José Ramón Martínez / Yecla.

El pasado jueves un Consejo de Ministros extraordinario aprobó un real decreto ley por el que –de golpe y porrazo, con nocturnidad y alevosía- se daba luz verde a la TDT de pago, como bien demandaba La Sexta y Mediapro. Esto supone que los operadores podrán explotar contenidos mediante contraprestación económica y también supone que todos los receptores TDT que tenemos nos impiden acceder a estos nuevos servicios porque no están preparados.

Pero lo mejor es que el Gobierno –en una decisión responsable y meditada- no ha publicado las normas técnicas del nuevo servicio aprobado. Esto conlleva que cada operador puede explotar el servicio de forma individual, teniendo un descodificador para cada servicio distinto. En cristiano, si todas las cadenas ofertasen canales de pago deberíamos comprarnos un armario sólo para los descodificadores.

No menos bueno es saber que los receptores de TDT que está distribuyendo el Ministerio de Industria a las personas mayores no están preparados para la TDT de pago, lo cual demuestra la gran planificación de la medida.

Las casualidades no existen. El compañero de Basket del Presidente del Gobierno es el consejero delegado de La Sexta, muchos amigos personales de Zapatero pertenecen al grupo de influencia de este grupo, como el Ministro de Defensa consorte Miguel Barroso. Es evidente que esta medida no responde al interés general, sino que únicamente beneficia a los amigos del Presidente. En un país normal el Jefe del Gobierno estaría imputado por prevaricación y tráfico de influencias.

Es evidente que es una medida que si se planifica a largo plazo y se diseña con precisión e inteligencia puede ser muy beneficiosa para el sector audiovisual. Pero aprobada de forma chapucera y torticera con el único objetivo que Mediapro pueda explotar sus contenidos al inicio de la liga y que comiencen a venderse los sintonizadores, unos sintonizadores que se desconoce si en el futuro servirán. Se trata de un cúmulo de despropósitos que producen vergüenza ajena a aquellos que conocen las condiciones en las que está envuelto la aprobación de este decreto.