8 de septiembre de 2009
Gran Hermano 11, otra vuelta de tuerca
Raúl Masa / Madrid.
Un año más, y fiel a su cita con sus numerosos fans, llega el Reality de los Reality: GRAN HERMANO.
Después de 11 ediciones, la casa del Gran Hermano, ese ojo cotilla que todo lo observa, ha vuelto a sorprender. De nuevo, los guionistas del programa han conseguido introducir una serie de enredos que vuelven a provocar en la audiencia ese: ¿qué pasará?
Dos casas, una llena de mentirosos, y otra en la que tienen que hacerse pasar por mentirosos, un matrimonio de lesbianas, un chico en silla de ruedas, una pareja que no lo es, ¿o sí?, pero que tiene que hacerse pasar por tal, un tipo con tres hijos de tres mujeres distintas, un argentino, dos chicas con ascendencias foráneas, una de Rusia y la otra de la India… en definitiva, nada de lo que extrañarse, pues a diario se pueden ver cosas así, lógicas, normales y aceptadas por la sociedad. Lo bueno, y la esencia de Gran Hermano, es cuando juntas a todas esas personas, las metes en una casa y les dejas sin tabaco y comida, es entonces cuando la realidad del programa conducido por Mercedes Milá comienza a situarse entre los líderes de audiencia.
Tras aquellos años en los que sólo una final Madrid-Juventus de Copa de Europa pudo desbancar como líder de audiencia a GH, han llegado los años de mediocridad. No obstante, GH es de esos programas que pese a casposo, absurdo y aburrido sigue enganchando a miles de personas.
En sus inicios, hasta ilustres pensadores de este país, pretendieron ensalzar la figura de GH como fenómeno sociológico. Se trataba de la figura del filósofo Gustavo Bueno, quien en un alarde de estupidez, llegó a considerar a GH como un producto de calidad y del cual se podía aprender mucho.
En fin, algunos años de tránsito sin pena ni gloria, en los que la importancia empezaba a residir en los desnudos de Interviú, o los futuros escándalos, GH no es lo que era, si es que alguna vez fue algo, y eso se nota. Sin adentrarnos en moralinas absurdas sobre el atontamiento de la gente, o si este tipo de programas deben seguir o no en parrilla, que cada uno haga lo que quiera. Si sigue en antena es porque sus responsables ven en él una rentabilidad, y si tiene esa rentabilidad, es porque la gente lo ve, manda mensajes y entra en su web, luego, pensadores e ideólogos del mundo, si nos os gusta GH, ¿por qué coño habéis leído hasta aquí? ¿Qué esperabais encontrar en un artículo sobre GH?
Si no es así, fans de Gran Hermano, estáis de enhorabuena:
Comienza la vida en directo...
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