28 de marzo de 2010
Crítica: Sopa de ganso
Rafael Bargiela / Madrid.
Rufus T. Firefly ha sido elegido como nuevo dirigente de la pacífica y modesta república de Freedonia. Bajo su mandato, ve amenazada la paz de su país por la dictadura de Sylvania, la cual envía dos expertos espías, Chicollini y Pinky, a Freedonia para recopilar información que permitan la anexión del país a Sylvania. Sin embargo, la prepotente Sylvania no contaba con la locura mental de sus espías y ni el descaro del nuevo soberano de Freedonia.
"¿Quiere casarse conmigo? ¿Es usted millonaria? Responda primero a la segunda pregunta". Ése, es solo uno de los maravillosos y míticos momentos que nos regala esta película. Desde el inicio hasta el final nos vemos invadidos por la carcajada, a veces sutil, a veces descarada, provocada por uno de los sentidos del humor más geniales que ha dado el cine.
Escenas como las del sombrero en el puesto de frutos secos, o la del falso espejo forman parte de los momentos más cómicos de la historia de la comedia. Con esa mezcla genial de humor de circo y los comentarios sutiles, sarcasticos e ingeniosos de Groucho, los hermanos Marx firman una de sus películas más sublimes. Es con ésta además, con la que inician una larga serie de fabulosas películas como 'Una noche en la ópera' o 'Un día en las carreras', a pesar de no haber tenido en su día éxito en su estreno.
No merece la pena extenderse más elogiando una película mil veces ya encumbrada, dado que además podríamos extendernos largo y tendido acerca de su genialidad. Solo queda decir que si necesitan reir, no duden en recurrir a estos míticos genios, y vean esta simpática historia. ¡Si es que hasta el nombre de Freedonia es tronchante!
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