Raúl Masa / Madrid

"El periodismo se aprende en la calle no entre las cuatro paredes de una clase"

Hay voces que irritan, otras que relajan, incluso hay voces capaces de conquistar con sólo pronunciar una palabra. En el caso de Javier Casal, nacido en Marín (Pontevedra), su voz parecía estar predestinada para la labor comunicativa.

Por ello eligió la radio, concretamente la Cadena SER, y es que desde 1991 está ligado a esta emisora. Tras mucho años de labor informativa, y habiendo trabajado con algunos de los mejores profesionales de la comunicación, actualmente es subdirector y copresentador del informativo Hora 25; tarea ésta que compagina siendo profesor de Periodismo Radiofónico y Tratamiento de la Información en Radio en la Facultad de Periodismo de la Universidad Carlos III de Madrid.

Sin duda, Javier Casal ha sabido adaptarse al socaire de los nuevos tiempos, como demuestra casi diariamente en su Blog, donde ofrece con mucha precisión el análisis de la actualidad a veces tan confusa.

Twitter, Blog personal, Facebook... Para ser un periodista de la época no digital, está usted integrado como un auténtico nativo digital, ¿no?
Bueno, ¿Me estás llamando viejo con 35 años? (risas). El periodismo es la vida. La vida ha evolucionado. El mundo no se puede entender ya sin los móviles multimedia, sin internet… Ya me gustaría haber pillado todos estos nuevos medios cuando me peleaba haciendo radio en emisoras piratas a finales de los 80…. ¿Integrado? Algo, bastante. Seguro que nunca lo suficiente.

¿Cree que falta mucho camino por recorrer en ese campo, o ya estamos dentro?
Llevamos un rato pero vivimos todavía bajo los efectos posteriores a la caída de una bomba atómica. Hay mucho gurú que está seguro de lo que vendrá. Yo, honestamente, no lo sé y alguno de estos gurús parece que tampoco ha acertado demasiado con sus predicciones digitales.

El sistema tradicional de comunicación se ha ido al traste. Internet ha convertido al receptor pasivo en periodista ciudadano, un agente más capaz de debatir, aportar pero también de generar información. Si las reglas han cambiado, no tiene ningún sentido que los medios tradicionales sigamos anclados en la misma posición que hace 20 años. El proceso de transformación hace tiempo que se inició pero a los periodistas nos/les queda mucho camino por recorrer.

Irán, recientemente Honduras, ¿se da más cobertura hoy día a las cuestiones internacionales gracias a los avances digitales?
Un golpe de Estado en Latinoamérica hubiese sido noticia igualmente hace dos décadas. Unas elecciones amañadas por un régimen radical también. Lo que cambia es la forma en la que se genera esa información y el tiempo, la inmediatez. Uno puede escuchar las noticias de la radio nacional hondureña y seguir en directo los acontecimientos a través de la televisión, Twitter o cualquier medio independiente de periodismo ciudadano. Los avances digitales han recortado los tiempos de respuesta, han añadido nuevas voces a la cadena de comunicación y quizá todo esto ha potenciado los intereses por cuestiones globales a un mayor número de personas.

La prensa está agonizando según muchos expertos, ¿puede ser la radio la próxima en acercarse al precipicio?
La radio ha resistido mejor por dos motivos fundamentales. Primero, es un medio barato proporciona excelentes resultados. Segundo elemento clave. La radio siempre ha sido un medio cercano a la calle. Antes del correo electrónico, las Redes Sociales y los nuevos canales de participación, la radio ya sacaba los micrófonos al exterior (¿Quién contó el 23F?), organizaba concursos en las ondas y escuchaba (escucha) a los oyentes que deciden contar su historia en el Hablar por Hablar. Es una versión menos evolucionada naturalmente de lo que hoy conocemos por Periodismo Ciudadano. ¿Será ahora la próxima en caer? Muy probable si se equivoca y decide mirar hacia otro lado y no mantiene el foco orientado hacia esa calle a la que se debe y a una sociedad calle que está en constante transformación.

Los sistemas podcast, la radio digital, ¿enemigos o socios de la radio convencional?
Este nuevo periodismo al que nos enfrentamos está marcado por el intercambio de contenidos, los debates cruzados y libres, la libertad para elegir entre muchas opciones y aportar algo nuevo a la conversación. Nadie sobra si se contribuye con algo a esa discusión que nos pueden librar por fin de la radio de trinchera.

Se ha inventado el soporte técnico para los podcast pero los contenidos todavía hay que trabajarlos mucho. También desde la radio tradicional en la que nos hemos creído que un podcast es subir un programa de la radio analógica a Internet y listo.

La radio a través de Internet abre un mundo de posibilidades infinito. Uno puede ya escuchar cualquier emisora del Planeta en directo y no necesariamente ante la pantalla del ordenador. Y en esto pongo el acento. Atentos al desarrollo de los dispositivos móviles y la radio. Si uno sale a correr, por ejemplo, resulta absurdo y casi imposible hacerlo viendo una serie de televisión en pantalla. Pero puede escuchar la radio, cualquier radio.

Como docente, ¿ve preparada la nueva generación de periodistas?
Ni peor ni mejor que en el caso de otras generaciones anteriores. La formación en las Universidades de periodismo siempre ha ido un paso por detrás. A mi me enseñaron a manejar el tipómetro cuando en las redacciones había Quark. En algunas facultades (no en todas, seguro) se enseña un periodismo que forma parte de la historia reciente pero historia, en todo caso. Las nuevas generaciones demostrarán su capacidad en cuanto se pongan a trabajar y para eso nadie debe esperar al segundo curso de la carrera. El periodismo se aprende en la calle no entre las cuatro paredes de una clase. Es así de duro pero así de real.

¿Mensaje de esperanza para los nuevos periodístas o discurso apocalíptico?
No me gustan los discursos apocalípticos. Vienen tiempos apasionantes. Pasaremos por dificultades pero personalmente tanto los nuevos como los que ya estamos en esto, tenemos en nuestras manos una difícil misión: mantener vivo el espíritu de esta profesión que por encima de todo debe ayudar al resto de los ciudadanos contribuyendo al pleno desarrollo de su libertad. Un capítulo que alguien decidió saltarse en su día convirtiendo este trabajo en una lucha de buenos contra malos.

En esta situación de despiste profesional, otras voces han tenido que asumir nuestro trabajo y para ello se han aprovechado de una nueva plataforma tecnológica. Las quejas de intrusismo son injustas porque la culpa de lo que ha ocurrido no hay que buscarla fuera. La responsabilidad es sólo nuestra.