21 de octubre de 2010

Crítica: La gran ilusión

Rafael Bargiela.

Durante la Primera Guerra Mundial dos oficiales franceses son atrapados por el ejército alemán mientras llevaban a cabo una misión. Son trasladados a un campo de concentración, donde son agrupados junto a otros camaradas con los que entablan amistad y comienzan un plan de fuga a través de un túnel bajo tierra.

La Primera Guerra Mundial poco tenía que ver con la Segunda. Quitando las atrocidades de esta última, la primera gran guerra fue posiblemente una de las más sanguinarias de la historia (sino fue la que más). Lejos de los ideales racistas, antisemitas y totalitarios, la primera fue una guerra mundial entre naciones, desembocada por tensiones políticas e intereses económicos diversos; pero sobretodo, luchada por personas. Todo ello queda perfectamente reflejado en esta película donde las relaciones entre enemigos son hostiles sólo en el campo de batalla y se mantiene el respeto por la persona en los campos de concentración. Puede que en 1937 se temieran el estallido Hitleriano, y que muchas películas quisieran reflejar la tensión del momento utilizando para ello acontecimientos históricos pasados; sin embargo, no creo que se fueran a imaginar que las relaciones humanas iban a ser tan distintas.

Esta obra maestra de Renoir, una pieza viva y dinámica, divertida y dramática, no sufre el paso del tiempo, y refleja los baches morales de la guerra en aquéllos que la sufren directamente y menos tienen que ver con ella. Llena de cómicos detalles, Renoir opta por la simpatía para expresar las penurias de la reclusión en un campo de concentración. la película te hace reir, sin llevar el drama a la broma, y, con estupendos giros de guión, nos conduce a través del largo camino que los protagonistas hacen hasta el desenlace de la historia.

La amistad y la confianza que los prisioneros acaban expresando los unos por los otros, independientemente de la condición social de procedencia, se vuelve poco a poco, a medida que avanza el metraje, más conmovedora. La perfecta combinación de comedia y tragedia bélica hace de 'La gran ilusión' una película diferente, referente clásico en cualquier etapa de cine posterior. Su escasez de violencia y crudeza no impiden hacer entrever que entre las pinceladas de humor se encontraban una serie de personas que sufrían como podían el suplicio de ser encerrados y no ver a sus familias, por el único motivo de defender a su patria. Una película que está uno, sin lugar a dudas,"estrictamente obligado" a ver.

1 Response to "Crítica: La gran ilusión"

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Pepe H. Says....

Lo confieso: a mí no me convenció en absoluto. Demasiado episódica e ingenua. No es santo de mi devoción Renoir, cuatro películas suyas que he visto y sólo puedo decir que me haya gustado Una Partida de Campo (que tampoco me pareció un peliculón)

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