20 de diciembre de 2009
Crítica: El imaginario del Doctor Parnassus
Rafael Bargiela / Madrid.
El misterioso circo del doctor Parnassus aporta a sus espectadores un espectáculo muy diferente al resto. Con sus asombrosos poderes mentales el Dr. Parnassus será capaz de entrar en tu mente e introducirte en un mundo de sueños y fantasía maravilloso, mostrado a través de su espejo mágico.
Un película de mundos fantasticos realizada por la imaginativa y especial mente de Terry Gilliam. Quizás una obra incomprensible, quizás una obra de arte. Ciertos directores no solo llevan sus ideales y vivencias plasmadas en sus películas, rozando el guión, el argumento o ciertas tomas o movimientos de cámara; sino que dan un paso más allá a la hora de plasmar su huella, dándole a sus películas un toque de ambientación que quedará para siempre como seña de identificación de sus películas. Así lo demuestran David Linch o Tim Burton. Éste último, junto con el señor Gilliam son los máximos exponentes de la personificación de los decorados y el vestuario. No cabe duda de que basta ver unos minutos de cualquiera de sus películas para reconocer al creador.
En concreto, Gilliam nos suele mostrar esperpénticos decorados, sobrecargados, barrocos, y muchas veces oscuros, sucios y deprimentes, dando siempre una sensación siempre entre enfermiza y claustrofóbica, y a la vez apacible y curiosa. En esta película, Gilliam nos muestra su lado más alegre y colorido, dándole una atmósfera totalmente onírica a su película. Divierte saber que no sabes lo que te vas a encontrar en la siguiente escena. También asusta ver como se deja llavar por el surrealismo, dando lugar a situaciones y momentos realmente extraños, incitándole a uno la necesidad de consumir LSD para intentar obtener una mejor comprensión de la película.
Todo ello se ve además acentuado al tener unas más que buenas interpretaciones, dejando un buen sabor de boca la última actuación de Heath Ledger y la presencia de Christopher Pulmmer. La muerte del protagonista, junto con las colaboraciones de colegas de la talla de Jude Law, Johnny Deep y Colin Farrell termina por darle a la película todas la papeletas terminar de convertirse en un filme de culto.
En medio de toda la locura que supone, diré como conclusión que me gusta. Me he visto hipnotizado cada vez que alguno de los personajes atravesaba ese maldito espejo, y creo que si los sueños no son así, se tienen que parecer mucho a como los cuenta este niño grande de Terry Gilliam. Veanla drogados y luego me comentan la experiencia por favor.
2 Response to "Crítica: El imaginario del Doctor Parnassus"
A mi que me mola mas el circo q a un tonto un lapiz, me entro por el lado del gusto. La pude ver en el festi de San Sebastian (tirate el rollo) y se agradecia un poco de fantasia entre tanta penica de cine iraní y guatemalteco. Además me contaron q Terry Gilliam es mas majo q las pesetas, asi q aunqe gafe perdido, enhorabuena.
El final se desinfla, pero el resto es lo mejor que ha hecho Gilliam desde 12 Monos. Este hombre es el caos personificado, así que no es de extrañar que le salgan abundantes churros y joyazas impresionantes.
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