Alejandro Vilas* / San Fernando.

No cabe duda de que el fallecimiento del jugador del Espanyol nos ha trasladado dos años en el tiempo, no cabe duda de que parece que esta historia ya la hemos vivido antes. Jarque y Puerta, Puerta y Jarque, dos jugadores jóvenes, deportistas, sanos, ambos eran defensas, canteranos y fieles a sus colores. A los dos se les paró el corazón de manera fulminante, ambos se fueron dejando a su novia en estado de buena esperanza, ambos cumplieron su sueño de estar en la élite del fútbol, pero por desgracia ninguno de los dos pudieron saborear ni un poco del que dicen que es el placer más grande de la vida: ser padre.

Como se puede ver el final de estos dos grandes futbolistas tiene un paralelismo que como poco, “acojona”, pero sin embargo las formas de llevar a cabo los días posteriores a la muerte de Jarque han sido totalmente diferente al circo que se montó en Sevilla.

No sé si se debe al carácter, a la clase, o la formar de sentir las cosas, pero en su momento no hacía falta ponerse la camiseta del Betis para ir al velatorio de Antonio Puerta, parecía que de esa forma querían demostrar al mundo que aunque eran del Betis estaban con el malogrado jugador del Sevilla, estaría bueno que se alegraran, vamos. Tampoco vi muy ético por aquel entonces la pasarela que se montó en torno al estadio para que por allí desfilaran todas las personalidades del fútbol como si de la entrega de los Oscars se tratase, o la llegada del autobús del Betis como si fueran héroes para que la muchedumbre dijera, “mira qué bonito hasta los del Betis vienen”. En fin miles de imágenes que se dieron aquel día buscando el morbo, todo dio pena, por no profundizar en la ventas de camisetas del equipo verdiblanco con el número y el nombre de Puerta.

Hoy gracias al buen hacer del club perico todos hemos recordado a Dani Jarque, hoy sólo él ha sido el protagonista, hoy Iniesta, Guardiola, y las demás personalidades del fútbol han llegado en silencio y por la puerta de atrás, hoy en esas largas colas que se han formado para despedir a Daniel apenas vi camisetas del equipo rival, pues no hacía falta, todos sabemos que el barcelonismo y toda España están del lado del equipo espanyolista, hoy nadie le ha querido robar el protagonismo a Jarque, ni sus compañeros, aún no he visto ni una sola imagen del equipo perico al completo, no hace falta verles para saber que están destrozados.

No sé si será el clima, pero está visto que dos muertes tan paralelas han sido llevadas de formas muy diferentes. Hace dos años, como andaluz que soy, sentí vergüenza de lo que se montó en Sevilla, pues sólo faltó que sacaran en hombros a Lopera. Hoy la familia perica y los catalanes han sabido llevar toda esta tragedia de forma más íntima, más familiar, esta vez el entierro no pareció una romería, todo fue tratado con un poco más de... clase.

*Alejandro Vilas; colaborador eventual