7 de julio de 2009
Crítica a hombres amantes de mujeres...
Rosario García / Murcia
Movida por la curiosidad que despierta el subtítulo de una película que dice estar basada en un best-seller, me dirigí al cine la semana pasada para ver la película que transpone a la gran pantalla la primera parte de la “gran trilogía” (hablo en boca de otros pues aún no he leído ninguno de los tres libros) de Stieg Larsson: “Millenium”, ‘Los Hombres que no amaban a las mujeres’. Sabía que iba a “regalar” seis euros a la industria cinematográfica sin la seguridad de si la película me iba a gustar o no, pero tanta gente me había dicho que era “tan tan buena” que decidí emplear ese dinero en dejarme encantar por la magia del escritor sueco aunque fuera a través de la pantalla. Era consciente de que una vez vista no podía entrar en la encantadora e inevitable rutina de criticar una peli sólo porque no se parece en nada al libro, pero tampoco me importaba, resulta encantador poder disfrutar de un largometraje sin tener que estar pensando cada dos escenas en lo que falta, en lo que no es así, en lo que el director se ha sacado de la manga, en lo que se han equivocado y en que los personajes no se parecen en nada a como tu los habías imaginado.
Así pues, sentada ya en la butaca, agudicé mis cinco sentidos para no perder detalle de lo que esperaba fuera un “peliculón”, olvidando que quizá la idea de una historia en la que un periodista investiga asesinatos hasta implicarse, aún sin quererlo, al límite de sus posibilidades, hasta que la historia le salpica, no era del todo novedosa, ni atrayente. Y lo fue, realmente lo fue, un apasionante thriller que mezcla la historia principal de búsqueda del asesino con la vida de sus personajes, cada uno diferente, con sus excentricidades, manías, formas de vida,… Imagino que es difícil resumir todas las páginas del libro en una largometraje y que en el texto las cosas quedarán mucho más claras (al final hay cosas que no te cuadran), pero tras dos horas y media de película una tiene la sensación de que ni sobra ni falta un segundo, que cada fotograma está muy bien empleado. Es cierto, que a veces el cuerpo te pide más ritmo que el que la película le da, estás tan metido en el papel que necesitas acción, necesitas que pase algo inmediatamente que te de una pista de quien puede ser el asesino. 190 minutos en los que la intriga y el suspense se mantienen constantes casi en todo momento y te hacen estrujarte el cerebro intentando averiguar quienes son los “malos”.
Para mí, el punto fuerte es, sin duda, el personaje de Lisbeth Salander (Noomi Rapace), una hacker de 24 años, muy inteligente, con un pasado y un lado oscuro que refuerzan su carácter antisocial. Una persona oscura, fría, ambigua, rara, espontánea pero en el fondo bastante humana. Mikael Blomkvist, el otro protagonista, también es un buen personaje al que Michael Nyqvist borda. Un periodista serio, comprometido con su trabajo, y un hombre difícil de conocer, muy cerrado en sí mismo, del que poco se sabe y al que nada perturba y le hace mover de su sitio.
Lo más comentado, sin duda, son las escenas de sexo. Muy duras, algunas, pero que saben mostrar lo imprescindible aún sin hacer uso del sexo explícito. Dejan ver lo necesario para que uno llegue a imaginarse la magnitud de las violaciones, sienta asco, repugnancia, odio hacia esa persona. Tan logradas que, a veces, incluso al mismo público, le duele.
La banda sonora, como no podía ser de otra manera, ayuda. Da misterio, intriga, nerviosismo, duda. Crea alrededor todo un universo inquietante imprescindible en una película de estas características.
Desde estas líneas, se os recomienda que vayáis a verla, aunque sólo sea por matar la curiosidad, si habéis leído el libro, de qué os ha gustado más y qué está mejor. Pero si no os fiais de mí, FOTOGRAMAS le da tres estrellas, “no se la pierda”.
