31 de enero de 2011
Jubilados en vida
Hugo Mazón.
Dice el gobierno que si no se reduce la cuantía de las jubilaciones en el futuro no va a haber dinero para nadie. Es curioso que para el tema de las pensiones tengan la prospectiva que les faltó para predecir el final del “milagro español” y la explosión de una burbuja, que podría llegar a ser más catastrófica que la de una bomba.
Es sabido que la gente que tiene que decidir el futuro de las pensiones es la misma que garantiza el futuro de sus pensiones, por lo que no nos debemos extrañar si vemos a políticos, o a profesionales de la política, con pensiones doradas hablando de bajar sueldos o de revisar el sistemas de pensiones.
Llega un momento en el que uno se pregunta; ¿cuándo vamos a afrontar la realidad? Porque la realidad no es que dentro de treinta años se vaya a acabar el dinero de las pensiones, mucho menos que alargando la edad de jubilación vayamos a encontrar la solución. La realidad es que casi el 50% de los jóvenes de este país vivimos como jubilados y mientras nos dediquemos a mirar las obras en vez de a trabajar en ellas el futuro será insostenible y el presente bochornoso.
Una vez demostrado que la reforma laboral fue ridícula, innecesaria e inútil, que no afrontó temas de fondo (¡vengan los becarios a mí!) y que al gobierno le falta valor para afrontar la economía sumergida que lacra las cifras oficiales y la economía oficial que lacra las cifras reales, se propone ahora el gobierno reformar las pensiones.
Esta nueva obsesión viene en sintonía con ese golpe de estado que ha dado el mercado a los gobiernos europeos, a través del democrático Tratado de Lisboa que yo no voté y que acabó con la “Vieja Europa”. Esta no es más que otra muestra más de lo justificadas que tienen sus pensiones los señores diputados, que ya sea en el gobierno o en la oposición, se dedican a simular que trabajan, encontrando tan solo el éxito en las labores referidas a esconder su basura.
Hay un título de una canción de Albert Plá que creo que resume bastante bien la filosofía del panorama que presenta esta nueva década. Esta se titula “Veintegenarios” y, a pesar de reunir a los más variadito del punk español, es bastante descriptiva. El juego de palabras entre veinteañeros y octogenarios da una clara imagen de las expectativas que pueden poseer ahora mismo la generación más preparada de la historia de este país. Un 50% de paro juvenil y casi un 100% de trabajos basura es el panorama que afronta una generación que, más que probablemente, deberá jubilarse más allá de los sesenta y siete.
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