreconciliables. Si bien es cierto que todo lo que se dice en los medios de Cebrián sobre Zapatero es escrupulosamente verdad –su política es catastrófica- esa verdad no gusta escucharla a los lectores de El País o televidentes de Cuatro, que pueden huir sin fecha de retorno hacia “el grupo de Zapatero”. Y sino que se lo digan a Federico Jiménez Losantos y a César Vidal.

1 Response to "Prisa y Zapatero: divorcio consumado"

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Raúl Masa Says....

Bueno, todo esto parece un tanto "maquiavélico" y una conspiración del tipo Pedro J. el que todo lo alborota, pero la verdad es que está perfectamente planteado.

Veremos cómo avanza todo.

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