16 de septiembre de 2009

Crítica literaria

SHDC.

El mejor lugar del mundo es aquí mismo
Autor: Francesc Miralles y Care Santos

Los domingos por la tarde son un mal momento para tomar decisiones, sobre todo cuando enero cubre la ciudad con un manto gris que ahoga los sueños.
Iris había salido de casa después de comer sola frente al televisor. Hasta la muerte de sus padres en accidente de tráfico, no había dado tanta importancia al hecho de no tener pareja. Tal vez por su timidez incurable, veía casi normal que a sus treinta y seis años su experiencia sentimental se hubiera limitado a un amor platónico no correspondido y a unas cuantas citas sin continuidad.
Desde aquel terrible suceso, sin embargo, todo había cambiado. Las aburridas jornadas como telefonista de una compañía de seguros ya no tenían como compensación el fin de semana familiar. Ahora estaba sola. Y lo peor de todo era que había perdido incluso la capacidad de soñar
”.

Así es como empieza El mejor lugar del mundo es aquí mismo, una novela escrita por Francesc Miralles y Care Santos que tiene una meta principal: el hacer reflexionar.
La novela narra la historia de una chica, Iris, que acaba de perder a sus padres y que ha perdido, junto a ellos, las ganas de vivir y de soñar. Justo cuando está a punto de quitarse la vida, la gamberrada de un niño la trae de nuevo al mundo. Es entonces cuando su vida empieza a cambiar y repara en un café cercano a su casa pero que nunca antes había visto, cuyo nombre es tan extraño e insólito como el dueño y todo lo que alberga en el interior. El café se llama “El mejor lugar del mundo es aquí mismo”. En él, conocerá a un chico llamado Luca que, tras seis tardes consecutivas de encuentros en el café, guiará a Iris por un proceso de aprendizaje en el que esta se enfrentará a sus fantasmas y a sus miedos, y conseguirá vivir de nuevo.

Pero una gran revelación está aún por llegar. Una revelación sorprendente que espera al final de esta maravillosa novela, que dará un giro de ciento ochenta grados a la vida de la protagonista y, quizás también, a la tuya propia.

El mejor lugar del mundo es aquí mismo, es una novela ejemplar, de las que se leen en un tirón y en la que están muy bien tratados y expresados sentimientos muy opuestos entre sí. La novela te emociona, te conmueve y por supuesto te intriga. Es, para mí, una gran reliquia que no puede faltar en la biblioteca de quien lucha cada día por vivir, o de quien ya no le encuentra sentido a su vida. Además, contiene un precioso cuento del doctor Eduard Estivill y una infinidad de versos de canciones que ayudan al lector a situarse todavía más en la historia.

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