Miguel Ángel Gómez / Murcia

Todo gran actor o director de cine, tiene una época buena y otra mala; y Guy Ritchie no es la excepción.

Gran director británico, que de pequeño sufrió dislexia (nadie lo diría, debido a la complejidad de sus guiones), se ha ganado un hueco en el cine “del hampa”.

Muchos consideran que sus películas se suceden de principio a fin bajo una misma línea argumental y un similar desenlace; un bagaje de historias que coinciden en un resultado final al término de la película.

En mi opinión, ¿Para que va a cambiar su estilo personal, si cuando lo hizo (coincidiendo, casualmente o no, con su matrimonio con “la reina del pop” Madonna), recibió tantas críticas que lo “sepultaron” durante cierto tiempo?. En cualquier caso, con su estilo le va estupendamente.

Sus películas son de esas que cada vez que las ves, te gustan más; donde la segunda vez te das cuenta de algo que no viste en la primera, y la tercera te resuelve las dudas que te dejaron perplejo en la segunda.

Llama la atención, la curiosa evolución que ha sufrido el señor Ritchie en sus producciones.

El debut en la gran pantalla como director y guionista fue con “Lock&Stock”, en donde cuatro amigos pierden más que sus ahorros en una partida de cartas amañada por un mafioso. Éste, les concede un tiempo para que paguen, en el cuál, planean conseguir el dinero de una forma arriesgada y descabellada, hasta el punto de producir una carcajada en el espectador.

En “Snatch: cerdos y diamantes”, tuvo más éxito, si cabe, que su predecesora. Protagonizada por Jason Statham y con grandes interpretaciones secundarias de un Brad Pitt impresionante y un siempre correcto Benicio del Toro, es una historia compuesta de varios relatos donde predominan las apuestas ilegales, sicarios, ladrones de diamantes, gitanos albinos, que la convierten en una fantástica película.

Este humor, fue el motivo por el que el director produjo otra comedia, “Mean Machine”, donde el ex-futbolista inglés Vinnie Jones, lidera un equipo de presos contra un equipo de alguaciles, en un partido de fútbol en la cárcel.

Una vez casado con Madonna, Ritchie, probablemente, se centró más en mejorar la escenificación de su esposa, que en seguir trabajando por la producción de grandes películas; siendo testigo de la decadencia en sus largometrajes.

A la desastrosa “Barridos por la marea” protagonizada por la cantante, le sucedió “Revolver”, encabezada por Ray Liotta y Jason Statham; las cuales quedaron muy lejos de sus dos grandes obras anteriores, echando en falta nombres tan peculiares utilizados para identificar a sus personajes.

Una vez roto su matrimonio, Ritchie volvió a las raíces que le dieron a conocer en el mundo del cine por las que tantos éxitos cosechó debido a sus grandes y muy trabajadas historias, caracterizadas en su siempre sensacional puesta en escena.

Con “Rocknrolla”, relata la historia de un mafioso ruso que pretende adquirir unos terrenos de forma ilegal a cambio de una escandalosa cantidad de dinero, lo que hace que toda la delincuencia de Londres, quiera participar; a su manera, en dicho acuerdo.

También llegó a rodar un spot publicitario de Nike donde aparecen jugadores de la talla de Cristiano Ronaldo, Cesc Fábregas e Ibrahimovic.

Ritchie ha vuelto, y como no, para ser el mejor. “Sherlock Holmes” es su próxima película, cuyo reparto está compuesto, entre otros, por Robert Downey Jr. y Jude Law, dando vida a los detectives de ficción, Holmes y Watson. Tendremos que esperar hasta diciembre para saber qué lado nos mostrará, aunque no dudo que será el bueno.