Rafael Bargiela / Madrid.

Bad Blake es un famoso autor country. Después de una vida alocada, matrimonios hundidos y dinero gastado, lo que le queda después es una vida vacía, ahogada en el alcohol y los conciertos mediocres en boleras. Su deteriorada vida empieza a relucir otra vez cuando conoce a Jean y a su pequeño hijo.

Jeff Bridges ha sido siempre, ya desde joven, uno de los constantes talentos de Hollywood. Personajes como "El nota" en "El gran Lebowsky" han dejado marca en una carrera llena de buenas películas, pero también de películas salvables unicamente por su presencia. "The Door in the floor" o "Arlinghton road" son dos buenas pruebas de su currículum. Sin embargo, ha tenido que esperar hasta este año para disfrutar del galardón deseado por un actor, a través de un viaje por el tormento, la culpa, el alcoholismo y la redención.

Bad Blake es un personaje triste y amargado. Insulta a su agente y odia tener que soportar como otros artistas, antaño sus pupilos, tienen éxito haciendo algo que él hacía mejor que nadie. Las mujeres son solo el alivio de una noche hasta que conoce a la persona con la que consigue abrir su corazón, con la que vuelve a pensar en que puede que su vida todavía tenga una razón de existencia. Una película dulce y sincera, sin promesas imposibles, cercana y auténtica. No hay sorpresas, no hay giros de guión, solo hay dulzura y auténtico sentimiento. Una agridulce búsqueda del camino correcto.

No es la primera vez que un cantante de country perdido en lo más profundo se gana las alabanzas de la academia americana. Robert Duval también se llevó el galardón en su día por su interpretación en "Gracias y favores", hace casi 30 años. Es éste el que precisamente afronta esta vez el papel de mejor amigo, consejero y cuidador. Un acompañamiento de lujo para un triste jinete.

Íntimo drama de espléndidas interpretaciones, salpimentado con una estupenda banda sonora (ganadora también al oscar a la mejor canción), y un Jeff Bridges que por fin se lleva con justicia aquello que tanto se merecía.