16 de diciembre de 2009

El día que Uruguay conoció a Vujicic

Antonio Andreu / Murcia.

Óscar Tabárez los reunió en el vestuario antes de lo previsto. Faltaban veinte minutos para que comenzara el determinante partido ante Ecuador, el encuentro en el que se jugarían medio billete hacia Sudáfrica. Cargado con un DVD portátil el técnico los acomodó en las banquetas. Diego Forlán, Lugano, Godín, Martín Cáceres, Luis Suárez y Sebastián Abreu, entre otros, esperaban ansiosos a que el balón comenzara a rodar. Tabárez, sin embargo, les tenía reservada una tarea previa: que conocieran al australiano Nick Vujicic. El video comenzó y la celeste se comió a la tricolor en el terreno de juego. Uruguay fue una fiera en el campo.

Nick Vujicic, el héroe aquella noche para la selección charrúa de fútbol, nunca pudo, ni podrá jugar al fútbol. Tampoco al baloncesto, ni al tenis, ni conducir un coche de carreras, participar en una prueba atlética, en un partido de ping pong o en una jornada de críquet. Nick no ha podido, ni podrá hacer nunca nada de eso. Él no puede hacer deporte, pero lleva 27 años haciéndolo.

¿Vas a acabar siendo fuerte?”, el vídeo al que recurrió Tabárez, es una muestra deportiva insuperable. Sus casi tres minutos superan el sentido de los noventa del mayor de los partidos clásicos. “Esto es el deporte, como la vida”, parece decirnos el australiano, “caer cien veces para levantarse ciento una”. Justamente lo que entendieron los hasta entonces deprimidos jugadores uruguayos.

Así lo entendió también la madre que luchó para superar un cáncer linfático porque quería ver a su hijo graduarse en Medicina. Lo hizo al presenciar como un texano ganó siete Tours de Francia después de despertarse un día con el testículo del tamaño de una naranja. Así lo entendió la joven periodista que abandonó su ciudad y su estabilidad económica para buscarse un hueco en la profesión que le apasionaba, o el cantante al que mil veces le rechazaron la maqueta, o el notario que dejó su notaría para ayudar a los afectados por malaria en el Congo. Todos ellos descubrieron que era posible.

Encontraron el vídeo que un día encontró Tabárez. Ese en el que aparecía Usain Bolt, el niño al que un día echaron de su club porque no se tomaba el atletismo en serio, corriendo los 100 metros lisos en 9’58. El mismo en el que un equipo inglés remontaba un 3-0 para ganar la Copa de Europa y un chico con problemas de crecimiento conseguía el Balón de Oro. Ellos vieron la cremallera de la cabeza de Contador coronar primera las cimas francesas y los pies de Eto’o, que tanto anduvieron descalzos, presionar los pedales de un Ferrari. Ellos vieron a Nick Vujicic levantarse.


2 Response to "El día que Uruguay conoció a Vujicic"

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Anónimo Says....

Conocía el caso de Vujicic, pero no lo había visto en esta especie de conferencia. No hace mucho, Millás en un artículo decía que las conferencias no establecen duración, sino importancia de contenidos. En dos minutos, este hombre dice el orígen del ser humano, todo.

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