Eneas G. Ferri / Alcoi.

Un estudio ha rechazado lo que se conocía como ‘efecto Mozart’. Este efecto era la conclusión de otro estudio que decía que si se le ponía a los niños menores de 3 años la 'Sonata para dos pianos en re mayor, K. 448' desarrollaban más capacidad intelectual. A priori puede tener cierto sentido. Es lógico relacionar la música clásica con la inteligencia, con ambientes eruditos. Pero otro estudio, con una muestra de 3.000 bebés lo ha descartado.

Cuando leía tal noticia, pensé en cómo sería un ‘efecto Zidane’. Niños que desde pequeños han desarrollado una capacidad innata para manejar su cuerpo con un fin. Coordinación en su máxima expresión unida a un cerebro que explota lo mejor de sí mismo y lo de los otros diez que le rodean en su trabajo. Virguerías con el balón (en este caso) y compañerismo hacia el equipo.

Otros efectos interesantes serían los de Adrià, Bassat o Toni Segarra. La creatividad. Una mente a la vez esponja y fuente, que absorbe y hace brotar ideas en un continuo fluir. Cerebros que ven el futuro, que miran más allá que el resto en las cosas comunes. Cerca de estos se encontrarían los efectos Dalí, Picasso o Aznar. El surrealismo. Los dos primeros por crear otras dimensiones en la pintura, mostrar su forma de ver el mundo. El tercero vio armas de destrucción masiva. Bueno, las creó en su imaginario, como los artistas.

Habría también efectos representativos de la inteligencia y la praxis. La teoría y la práctica de toda la vida. El ‘efecto Eduard Punset’ sería el de la inteligencia. Niños que desde muy pequeños ven el programa ‘Redes’ y todos los reportajes, documentales y apariciones en programas del intelectual catalán. La práctica, la Esteban. Esa mujer de la calle, que se acerca al pueblo precisamente por lo contrario a Punset: En la vida se ha leído un libro. Pero ha peleado en mil frentes, ha defendido a su hija a capa y espada y ha conseguido ser alguien siendo ella misma. Al César lo del César, ella no tiene culpa de la basura que producen los medios.

El caso de un ‘efecto Total’, es decir, alguien que desde niño haya incorporado a su subconsciente a Zidane, Adrià, Dalí, Punset y la Esteban, podría tener a solución a los problemas del mundo. Erradicar las enfermedades, el hambre, las desigualdades, la pobreza y la analfabetización siendo un líder bueno. La mayoría de malpensados que leen esto dirán: “Ángel Cristo ya no puede ser”. Descanse en paz. Yo digo que Zapatero, Obama, Merckel o Hugo Chávez tampoco. Se aceptan sugerencias.