Raúl Masa / Madrid.

Aparentemente el mundo parece un lugar tranquilo, seguro, confortable para vivir y desarrollar una vida plena. Tener una rutina laboral, horas de ocio, pequeñas crisis existenciales o bien de carácter económico como la actual, todo parece programado para que los hombres vivamos en paz en un mundo que curiosamente y por desgracia se encuentra en guerra.

Esa pequeña paz que vive cada cual en su micromundo es solo un pequeño reflejo de la situación real que se vive en muchos rincones del planeta azul y verde al que tantos problemas le damos. Si alzamos la vista más allá de la obstrucción que provocan los ombligos de los países desarrollados, uno se dará cuenta de que el mundo no parece ese idílico lugar en el que todo es maravilloso. Terrorismo, violencia armada, clases políticas totalmente corruptas, señores de la guerra... Se puede hacer con perfección un mapamundi del caos en el cual se descubre con certeza lo que una vez dijo Thomas Hobbes: "Homo homini lupus".

Campo de batalla: la calle

En este recorrido por los conflictos violentos que hay en el mundo, la primera parada está muy alejada de las clásicas zonas problemáticas que suelen ser Oriente Medio y Próximo.

Desde hace algunos años, el narcotráfico se ha convertido en un problema excesivamente grave en muchos puntos de la geografía mexicana. Ni siquiera la policía es efectiva, pues el Gobierno mexicano se ha visto obligado incluso a sacar al ejercito para combatir este problema. Lugares como Chihuahua o Ciudad Juarez, considerada como una de las ciudades más peligrosas del mundo, ven como casi a diario se producen toda clase muertes a manos del crimen organizado. Mafias, cárteles de la droga... un universo que ha sindicado en la muerte sin escrúpulos, convierte a México y cualquiera de sus calles en un campo de batalla donde la gente paseando ha sido sustituida por armas de fuego y coches a modo de trinchera.

Eterno conflicto

Una aproximación a algunos de los lugares más violentos del mundo no podía pasar por alto el eterno problema entre palestinos e israelíes. Aunque no siempre es recogido por la prensa internacional, el conflicto es latente y prácticamente a diario se produce algún tipo de escaramuza por parte de algún bando. Y es que en la infatigable guerra desigual que se produce en el Próximo Oriente, hay ocasiones en que se pierde la referencia de quiénes son los "buenos" y cuáles los "malos".

Aun así, y pese al siempre confuso problema religioso, desde muchos lugares se apunta a que la verdadera raíz del problema es el conflicto por conseguir agua. Más allá del enmascaramiento sobre la capitalidad de sus respectivas ciudades santas, el conflicto palestino-israelí es sin duda un problema geopolítico derivado de la escasez del agua.

El avispero

Afganistán es lo más parecido a un avispero. Con una disimulada calma parece que todo está en orden, pero si das un zarpazo sin control, aquello puede estallar en mil pedazos.

EEUU, la OTAN y la siempre reclamada ayuda del propio ejercito afgano, han iniciado hace unas semanas una campaña que se antoja definitiva para reducir de una vez por todas el poder de los talibanes en esta parte de Oriente Medio. Por desgracia, el resultado como siempre será incierto. Además, el número de bajas de los "buenos" cada vez está siendo mayor.

Perdidos en Asia

En este repaso a la "violencia mundial" no solo se debe hablar de conflictos armados declarados como tal mediante terrorismo, luchas armadas o mafias, también es conveniente recordar como existen países donde su rumbo nadie conoce.

Es el caso de Corea del Norte. Con un régimen político que roza lo tiránico, mientras siguen haciendo pruebas con todo tipo de material militar que no sé sabe muy bien para qué se utilizará. Entre tanto, su jefe de Gobierno, un dictador reconocido, sigue acampando a sus anchas por un país que tiene sumido en la mayor pobreza que se recuerde en la zona.

Sin olvidar

Por desgracia hay muchos más lugares en los cuales hay serios problemas de violencia. De entre ellos destaca África. Guerrillas, problemas étnicos, conflictos por la estracción de recursos energéticos... un sin fin de casos en los que la resolución armada parece ser lo único que contenta a sus gobernantes.

Pakistán, Irán, Tibet, América Central... prácticamente no hay lugar en el mundo que se salve de tener un conflicto violento. Parece ser que el ser social del hombre también implica la necesidad de violencia.