Movida por la curiosidad que despierta el subtítulo de una película que dice estar basada en un best-seller, me dirigí al cine la semana pasada para ver la película que transpone a la gran pantalla la primera parte de la “gran trilogía” (hablo en boca de otros pues aún no he leído ninguno de los tres libros) de Stieg Larsson: “Millenium”, ‘Los Hombres que no amaban a las mujeres’. Sabía que iba a “regalar” seis euros a la industria cinematográfica sin la seguridad de si la película me iba a gustar o no, pero tanta gente me había dicho que era “tan tan buena” que decidí emplear ese dinero en dejarme encantar por la magia del escritor sueco aunque fuera a través de la pantalla. Era consciente de que una vez vista no podía entrar en la encantadora e inevitable rutina de criticar una peli sólo porque no se parece en nada al libro, pero tampoco me importaba, resulta encantador poder disfrutar de un largometraje sin tener que estar pensando cada dos escenas en lo que falta, en lo que no es así, en lo que el director se ha sacado de la manga, en lo que se han equivocado y en que los personajes no se parecen en nada a como tu los habías imaginado.
Así pues, sentada ya en la butaca, agudicé mis cinco sentidos para no perder detalle de lo que esperaba fuera un “peliculón”, olvidando que quizá la idea de una historia en la que un periodista investiga asesinatos hasta implicarse, aún sin quererlo, al límite de sus posibilidades, hasta que la historia le salpica, no era del todo novedosa, ni atrayente. Y lo fue, realmente lo fue, un apasionante thriller que mezcla la historia principal de búsqueda del asesino con la vida de sus personajes, cada uno diferente, con sus excentricidades, manías, formas de vida,… Imagino que es difícil resumir todas las páginas del libro en una largometraje y que en el texto las cosas quedarán mucho más claras (al final hay cosas que no te cuadran), pero tras dos horas y media de película una tiene la sensación de que ni sobra ni falta un segundo, que cada fotograma está muy bien empleado. Es cierto, que a veces el cuerpo te pide más ritmo que el que la película le da, estás tan metido en el papel que necesitas acción, necesitas que pase algo inmediatamente que te de una pista de quien puede ser el asesino. 190 minutos en los que la intriga y el suspense se mantienen constantes casi en todo momento y te hacen estrujarte el cerebro intentando averiguar quienes son los “malos”.
Para mí, el punto fuerte es, sin duda, el personaje de Lisbeth Salander (Noomi Rapace), una hacker de 24 años, muy inteligente, con un pasado y un lado oscuro que refuerzan su carácter antisocial. Una persona oscura, fría, ambigua, rara, espontánea pero en el fondo bastante humana. Mikael Blomkvist, el otro protagonista, también es un buen personaje al que Michael Nyqvist borda. Un periodista serio, comprometido con su trabajo, y un hombre difícil de conocer, muy cerrado en sí mismo, del que poco se sabe y al que nada perturba y le hace mover de su sitio.Lo más comentado, sin duda, son las escenas de sexo. Muy duras, algunas, pero que saben mostrar lo imprescindible aún sin hacer uso del sexo explícito. Dejan ver lo necesario para que uno llegue a imaginarse la magnitud de las violaciones, sienta asco, repugnancia, odio hacia esa persona. Tan logradas que, a veces, incluso al mismo público, le duele.
La banda sonora, como no podía ser de otra manera, ayuda. Da misterio, intriga, nerviosismo, duda. Crea alrededor todo un universo inquietante imprescindible en una película de estas características.
Desde estas líneas, se os recomienda que vayáis a verla, aunque sólo sea por matar la curiosidad, si habéis leído el libro, de qué os ha gustado más y qué está mejor. Pero si no os fiais de mí, FOTOGRAMAS le da tres estrellas, “no se la pierda”.
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2 Response to "Crítica a hombres amantes de mujeres..."
a mi también me gutó la peli...jejeje, y ahora estoy con el libro; sé que es raro..pero como dice yayo, es mejor ver primero la peli y luego leer la historia original,...asi te ahorras que te decepcione.
es un poco lenta, sobre todo al principio, pero no es mala..y no se hace pesada
Pues tendré que verla, yo es que me leí un poco del libro y no me gustó nada, en gran parte porque estoy cansado de conspiraciones y temas similares.
Y coincido en que es un gran placer ver adaptaciones sin conocer la obra original, lo he vivido recientemente con Lobezno por ejemplo, para mi fue un buen entretenimiento, para los fans del comic un gran insulto jaja
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