Pablo Saez / Alcoi.

Vivimos un momento en el que la saturación publicitaria es tal, que las marcas se pelean por conseguir nuestra atención, eso que en términos publicitarios se conoce como entrar en la short list. Por este motivo, muchas veces la creatividad brilla por su ausencia, y no porque vivamos un momento de crisis creativa, sino por el abandono y utilizar el recurso fácil.

Este artículo trata de aquellos anuncios con buen gusto, de calidad, y con sensibilidad, algo que muchas veces se nos pasa por alto. Es realmente curioso, que el anuncio que ha entrado en nuestra short list esta semana, lo haya hecho por su buen gusto y la sensibilidad que derrocha. Nos estamos refiriendo al último spot de la marca italiana Calzedonia emitido en España. Su creatividad no es que sea excesiva ni novedosa, pero la forma de tratar las imágenes, la música escogida y el montaje final hacen de un anuncio digo de poseer la frase: ¡Qué buen gusto! Este anuncio a su vez, nos recuerda a otro spot reciente de IKEA, “Donde cabe uno, caben dos”, que lanzo con motivo de la celebración del día de San Valentín. El anuncio destaca por su melodía pegadiza y tierna, combinada con imágenes cotidianas de una pareja, y que cuando acaba, deja a quién lo contempla con “la boca abierta”.

La fórmula parece sencilla: una historia con la que la gente (o el público objetivo) pueda sentirse identificada, una música acorde con esa historia y un montaje que haga recordar buenos momentos de la vida diaria. Parece fácil, pero muchos anunciantes y agencias creativas optan por unos anuncios que destacan por el mal gusto, una creatividad previsible y nada novedosa y técnicas creativas demasiado explotadas.

El buen gusto no es tan difícil de conseguir. Muchas veces lo más sencillo es lo que más llama la atención y permanece más en la memoria, que cualquier jingle pegadizo de la marca de seguros o lavavajillas de turno.