6 de marzo de 2010

Crítica: Precious

Rafael Bargiela / Madrid.

Clareece "Precious" Jones es una adolescente de Harlem. Padece sobrepeso, tiene problemas para leer y escribir, es maltratada psicológicamente por su madre y tiene que cuidar de su hijo, con síndrome de Down, mientras espera a otro más, ambos hijos de su propio padre, que la violó varias veces. Bajo toda esta desgracia, Precious se levanta todos los días sin ánimo de vivir, hasta que la directora de su escuela la apunta a un centro alternativo, donde su nueva profesora empezará a darle una atención y cariño que nunca antes había experimentado.

El barrio de Harlem ha sido siempre uno de los más conflictivos de New York. Allí las drogas, la delincuencia y la pobreza han hecho del lugar un sitio dificil para el que vivir. Los jóvenes que provienen de este tipo de zonas lo tienen muy difícil para estudiar, tener una educación, y salir adelante. Pero todo ello se agrava cuando resulta que la vida te ha puesto de inicio un gran montón de mierda encima más que los demás para recorrer un camino ya en sí muy áspero.

La desgracia, la tristeza, la mala suerte que tienen algunos por no nacer en pacíficos y felices hogares de clase media, son temas muy tocados en cine, ya sea el comercial, el independiente o el de autor, tocando además todo tipo de géneros. Chaplin las pasó canutas para mantener a un niño abandonado en 'El chico'. Tom Hanks fué un tierno retrasado en 'Forrest Gump' saliendo adelante por su simpática bondad. Me ví totalmente conmovido en cada capítulo de 'The Wire' cada vez que salía el vagabundo yonki "Bubbles". De sobra son conocidos los problemas que causa la obesidad. El analfabetismo hizo que Keit Winslet no supiera si era monstruo o desgracia en 'The reader'.

Lo que yo creo que nunca se ha llegado a ver, al menos yo no lo recuerdo, es un personaje con semejante acumulación de desdicha como en esta película.

Se nos presenta una esperpéntica historia sobre una adolescente, sumida en un infierno que no se merece. Una suma de acontecimientos que solo individualmente se merecen hacer una película sobre cada uno. Vamos, base más que suficiente como para hacer una grandiosa película. Sin embargo, tanta desgracia me deja el lacrimal seco, insatisfecho, sin ganas de soltar la más mínima muestra de tristeza. Falla la narración. Así como me he leído cosas muy buenas del libro, no las identifico aquí. No pasa nada, todo ha pasado ya. No hay evolución. Solo ves como esa pobre criatura nada cada minuto en esas arenas movedizas, y que no va a salir de allí. No hay cambios en los personajes, todo sigue igual.

Se le quiere dar además originalidad y ritmo mezclando los pensamientos y sueños que pasan por la imaginación de la chica, intentando obtener un efecto del tipo 'Amelie', que sin embargo solo hacen que la película dure más. Se abusa de ellos, y se repiten en su estructura. La idea es buena, pero no se hace buen uso de ella.

No obstante, una cosa es cierta, las interpretaciones son de un gran nivel. No ya de la protagonista, que para ser una principiante se mete de lleno dentro de esa martirizada niña; sino de Paula Patton como profesora, o más aún de Mariah Carey, que renuncia a todo tipo de arreglos, maquillaje y adornos, para mostrarse ojerosa, estresada y en definitiva, como una mujer de carne y hueso (lo cual es muy noble por su parte).

Es ésta, por tanto, una película de personajes más que una historia dinámica y cambiante. Personajes llevados por un guión y un director que no aprovechan una buena oportunidad de mostrarnos algo realmente sobrecogedor, emocionante y tierno.

1 Response to "Crítica: Precious"

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Pepe H. Says....

Hombre, yo no diría que no hay evolución de los personajes. La hay, al menos de la protagonista. Pero sí que falla la narración, está montada de forma bastante chapucera y las salidas de la realidad no están bien engarzadas. Se queda en un quiero y no puedo del que la sacan las interpretaciones, que están todas sobresalientes. Sidibe y Mo'Nique están impresionantes, y Paula Patton está también a un gran nivel.

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