19 de junio de 2009

Territorio Comanche: Arturo Pérez Reverte

Héctor Rubio / Madrid

Territorio comanche es allí donde oyes crujir bajo tus botas, y aunque no ves a nadie sabes que te están mirando. Donde no ves los fusiles, pero los fusiles sí te ven a ti”.

Arturo Pérez-Reverte cuenta en este libro las vivencias de dos reporteros de guerra que trabajan para Televisión Española, Márquez y Barlés que se encuentran en medio de la guerra de Bosnia intentando grabar la explosión de un puente. Grabar un puente explotando es una obsesión de Márquez, que ya lo ha intentado en otros conflictos pero por diversas causas no ha podido tener las imágenes que quería, pero esta vez quiere su puente aunque tenga que poner en riesgo su vida, la de Barlés, incluso la de Jadranka, una intérprete que les acompaña durante su estancia en Bosnia.

Mientras esperan ocultos en un talud cercano al puente, empiezan a recordar otros conflictos como Vietnam, Beirut, El Salvador, Nicaragua, Irán, Kuwait, Sarajevo…, y las situaciones y experiencias vividas junto a otros compañeros periodistas en situaciones límite: escapar de un tiroteo cuando se metieron en medio de la línea de fuego conduciendo borrachos un coche, pisar una mina anti-persona que no explotó porque el peso sobre ella no era el suficiente o esquivar una bomba o fuego de metralla que cae en medio de la cama de tu habitación justo en el momento en que te levantas al baño. Recuerdan anécdotas con compañeros que ya no están, hablan de buenos periodistas, de novatos que no saben moverse por la guerra, de “periodistas” que van a la guerra a hacerse la foto a 50 kilómetros de los tiros y huyen despavoridos a los dos días, de la suerte y también de la mala suerte de algunos periodistas, de la Ley de Murphy.

El libro también habla de la vida de un periodista en guerra, la forma en la que tienen que relacionarse con narcotraficantes y “gentuza” para poder sobrevivir, cómo sobornan a policías o militares, la manera en que sus empresas (pone el ejemplo de TVE) les regatean hasta 5.000 pesetas sabiendo que se están jugado la vida cada día, las noches de alcohol y mujeres en un hotel o un burdel mientras en la calle están destruyéndolo todo a base de bombardeos.

No sólo habla de la vida de un periodista en el ámbito laboral, sino también del ámbito personal y sentimental: de cómo Barlés tiene que apoyarse en una pared a vomitar cuando filman un asilo abandonado con varios ancianos muertos de miedo, cubiertos de sus propias heces y agonizando o cómo un compañero mientras rodaba unos niños mutilados tuvo que soltar la cámara y llorar en un rincón porque no lo aguantaba más. Así mismo los problemas con sus familias, a la que no ven en once meses del año o con sus novias y novias que mientras ellos se están jugando la vida, ellas se la están pegando con el vecino o pidiendo el divorcio.

En resumen, este relato habla de la grandiosidad del periodismo de guerra a la par de las miserias del periodismo de guerra.

3 Response to "Territorio Comanche: Arturo Pérez Reverte"

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Anónimo Says....

¿Qué papel tienen los periodistas en un proceso pacificador?

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Raúl Masa Says....

Los periodistas están a merced de los gobiernos. Luego, si un Gobierno no quiere pacificar, su prensa no pacificará...

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Héctor Rubio Says....

Yo creo que los periodistas no tienen un papel definido en una guerra, aparte de informar. Es más, creo que el verdadero papel y la verdadera misión de un periodista de guerra es no dejarse "contaminar" por los "datos oficiales" de una parte un otra del conflicto; ésto pasa mucho con los "embedded", periodistas integrados en una unidad del ejército determinada.

Cómo ejemplo reciente tenemos la guerra de Irak, dónde los blogs de los periodistas que estaban allí contando sus propias experiencias eran más seguidos que las crónicas que escribían para sus medios.

Si la objetividad debe ser esencial en periodismo, más debe serlo en el periodismo de guerra.

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